No perdamos el tiempo. Todas las canciones van a ser de los Kinks. No por nada en concreto. Quizás por comodidad. Y si no son de los Kinks, serán versiones de los Kinks. Siempre hay alguna canción por descubrir. Una canción de los Kinks que no te esperas. Que recuperas de las sabidas o que está escondida entre descartes y caras b. Esta canción se llama Did you see his name y la versionean Of Montreal, que es un grupo muy simpático. Cuenta una historia terrible. Una mujer roba una lata de judías y su nombre aparece en el diario. A partir de ahí, mal rollo. Todo se tuerce. Que tu nombre vaya de boca en boca, que todo el mundo sepa quién eres. No sé. No hace gracia. En esta canción, la cosa acaba fatal. Vivimos en un mundo en el que estamos deseando que la gente nos conozca. En el facebook, en el twitter, en el punt i coma. Que sepan que estamos, que hemos ido, que nos gusta esta canción. Que estamos vivos. Pero tenemos que ir con cuidado. Igual un día no hacemos gracia. Es posible que un día no interese que estemos. Y entonces ya no seremos tan divertidos, tan graciosos, tan buenos. Y volvamos a la casilla de salida. Al menos podremos volver a la casilla de salida. La chica de la canción no vuelve. Es una versión preciosa, de verdad.
https://www.youtube.com/watch?v=q-jvHGItpZY
Podría ser un mundo maravilloso. Podríamos agarrar una de esas vallas de Can Zam, ponerle un par de alas, implantarle un motor que hayamos construído con una goma de pollo y un clip y que eche a volar. Y no montarnos, por ejemplo. Dejarla volar sola. O podemos escondernos debajo de la sábana y dejar que todo pase. Vamos a estar bien, contentos, felices, aunque solo seamos tú y yo. Todo el mundo va a ser feliz, osea, tú y yo. Esta es una canción de las primeras de los Kinks, versioneada por los Queens of the Stone Age. Poder decir todas las cosas que quiero decir. Vamos a ser todos muy felices, osea, tú y yo. Esta canción, especialmente, la bailo bastante bien. No se lo creerán, porque me ven en los sitios ahí serio y acojonado, arrinconado en una silla pasmado ante la actitud expansiva y arrolladora de la gente, con las ideas claras y los conceptos precisos y pensarán... seguro que ni siquiera sabe bailar. Pues se equivocan. Que no tenga nada que aportar, que no pueda decir nada coherente, que meta la pata, no significa que no sepa bailar. Esta canción la sé bailar. Y la sé bailar porque me la creo. Yo sé que vamos ser todos muy felices, lo que significa que tú y yo vamos a ser muy felices. Lo sé.
https://www.youtube.com/watch?v=5GZfrkKgjKs
Ayer se presentó en Santa Coloma el libro Milagro en Barcelona. El libro está compuesto de texto a cargo de Javier Pérez Andújar y de fotografías de Joan Guerrero. El acto estuvo bien, pero debería haber ido mucha más gente. Yo me enteré de milagro. Y eso que me he leído el libro y que me gustó y que se supone que estoy al tanto de todo. Pues no. Llegué a mitad del acto. El libro es muy bueno. Muy bonito. Se llama Milagro en Barcelona, pero es Santa Coloma todo el rato. Un libro que nos habla de la gente que habita nuestras calles. También de nosotros. Porque nosotros somos los que habitamos esas calles. No sólo gente con un color de piel distinto, con otros ritos, con otras lenguas. Nosotros somos esa gente. Yo soy así. Me siento tan así. Yo tambén he jugado al fútbol en el paseo alameda, poco, porque un día (y no sé porqué yo tenía un balón si yo no bajaba nunca al paseo) me enfadé con un primo del Merchán y creo que me peleé con él (no 'creo', le solté un bofetón y me piré a casa corriendo) y ya no volví a bajar por miedo a volvérmelo a encontrar. Aunque lo veía todos los días porque pasaba por delante de su bar. Yo también sé contar anécdotas y cosas. Por rellenar. El libro es genial, de verdad. Y dice muchas más cosas de las que tienen mera relación con las imágenes que lo ilustran. Escuchar a Joan Guerrero decir que eso, lo que hemos sido, lo que era esta ciudad, no lo podemos olvidar. No podemos ni debemos olvidar lo que fuimos, porque es lo que somos. No podemos olvidar que las calles eran una mierda. Que la Torre Balldovina era una puta ruina. Que todo estaba por hacer, y estaba por hacer a mala fé, por falta de voluntad. Porque estaba estudiado. Y todo eso no puede olvidarse. Y fue emocionante escuchar a Joan Guerrero pedir que no se olvide a esa gente que se va a morir y que no tiene un reconocimiento. Esas mujeres que tenían que tirar adelante a cinco hijos y que salían a la calle a repartir octavillas. Esa gente se va a morir y de ella no se va a acordar nadie. Y hay que combatir al que dice que no hay remedio. Que es mejor no meterse en líos. Que lo dejes en sus manos. Que está todo bien. Y a mí me gustaría poder hacer una crónica de cómo fue el acto y de lo que se dijo y hoy no sé porqué cojones no me sale. Javier Pérez Andújar cuenta las cosas con un punto siempre de sarcasmo, de acidez. Pero cuando le ves contar las cosas y mirar a la gente, ves que hay cariño. No sé. Por un lado, contar las cosas siendo punzante, ácido, por otro lado, querer a la gente. Eso no es fácil. Querer a la gente es de las cosas más difíciles que hay. Yo lo sé porque lo he visto, me lo ha contado un colega. Querer a la gente. No hacer las cosas bajo el paraguas del servicio a la gente. No. Querer a la gente. Ver a ese señor que a las nueve de la mañana, el Juan, que se va a la Cruz Roja a repartir alimentos y decir, pues me cago en la puta. Querer a la gente. Aunque no te quieras tú. Por lo menos, quiere a los demás. Eso también cuenta. Igual a Javier Pérez Andújar no le pasa eso y me lo estoy inventando yo, pero yo que sé. Está el día raro. En ese libro se nota que hay amor por la gente. ¿Dónde están aquellos tiempos? ¿Hubo otros tiempos? ¿Nos vamos a olvidar de todo aquello? Aquí es David Bowie el que la clava. ¿Dónde están esos tiempos de antes? ¿Hay futuro?
https://www.youtube.com/watch?v=rol75BglWE8
Ese cuadro lo pintó mi padre cuando todavía se dejaba influenciar por mí. Había un cuadro, creo que de un surrealista alemán, o quizás de un precursor del surrealismo, que vi en uno de los libros de arte que tiene mi padre en casa. Lo ví y pensé que sería un cuadro muy guapo para hacer algún tipo de adaptación. Es un cuadro tétrico. No recuerdo el nombre del cuadro original, pero es como 'la muerte llegando a nosedónde'. Mi padre lo expone siempre que Els Coloristes hacen exposiciones en la calle. Para provocar. Somos así. Hacemos las cosas para que la gente nos diga... anda, ¿y esto? Y ver las caras de la gente ante algo que no se espera. Expone este cuadro todos los años y siempre espera a que llegue la alcaldesa (antes el alcalde) para que lo vea y se sobresalte. La laguna Estigia, creo que es. No lo es. Está el libro en casa de mis padres. Tenemos estas cosas. Le propuse hacer una exposición en Can Sisteré (esto creo que ya lo he contado, pero ya voy lanzado), a base de cuadros 'casa de muebles'. El caballo blanco bebiendo en el río, un cristo de Dalí, la maja con el jarrón, el bodegón con los conejos y las perdices y la escopeta, los perros saltando encima de los ciervos, los perros saltando encima de los ciervos, los perros saltando encima de los ciervos... y yo haría un pequeño texto debajo de cada cuadro, porque soy muy ocurrente y muy así. Le parecíó y le sigue pareciendo una gilipollez. Quizás tenga razón. Si uno es como es, será por algo. Gracias a mi padre, porque sin él yo no soy yo. No es su cumpleaños ni nada. Es que me sale de los mengues. Thank you for the days. Si yo les parezco gracioso o simpático, ustedes no conocen a mi padre.
https://www.youtube.com/watch?v=d0EakQ-BcNQ
Puede ser que, llegados a este punto, quien lea esto con cierta asiduidad, piense que siempre estoy hablando de lo mismo. Que los temas se repiten. Que, al fin y al cabo, lo que sorprende al principio, luego no es más que ir dando la chapa con la misma canción una y otra vez. No se crean, que yo también me he dado cuenta. No pido mucho. Sólo que me den un poco de cariño y eso. Nada más. No grandes alardes. Como si no tengo que volver. Es igual, Sólo quería que la cosa fuera bien, que nos echáramos unas risas y que la gente se lo tomase todo con un poco de guasa. Es una cosa sencilla. Que nos cogiéramos de la mano y que la cosa fuera así, bien. No me hace falta mucho más. Ahora, si no va a ser así, no hace falta que nos compliquemos tanto. Si se trata de poner mala cara y de hacer que los demás también la pongan, no me veo. Sólo pediría que me tratasen con un poco de amabilidad y cariño. Es eso. Esta es la versión que hicieron los Black Keys, supongo que antes de que se pusieran tan así, del Act nice and gentle de los Kinks. Sólo tienes que tratarme con cariño. Yo intento hacerlo todo el rato, pero no me sale tampoco con toda la gente, Ni siquiera con los que más quiero. Pero lo intento, bien lo sabe Baal.
https://www.youtube.com/watch?v=XhYr1Dc6u-c
Normalmente la última canción siempre pretende levantar el ánimo. Pero si hay una canción de los Kinks que me parte por la mitad es una del Face to Face que se llama 'There's too much on my mind'. Una canción que no dice el porqué, pero dice el qué. Demasiado en mi cabeza, demasiadas cosas, o quizás sólo es una cosa. No sé qué. Creo que da igual de lo que hable la canción. A lo que se refiera. Cada uno sabrá lo que es. No puedo parar de pensar en eso todo el tiempo. Y no hay nada que pueda hacer. Pienso en ello todo el tiempo, es demasiado para mi cabeza. Y mira que tengo cabeza. ¿He dicho ya que me corté el pelo? Me ha vuelto a crecer. Eso dicen. Que me ha vuelto a crecer el pelo. Pues que me lo vuelvan a cortar. No hay que darle muchas más vueltas a esto, aunque sea... me voy. A veces creo que debería no escribir las frases que dejo a medias. Borrar y empezar de nuevo. Pero ahí también está la gracia de la cosa. No te preocupes, que todo va a ir bien. Todo irá bien. Seguro que todo va a ir bien. Hay demasiadas cosas en las cabezas. Esas cabezas. Pero irá todo bien. Hoy, esta tarde, mañana. Seguro que sí. Aunque no escuchen ninguna otra canción, préstenle atención a esta, por favor.
https://www.youtube.com/watch?v=aOSe53DzLP4
Y bueno. Pues esto era más o menos. Demasiado, Pero no sabe uno cortar. Oigan, que pasen un muy buen fin de semana y seguro que irá todo bien. No queda otra.
viernes, 27 de febrero de 2015
miércoles, 25 de febrero de 2015
The Kinks - Something Else by The Kinks
Un tarde de hace a algunos años, mi amigo Edu me llamó desde Madrid. Estábamos de cháchara y yo tenía puesto el Something Else de los Kinks de fondo. En un momento, eledu va y me dice 'oye nen, musicón, ¿no?'. Que eledu diga esto de un disco, cuidado. Así que imaginen a qué nos enfrentamos. Según se apunta en todos los manuales y libros consultados, los Kinks de 1967 y en adelante, pasan de la psicodelia. No se meten en ese mundo de flores y viajes espaciales o interiores, se ponen de perfil con el espiritualismo oriental y se dedican a mirar lo que tienen alrededor con una música que evoluciona desde el rythm'n'blues original a un pop total y... esto es lo que más o menos dice en los manuales.
Something Else es el disco de los Kinks del 67. Le precede una monstruosidad de disco como es el Face to Face y es la puerta de entrada a la cuatrilogía costumbrista del Village Green, Arthur, Lola y Muswell Hillbillies. Este disco está en medio y posiblemente muchos de ustedes no hayan oído nunca hablar de él. Pero para eso estamos. Cual Mesías redentor, me presto a guiar a las masas por el recto camino de la erudición musical. Conozcan, escuchen, aprendan. Sean como yo. Pero nunca lo conseguirán. Yo soy mejor.
O no. Porque el disco de los Kinks llamado Something Else, comienza con una canción tontísima que se llama David Watts y que nos pone delante de lo que te dije. Ser como él. Siniestro Total, en su infinita sabiduría, hizo una versión de este tema llamada 'Emilio Cao', en honor a un gaitero gallego, captando el mensaje. Pero en David Watts está el misterio. Y la verdad. Su verdad. Yo quiero ser como David Watts. Quiero tener lo que tiene David Watts. Hablar como él, jugar como él, ser tan guapo y tan libre como él. Porque yo soy un tío simple, que no tiene gusto, que no sabe y en cambio él lo tiene todo. Y cuando duermo por la noche, sueño que yo soy él. Siempre. Ojalá pudiera ser como él. Como todos esos 'él', que se lo han leído, que lo corrigen, que lo han conseguido. La envidia. Ser como él. Ojalá fuera como David Watts. Ojalá pudiera ser como todos ustedes, que ya lo tienen todo. Ojalá pudiera ser como él.
Después de esta preciosa canción, cañera y con más mala leche que un gato, viene una de Dave Davies. Expliquemos que Ray Davies es el jefe supremo de los Kinks. La cabecita pensante. Pero el hermano pequeño no era manco. Y la siguiente canción es Death of a Clown. Muerte de un payaso. Una canción chunga. Una canción que no hace gracia. Vamos a beber por la muerte del payaso. Para estrenarse como autor, hay que tener mala sangre. Y eso que Dave Davies era un cascabelito. Vida desparramada, vida loca, vida alegre. Una vida que su hermano no puede llevar. Y Ray Davies es un mala ostia de tomo y lomo. Le tiene tirria a su hermano. No lo puede soportar. El hermano pequeño es guapito, sale, se enrolla. Él ya está casado y con un crío. En casa. La siguiente canción Two Sisters es mala ostia a raudales. El hermanito del que todo el mundo habla... y de mí qué. Qué cancionaza, madre. Dos hermanas. Ella estaba celosa de su hermana.
La siguiente ya es una de esas de 'cómo me lo paso aquí tocándome lo que no suena', tan habitual en los Kinks. No Return, a ritmo de bossanova, que parece que no pega, pero ahí la meten. Empiezan ya los retratos costumbristas. De personas, personajes, gente del barrio, el zumbado que se cree militar, el borracho del bar, el tío que hizo la mili y te la cuenta. De eso van buena parte de las canciones de los Kinks. O de lo bien que se está en casa sin hacer nada, viendo la vida pasar, la tarde caer, paseando por la calle mirando a la peña o bien, recogiendo el fruto de esos paseos, describiendo a los cuatro abollados que uno se encuentra y que pueden hacer mucha risa al principio, pero luego piensa uno, joder, pues si son tropa como yo. Situation Vacant habla de la pareji y la suegra quiere que Johnny sea algo más y se tiene que buscar otro curro y de ahí a que tiene que pillar piso y que bueno, habrá que currar y a ver qué hacemos. Con un ritmazo que tela marinera. Canción para bailar mientras se busca piso. O se busca curro. No saber inglés, qué malo es. Retrato humano. Situation Vacant, mola mucho. Y ojo. Tiene su momento psicodelia. Lo tiene. Al final. Disbauxa. Y va y vuelve, y vuelve el viaje. Qué ratico más bueno.
Dave Davies vuelve a la carga con Love me till de sun shines. No tienes que hacer nada por mí, sólo quiéreme hasta que amañane. No me tengas en consideración, no cuentes conmigo, no me mires, pero quiéreme al menos hasta que amanezca. Otro cancionorro que ataca sin piedad.
Afternoon Tea, Waterloo Sunset, End of the Season, Autumm Almanac... un montón de canciones en este disco que tienen todas el mismo aire. Estamos hablando de historias de gente que podría ser tu vecino, uno mismo haciendo nada como siempre, canciones que hablan de nada y de todo. De dejar el tiempo correr. Que otros hagan alardes y se den golpes en el pecho poniendo cara de sufrir mucho, yo voy a llegar al mismo sitio aquí tranquilito. Compañeros, eso se contradice con el compromiso político, naturalmente, ojo, que lo veo. Pero a ver, Ray Davies no es como nosotros. Ray Davies es otra cosa. A Ray Davies no lo llevas a quitar vallas a Can Zam. ¿Y?
Los raticos buenos que nos hace pasar Ray Davies con su música, sus letras y su visión de la vida y del mundo, para servidor valen tanto como sujetar la pancarta, perorar, escribir, anunciar y combatir. Eso es así. Hay una canción al final de todo. En los bonus tracks. Act nice and gentle. Qué más se puede pedir. No hace falta que hagas alardes. Sólo pórtate bien conmigo, que soy fácil de contentar.
Es eso.
No es nada más. De eso va el disco. Algo más. Sólo eso. No agobiemos a la gente. No nos agobiemos nosotros. Vamos a hacer las cosas bien y a bufarnos un poco de las cosas, que con enfadarnos no vamos a ningún lado. Me estoy fijando y creo que me queda el pelo un poco como a Ray Davies en la portada. Qué bien.
Y qué musicón, amigo.
Something Else es el disco de los Kinks del 67. Le precede una monstruosidad de disco como es el Face to Face y es la puerta de entrada a la cuatrilogía costumbrista del Village Green, Arthur, Lola y Muswell Hillbillies. Este disco está en medio y posiblemente muchos de ustedes no hayan oído nunca hablar de él. Pero para eso estamos. Cual Mesías redentor, me presto a guiar a las masas por el recto camino de la erudición musical. Conozcan, escuchen, aprendan. Sean como yo. Pero nunca lo conseguirán. Yo soy mejor.
O no. Porque el disco de los Kinks llamado Something Else, comienza con una canción tontísima que se llama David Watts y que nos pone delante de lo que te dije. Ser como él. Siniestro Total, en su infinita sabiduría, hizo una versión de este tema llamada 'Emilio Cao', en honor a un gaitero gallego, captando el mensaje. Pero en David Watts está el misterio. Y la verdad. Su verdad. Yo quiero ser como David Watts. Quiero tener lo que tiene David Watts. Hablar como él, jugar como él, ser tan guapo y tan libre como él. Porque yo soy un tío simple, que no tiene gusto, que no sabe y en cambio él lo tiene todo. Y cuando duermo por la noche, sueño que yo soy él. Siempre. Ojalá pudiera ser como él. Como todos esos 'él', que se lo han leído, que lo corrigen, que lo han conseguido. La envidia. Ser como él. Ojalá fuera como David Watts. Ojalá pudiera ser como todos ustedes, que ya lo tienen todo. Ojalá pudiera ser como él.
Después de esta preciosa canción, cañera y con más mala leche que un gato, viene una de Dave Davies. Expliquemos que Ray Davies es el jefe supremo de los Kinks. La cabecita pensante. Pero el hermano pequeño no era manco. Y la siguiente canción es Death of a Clown. Muerte de un payaso. Una canción chunga. Una canción que no hace gracia. Vamos a beber por la muerte del payaso. Para estrenarse como autor, hay que tener mala sangre. Y eso que Dave Davies era un cascabelito. Vida desparramada, vida loca, vida alegre. Una vida que su hermano no puede llevar. Y Ray Davies es un mala ostia de tomo y lomo. Le tiene tirria a su hermano. No lo puede soportar. El hermano pequeño es guapito, sale, se enrolla. Él ya está casado y con un crío. En casa. La siguiente canción Two Sisters es mala ostia a raudales. El hermanito del que todo el mundo habla... y de mí qué. Qué cancionaza, madre. Dos hermanas. Ella estaba celosa de su hermana.
La siguiente ya es una de esas de 'cómo me lo paso aquí tocándome lo que no suena', tan habitual en los Kinks. No Return, a ritmo de bossanova, que parece que no pega, pero ahí la meten. Empiezan ya los retratos costumbristas. De personas, personajes, gente del barrio, el zumbado que se cree militar, el borracho del bar, el tío que hizo la mili y te la cuenta. De eso van buena parte de las canciones de los Kinks. O de lo bien que se está en casa sin hacer nada, viendo la vida pasar, la tarde caer, paseando por la calle mirando a la peña o bien, recogiendo el fruto de esos paseos, describiendo a los cuatro abollados que uno se encuentra y que pueden hacer mucha risa al principio, pero luego piensa uno, joder, pues si son tropa como yo. Situation Vacant habla de la pareji y la suegra quiere que Johnny sea algo más y se tiene que buscar otro curro y de ahí a que tiene que pillar piso y que bueno, habrá que currar y a ver qué hacemos. Con un ritmazo que tela marinera. Canción para bailar mientras se busca piso. O se busca curro. No saber inglés, qué malo es. Retrato humano. Situation Vacant, mola mucho. Y ojo. Tiene su momento psicodelia. Lo tiene. Al final. Disbauxa. Y va y vuelve, y vuelve el viaje. Qué ratico más bueno.
Dave Davies vuelve a la carga con Love me till de sun shines. No tienes que hacer nada por mí, sólo quiéreme hasta que amañane. No me tengas en consideración, no cuentes conmigo, no me mires, pero quiéreme al menos hasta que amanezca. Otro cancionorro que ataca sin piedad.
Afternoon Tea, Waterloo Sunset, End of the Season, Autumm Almanac... un montón de canciones en este disco que tienen todas el mismo aire. Estamos hablando de historias de gente que podría ser tu vecino, uno mismo haciendo nada como siempre, canciones que hablan de nada y de todo. De dejar el tiempo correr. Que otros hagan alardes y se den golpes en el pecho poniendo cara de sufrir mucho, yo voy a llegar al mismo sitio aquí tranquilito. Compañeros, eso se contradice con el compromiso político, naturalmente, ojo, que lo veo. Pero a ver, Ray Davies no es como nosotros. Ray Davies es otra cosa. A Ray Davies no lo llevas a quitar vallas a Can Zam. ¿Y?
Los raticos buenos que nos hace pasar Ray Davies con su música, sus letras y su visión de la vida y del mundo, para servidor valen tanto como sujetar la pancarta, perorar, escribir, anunciar y combatir. Eso es así. Hay una canción al final de todo. En los bonus tracks. Act nice and gentle. Qué más se puede pedir. No hace falta que hagas alardes. Sólo pórtate bien conmigo, que soy fácil de contentar.
Es eso.
No es nada más. De eso va el disco. Algo más. Sólo eso. No agobiemos a la gente. No nos agobiemos nosotros. Vamos a hacer las cosas bien y a bufarnos un poco de las cosas, que con enfadarnos no vamos a ningún lado. Me estoy fijando y creo que me queda el pelo un poco como a Ray Davies en la portada. Qué bien.
Y qué musicón, amigo.
martes, 24 de febrero de 2015
Crónica de un #plegramenet. Uruguay-Paraguay
Qué lindos
partidos de fútbol. Uruguay-Paraguay. Paraguay-Uruguay. Partido en el Estadio
de los Defensores del Chaco. Césped con dos palmos de alto. La bola no corre.
Años ochenta. Santiago Ostolaza en el centro del campo uruguayo. No pasa nada.
Ritmo lento. La bola no corre. De vez en cuando una entrada criminal. Ruido de
tambores. El tiempo no corre. Cero a cero. Eso fue, más o menos, lo que ocurrió
en el Pleno de ayer en Santa Coloma de Gramenet. La ciudad del peu en el
carrer.
El pleno comienza
como siempre con los puntos ordinarios. De todos ellos, destacaré uno. El
Partido Popular local, inmerso en una vorágine interna que ellos sabrán cómo y
porqué, ve cómo el portavoz y una de sus regidoras insignia, dimiten. El
portavoz, que a su vez suplía a la anterior portavoz y cabeza de la oposición
Mari Carmen Sáez (vean qué sencillo es todo), Francisco, le cede el testigo a
Marc Villegas, un chico joven y dispuesto que se enfrenta al marrón de
protagonizar el giro a la izquierda del PP. Se enfrenta también al marrón de
leer los textos que le dan. Textos sencillos y agradables de escuchar. Textos,
los del Partido Popular de Santa Coloma, que le devuelven a uno la confianza en
la política. Lástima que queden ya nada más que dos plenos y esto se acaba y…
en fin. Que me voy a poner tontorrón y no quiero.
Los primeros
puntos del orden del día tienen que ver con asuntos tales como la rebaja
significativa del Ibi a cuatro empresas locales, de las cuales una de ella es
la fundació Arrels o Tallers o sepa dios cuál es. Porque si uno tiene que hacer
caso a lo que dice el portavoz de la extrema derecha local, también va apañado.
No sabe uno si la mani la convoca Podemos, si es la fundació Carnets, si el
partido de la extrema derecha está en el socialismo internacional o qué
carambas ocurre en esa cabeza. En esas cabezas. Nada, posiblemente. Ayer tocó
reivindicarse socialista, pero socialista en clave de… y uno desconecta y viaja
en el tiempo y el espacio sideral. Veníamos de una manifestación y retirada de
vallas en Can Zam, de una semana en la que la Pinta Verda ha dado bocanadas de
extenuación y posible defenestramiento, de tantas y tantas cosas, y el ritmo
era como de cansancio. Las intervenciones, las réplicas, incluso las peroratas
sin sentido, parecían gastadas, viejas, con ganas de pasar a otra cosa. Ganas
de fiesta. Pero ya en otra parte, con otra gente. Otra gente. En el pleno, un vistoso
suéter verde señalaba la presencia del candidato de UPYD. En la misma sala de
plenos, la no presencia de una chapa de Podemos en el pecho enhiesto y
orgulloso de nadie, señalaba que Podemos no había ido al Pleno. Entre el público,
personas más o menos habituales. Hola, Teresa Franco. Tres chicas estudiantes
supongo de periodismo que iban haciendo una pequeña crónica de lo que sucedía,
como novedad. Y la mujer del metapleno.
Ella se abanicaba
y parecía no estar allí. Hasta que en un momento dado, ha dicho algo. Para
ella, para los demás, como siempre. Ni sí ni no. Se va a liar hoy o no se va a
liar. La mujer no tendría ganas de nada, tampoco y pese a que la tensión estaba
latente, no ha dicho nada y se ha mantenido muy en su sitio. Al final se ha
puesto una mascarilla para que no le diera un yeyo, porque hacía mucho calor.
Más madera para que la cosa fuera espesa.
Lo del Ibi que
comentábamos, que se me va la pinza. Que resulta que hay cuatro empresas a las
que les van a quitar el 95% del Ibi por que tal, y se ve que a casi nadie le
gusta, pero es que lo marca la ley. Y que lo han aprobado. Otra buena ha sido
la de la municipalización de servicios. El PP local ha llegado a afirmar, en
relación a la gestión del cementerio municipal, que la municipalización de los
servicios es algo que se debería estudiar. Hosanna en el cielo. Al fin la
ingente tarea marketiniana de Gent de Gramenet ha dado su fruto. No habéis
conseguido convencernos a nosotros, flojos social-liberales de ICV-EUiA que
privatizamos y privatizamos y volvemos a privatizar… pero sí que habéis
conseguido con vuestra táctica machacona, hacer ver al PP colomense que esto de
la municipalización, chana.
Otra. Los datos
del padrón, somos mil ciento y algo colomenses menos. La cifra exacta en el
tweet de nuestra alcaldesa de imagen renovada en el twitter y en el facebook.
Somos exactamente 121.171 colomenses. Pero esto era en 2013. En fin. En esas
hemos estado durante el pleno. No sé. Cosas así. Vayamos a por las mociones.
La primera
moción, fue sobre la ILP sobre pobreza energética y emergencia habitacional. La
presentamos todos juntos como hermanos. ICV-EUiA, Gent, PSC, CiU… alegría. La
moción debía comenzar con una palabra de la PAH, pero han llegado tarde y la
alcaldesa no ha dejado pasar la oportunidad para hacer una gracia sobre una
llamada de teléfono. En fin. Pues eso. Han llegado los de la PAH con la moción
casi terminada, han leído lo que les tocaba y el PP ha hecho un canto al ‘para
lo que haga falta, aquí estamos’. Sobre esto hay mucho que decir y comentar y
sobre que Ciu se sume a la fiesta de la solidaridad y la movida fraternal y
eso. Bueno. Estamos en Navidad y no hay que llevarse mal con nadie. Que son
fechas muy señaladas y lo importante es el amor y estar con los seres queridos.
Todos somos muy amigos. Porque vienen elecciones y toca llevarse bien. ¿no?
Moción aprobada. Otra más, la del día de la mujer, del 8 de marzo. Moción
presentada por nosotros y PSC y Ciu y a la que se añade Gent. Y el redactado de
la moción, pues es como muy nuestro ¿no? Y hay un pequeño debate sobre lo de la
reforma del aborto, y bueno. Pues se aprueba la moción, como no podía ser de
otra manera. ¿no?
Seguimos
adelante, una moción sobre la modificación de la ley que obliga a los lucros.
Espera. La ley que modifica las obligaciones tributarias a las entidades sin
ánimo de lucro. No. Espera. Es la moción que obliga a los tributos a modificar
los ánimos. No. Voy. Es la moción que tributa a los obligatorios a no lucrarse
con el ánimo de modificar. Ahí. Le he dao. Sale Tomás de la Favgram a
defenderla. Sale el del PP a decir un texto tan interesante y divertido sobre
las cosas de los tributos y tal, que dan ganas de que se edite el dvd pronto.
Qué ganas de estar con la familia en la sobremesa con un the very best of de
las cosas que les dan a leer a los del PP en Santa. Ahora voy a decir Santa yo
también, que desto.
Otra moción más.
En esta ocasión sobre la ley mordaza y su repercusión en los derechos de los
trabajadores y el derecho de huelga. Salen a leer una intervención el Onieva de
UGT y el Ventura de CCOO. La mujer del metapleno tiene un momento glorioso
porque se acerca al de Comisiones y le pregunta que ‘si es de aquí’. ‘De aquí de
Santa Coloma, es que no te he visto nunca’. Y el hombre se queda parado. Porque
una mujer con mascarilla que te pregunta si eres de aquí, debe desanimar
bastante. No te tengo visto. Qué cosas. Marc Villegas del PP dice un texto
sobre la ley de huelga, la constitución, los distintos tipos de huelga, la
huelga política, la huelga de solidaridad, el copón. Él mismo dice, voy a
dejarlo aquí. Con lo interesante que era todo. El del PP antiguo, el
exportavoz, como el Villegas ha salido un momento, aprovecha para hacer una
intervención de gran profundidad para contestar a Combarros de Ciu, que se ha
sentido el Ché Guevara con la intervención previa de Villegas y… pues eso.
Uruguay-Paraguay. Un tío en el suelo retorciéndose de dolor. Gente bebiendo
agua. Ruido de tambores. Ruido de tambores en la lejanía. No devuelven el balón desde la grada.
Una moción más.
Una moción de aquellas buenas buenas. Moción presentada por Gent y por nosotros
mismos así naturales como somos, en la que exigimos la retirada de las placas
institucionales de reconocimiento a Bartomeu Muñoz y Jordi Pujol por motivos
que ahora no quedan bien de señalar. Pensábamos que iba a ser todo muy difícil
y muy así, pero gol. Paraguay-Uruguay. Gol. El PSC vota a favor. Nosotros
decimos que no puede ser que gente que ha hecho daño mantenga este
reconocimiento institucional. El PP se une. Gol. Dos goles en un Uruguay
Paraguay. Dos goles. El fútbol antes molaba más. Ahora todo es espectáculo. Repetimos
la jugada del PSC. “votamos a favor”. Así en plan seco. Sin decir ni pues esto,
ni citar a Antonio Machado ni nada. Así, en plan haiku. Votamos a favor. Fermín se pide un aplauso. Y
vamos a irnos cada uno a nuestra casa, que ya lo que queda son mociones de los
que te dije que hay que votar en contra. Todos a la vez. En contra. Ahora la de
ICV: en contra. Ahora el de EUiA: en contra. Ahora todos juntos: en contra. Qué
cabezas madre. Qué cabezas.
Ay sí. Me falta
la gloriosa intervención de la extrema derecha preguntando por lo de la mani de Can Zam y diciendo que si la mani la convoca Podemos, que si ensucia todo el
mundo, incluso iniciativaelsverds y nosotros los de EUiA, los verdaderos
paladines de la izquierda de clase ni se nos cita ni se nos espera y habrá que
reunir al comité central para ver qué hacemos porque esto no puede ser y mira
que tengo en esta mano, mira ahora a la otra, y ya le doy al botón y se acabó.
Nos vemos, si los
cuerpos antidepresivos nos lo permiten, al pie de la calle. O con un pie fuera.
O con los dos.
lunes, 23 de febrero de 2015
El espeso de medianoche
No iba a venir, porque estaba en casa viendo un partido de fútbol pero me he dicho, mira, bajas un rato y la voy a ver. No, bueno, no he querido decir que venga a verte. Bueno. No sé. Ponme lo de siempre. No, no tengo mucha cosa que explicar. No he hecho mucho hoy. Bueno he ido a comprar un rato, pero al final me he liado y no he comprado nada. He ido a comprar comida y luego no sé lo que ha pasado que me he quedado dando vueltas y no he pillado nada. Y eso. Estaba viendo la tele y he pensado que bueno, que para estar allí, pues bajo a... bueno. Eso. ¿Y qué? Mucha gente hoy por aquí o más o menos como siempre ¿no? Más o menos siempre vienen los mismos ¿no? Está bien que vaya viniendo gente. Cuando abrísteis no venía casi nadie y fíjate, poco a poco, lo habéis ido llenando. Es que sitios como este por aquí, no hay muchos. Así, con este ambiente así como... no sé. Como que no pega mucho, que al principio dices, uy, este bar así aquí, pues parece como que no, pero luego no sé. Vosotros sois simpáticos y tal y la música que ponéis a mí no me gusta mucho, pero a la gente tampoco les molesta demasiado y bueno. Eso. Que muy bien. Yo vengo mucho, ya lo sabes, y me fijo en la gente y no sé. Se nota que la gente que viene es así como bueno. No sé cómo decirlo. Es gente normal ¿no? Vamos, que no es gente que... no sé explicarlo. Es gente así normal, como tú y como yo. Es que a veces hay bares que son como para gente determinada. Que son todos iguales. O todos raros. Y aquí la gente que viene es más o menos normal. Así como yo un poco ¿no? Está bien este sitio. Bueno, ya lo sabes, porque vengo mucho. Y bueno, pues que está bien. El sitio. Antes aquí había un bar que tampoco estaba mal. También venía mucho. Antes era otra cosa. El bar lo llevaban unos colegas míos que luego se separaron y bueno, lo dejaron. Estaba bien. Y yo no es que me aburra en casa, que hago cantidad de cosas. Me gusta mucho el cine, por ejemplo, y me bajo un montón de películas. Ahora me ha dado por el cine de Buñuel ¿lo conoces? Yo tampoco lo conocía porque es así como antiguo y tal, pero tiene cosas buenas. Algunas películas, no todas. Otras son demasiado raras. Es que era raro. No sé. Si eso un día te puedo bajar alguna película a ver qué te parece. Aunque si estás aquí todo el día, supongo que poco tiempo tendrás para ver películas, claro. Bueno, es igual, yo te las bajo y ya me las devolverás. Como son películas grabadas, te las puedes quedar si quieres, porque tengo el original en el disco duro. Tengo un montón de películas. Alguna vez he pensado en bajármelas aquí y hacer algo así como un cineforum o algo, pero supongo que no tendréis tiempo para hacer algo así. No sé. En otros sitios lo hacen. Podría ser una buena idea ¿no? No sé. Hoy no se está animando mucho la cosa ¿no? Debe ser porque con el partido y eso la gente está más en su casa. O algo así. O que hace frío. Pero luego la gente sale igual si hace frío o no. ¿No? En casa la verdad es que se estaba muy bien. Ahí con la estufita y eso. Pero mira, me he dicho voy a bajar y bueno, pues me da un poco el aire. Que llevo todo el día para arriba y para abajo. Y bueno. ¿Hoy no viene el otro? El chico este que lo lleva. El Bar. Ah, que tiene fiesta. ¿Un sábado? Bueno. Me voy a coger el periódico un poco y así no te doy tanto la chapa. Anda, mira, aquí hablan precisamente de las películas de Buñuel. Qué cosas ¿no? Hablas de una cosa y... Mira y mañana es lo de los Óscars... ¿lo vas a ver?
viernes, 20 de febrero de 2015
Miscelánea
Esta canción empieza a sonar y el tonto se cree que es la de 'Sevilla, tú no hagas caso'. Como suenan todas al tuntún, uno no sabe. Es ignorante extremo. Suena la canción y va esperando a que diga, 'Sevilla, tú no haga caso'. O que diga lo de 'Manuel, no quieras conquistar mi corazón que se lo dí a Sevilla nosecuantos'. No es ésta. Porque no lo dice. Esta es otra, Y es otra porque cuando al final de la canción dice 'cómo temblaba mi corazón, madre, cómo temblaba mi corazón solita por la calle', entonces a quien le tiembla el corazón es a uno. Y se arrepiente uno tanto de no haberle prestado atención a la letra pensando que no iba a decir lo que dice. Y vuelve a escucharla y entonces debe uno hacerse el hombretón y no hacer ninguna gilipollez. El disco 'Nuevo día', es grandísimo. Tan grande como guapa Lole y pintacas Manuel. Manuel Molina. Nadie. Qué va. 'Cómo temblaba mi corazón, madre. Cómo temblaba mi corazón solita por la calle'. Me cago en la puta, que me estoy poniendo tonto yo ahora. La canción va transcurriendo como un río y llega al final con el 'cómo temblaba mi corazón'. Y te quieres morir. ¿No os ha temblado nunca el corazón, yendo solos por la calle? ¿De verdad?
https://www.youtube.com/watch?v=P-Xx-JLnDxo
Uy cómo está pintando esto de malamente. Que no tenía yo pensado esto y se me está yendo la mano. El otro día empecé la clases. Muy así. Confiado en que desto, pues uno no controló demasiado lo que es el tiempo, el margen, y la pausa. Me aceleré. Me fui de ritmo. Y recurrí al documental. Remedios Amaya cantando Quién maneja mi barca. Ahí ya levanté un poco a la afición. Por mucho que tú me pidas, yo te lo doy. Lo mismo de antes. Una canción que estás escuchando y a la que no estás prestando realmente demasiada atención porque tú esperas otra cosa y de repente sale la mujer y grita como una posesa que 'por mucho que tú me pidas, yo te lo doy'. Y ya. Y ya tienes otra canción para echarte sal o azúcar, según el día, en la patata. Por mucho que tú me pidas, yo te lo doy. Remedios Amaya quedó la última en Eurovisión con esta canción. Y escuchada de nuevo, uno no entiende nada. Cosas peores nos habremos puesto. Escuchamos esta música y cosas peores. Y no sabemos, no tenemos ni la más remota idea de quién maneja la barca. No hay nadie al volante.
https://www.youtube.com/watch?v=B3-0DLbQP2E
'Como decía aquella canción de Triana...', dice Javier Pérez Andújar en el libro con el Joan Guerrero. 'Podría ser peor, podría ser una canción de Triana', dijo el Edgar el otro día en el Carnaval. Sí, Edgar, que te escuché. El libro del Pérez Andújar. Pues nada, que ya me he leído un libro de Pérez Andújar. Sigo con paso firme mi camino hacia el intelectualato. El intelectualato consiste en parecer que sabes mucho, que eres muy leído, que tienes referencias, que te lo conoces, que sabes de lo que hablas, que estás ahí. Que te lo has empollao. Que lo has vivido. Esa es mejor. Que lo has vivido. Hablar como si lo hubieras vivido. Que se crean que de verdad tú lo tienes todo esto ya visto porque has estado allí. No de un libro, no, de la vida. Así. Hay una canción de Triana, que tiene muchas canciones de esas que te encogen el alma, que se llama Sombra y Luz. La versión larga. Dos jóvenes hablan y se cuentan sus vidas y la ilusión de aquel amor. Que va de eso la vida. Y la canción se tuerce y entonces entra en espiral y yo pensaba que cantaba el Tele de la batería pero no, que canta uno de Alameda, creo, y dice lo de 'no quiero más sufrir, y de esta ciudad salir'. Y qué días aquellos. Y cómo temblaba mi corazón solito por la calle. 'Mi barco tiene velas, que están hechas de seda, ay si yo pudiera navegar donde quisiera'. Esa es buena. 'Ay si yo pudiera...'.
https://www.youtube.com/watch?v=J-KuQ8ybSs8
Ven aquí chico, fúmate un cigarro y cuenta. ¿Vas lejos? No. No voy a ningún lado. No tengo tampoco ganas de fumar. Qué manía con que fume. Toda la vida igual. Fuma, fuma, fuma. No tengo ningún interés en el tabaco. No tengo tampoco ningún interés en que la gente deje de fumar. Es un negocio y yo estoy muy por el flujo de capitales. Así os lo digo. Caretas fuera. Porque ya está bien de hacer el tonto con la socialización de los medios de producción, la nacionalización de la banca y toda esa mandanga que la gente ve como el que ve a Krishna transfigurado en Arjuna disparando flechas y derrotando a tal. Es todo muy así. Ven, ven aquí y fúmate un desto con nosotros y nos cuentas. Esa especie de cosa del viajero que llega a un sitio y los otros esperan a que le cuenten su viaje. Esa especie de cosa de 'cuéntame algo, cuéntame una historia, cuéntame algo tú ahora'. Y tú no quieres contar nada, que si vienes de lejos a lo mejor es para escuchar de nuevo lo que ya escuchaste. Que si estás allí no es para contar nada, sino para escuchar. Para oír. Que no he venido a contaros nada. Que me digáis vosotros algo.
https://www.youtube.com/watch?v=M8spSUfnmxg
Yo ya no voy a hablar más de huertos urbanos, total para qué, miren a esos héroes de la Unión Soviética que tendrían que estar vigilando si las habas salen o no salen y no sacando vigas como si fueran los X-Men. Yo ya no voy a hablar más del parc de Can Zam y de cuándo y del cómo. Yo ya no voy a hablar más de educación ambiental. Yo ya no voy a hablar más de lo bonito que está el río. Yo ya no voy a hablar más de la dignidad. Yo ya no voy a hablar más de las dichosas viñas. Yo ya no voy a hablar más de bajar a los barrios, a pie de calle, para no estar tanto tiempo haciendo política de despachos. Yo ya no voy a hablar más de nada que tenga que ver con una planta, una maceta, un césped, un aire que se respira in the morning, un gran proyecto personal de acercar lo verde a la ciudad de cemento. Yo ya no voy a hablar más de lo que dijéramos pudiera ser lo ecológico. Yo ya no soy moderna. Todo nos parece una mierda, menos lo vuestro. A partir de ahora vamos a hablar de todo. Si vamos a hablar de todo, vamos a hablar de todo. Yo ya no soy moderna.
https://www.youtube.com/watch?v=tVJv8cQtB0I
Me he cortado el pelo. Novedades trascendentales. Me he cortado el pelo. Ya lo saben, tengo mucho pelo de atrás y cada vez menos pelo delante. La situación ya era insostenible y se ha tenido que proceder a operar. Y no se ha operado mal. Ha sido bastante satisfactoria todo lo que sería el... Pasa como con lo de ser intelectual. Que no sabe uno si se están bufando o qué. Te queda mejor el pelo corto. Estás mejor. Mucho mejor con el pelo corto. Y bueno, no sé si uno queda mejor de ninguna manera, la verdad. No es mejor. No es nada. Así que con el pelo corto o largo, con barba o la cara blanca y despejada, va a dar lo mismo. Parece que le están hablando a otro. De verdad. Intelectual, mejor, guapo. Ni de broma. En fin. Ayer, creo que fue el cumpleaños de Tony Iommi, guitarra de Black Sabbath. Pelo largo. Dame un cigarro. El humo del cigarro. Y así nos pasamos la vida. Que si ahora me corto el pelo, que si ahora me lo dejo largo. Y la vida es más que eso. Pero que te corten el pelo, ojo.
https://www.youtube.com/watch?v=au5tcEDZOaY
Pues nada. Con mis finos modales y mi delicada voz, me retiro a mis aposentos a disfrutar de un fin de semana que pinta igual que el resto de la semana. Estupendamente, oigan. Felices fiestas a todos.
https://www.youtube.com/watch?v=P-Xx-JLnDxo
Uy cómo está pintando esto de malamente. Que no tenía yo pensado esto y se me está yendo la mano. El otro día empecé la clases. Muy así. Confiado en que desto, pues uno no controló demasiado lo que es el tiempo, el margen, y la pausa. Me aceleré. Me fui de ritmo. Y recurrí al documental. Remedios Amaya cantando Quién maneja mi barca. Ahí ya levanté un poco a la afición. Por mucho que tú me pidas, yo te lo doy. Lo mismo de antes. Una canción que estás escuchando y a la que no estás prestando realmente demasiada atención porque tú esperas otra cosa y de repente sale la mujer y grita como una posesa que 'por mucho que tú me pidas, yo te lo doy'. Y ya. Y ya tienes otra canción para echarte sal o azúcar, según el día, en la patata. Por mucho que tú me pidas, yo te lo doy. Remedios Amaya quedó la última en Eurovisión con esta canción. Y escuchada de nuevo, uno no entiende nada. Cosas peores nos habremos puesto. Escuchamos esta música y cosas peores. Y no sabemos, no tenemos ni la más remota idea de quién maneja la barca. No hay nadie al volante.
https://www.youtube.com/watch?v=B3-0DLbQP2E
'Como decía aquella canción de Triana...', dice Javier Pérez Andújar en el libro con el Joan Guerrero. 'Podría ser peor, podría ser una canción de Triana', dijo el Edgar el otro día en el Carnaval. Sí, Edgar, que te escuché. El libro del Pérez Andújar. Pues nada, que ya me he leído un libro de Pérez Andújar. Sigo con paso firme mi camino hacia el intelectualato. El intelectualato consiste en parecer que sabes mucho, que eres muy leído, que tienes referencias, que te lo conoces, que sabes de lo que hablas, que estás ahí. Que te lo has empollao. Que lo has vivido. Esa es mejor. Que lo has vivido. Hablar como si lo hubieras vivido. Que se crean que de verdad tú lo tienes todo esto ya visto porque has estado allí. No de un libro, no, de la vida. Así. Hay una canción de Triana, que tiene muchas canciones de esas que te encogen el alma, que se llama Sombra y Luz. La versión larga. Dos jóvenes hablan y se cuentan sus vidas y la ilusión de aquel amor. Que va de eso la vida. Y la canción se tuerce y entonces entra en espiral y yo pensaba que cantaba el Tele de la batería pero no, que canta uno de Alameda, creo, y dice lo de 'no quiero más sufrir, y de esta ciudad salir'. Y qué días aquellos. Y cómo temblaba mi corazón solito por la calle. 'Mi barco tiene velas, que están hechas de seda, ay si yo pudiera navegar donde quisiera'. Esa es buena. 'Ay si yo pudiera...'.
https://www.youtube.com/watch?v=J-KuQ8ybSs8
Ven aquí chico, fúmate un cigarro y cuenta. ¿Vas lejos? No. No voy a ningún lado. No tengo tampoco ganas de fumar. Qué manía con que fume. Toda la vida igual. Fuma, fuma, fuma. No tengo ningún interés en el tabaco. No tengo tampoco ningún interés en que la gente deje de fumar. Es un negocio y yo estoy muy por el flujo de capitales. Así os lo digo. Caretas fuera. Porque ya está bien de hacer el tonto con la socialización de los medios de producción, la nacionalización de la banca y toda esa mandanga que la gente ve como el que ve a Krishna transfigurado en Arjuna disparando flechas y derrotando a tal. Es todo muy así. Ven, ven aquí y fúmate un desto con nosotros y nos cuentas. Esa especie de cosa del viajero que llega a un sitio y los otros esperan a que le cuenten su viaje. Esa especie de cosa de 'cuéntame algo, cuéntame una historia, cuéntame algo tú ahora'. Y tú no quieres contar nada, que si vienes de lejos a lo mejor es para escuchar de nuevo lo que ya escuchaste. Que si estás allí no es para contar nada, sino para escuchar. Para oír. Que no he venido a contaros nada. Que me digáis vosotros algo.
https://www.youtube.com/watch?v=M8spSUfnmxg
Yo ya no voy a hablar más de huertos urbanos, total para qué, miren a esos héroes de la Unión Soviética que tendrían que estar vigilando si las habas salen o no salen y no sacando vigas como si fueran los X-Men. Yo ya no voy a hablar más del parc de Can Zam y de cuándo y del cómo. Yo ya no voy a hablar más de educación ambiental. Yo ya no voy a hablar más de lo bonito que está el río. Yo ya no voy a hablar más de la dignidad. Yo ya no voy a hablar más de las dichosas viñas. Yo ya no voy a hablar más de bajar a los barrios, a pie de calle, para no estar tanto tiempo haciendo política de despachos. Yo ya no voy a hablar más de nada que tenga que ver con una planta, una maceta, un césped, un aire que se respira in the morning, un gran proyecto personal de acercar lo verde a la ciudad de cemento. Yo ya no voy a hablar más de lo que dijéramos pudiera ser lo ecológico. Yo ya no soy moderna. Todo nos parece una mierda, menos lo vuestro. A partir de ahora vamos a hablar de todo. Si vamos a hablar de todo, vamos a hablar de todo. Yo ya no soy moderna.
https://www.youtube.com/watch?v=tVJv8cQtB0I
Me he cortado el pelo. Novedades trascendentales. Me he cortado el pelo. Ya lo saben, tengo mucho pelo de atrás y cada vez menos pelo delante. La situación ya era insostenible y se ha tenido que proceder a operar. Y no se ha operado mal. Ha sido bastante satisfactoria todo lo que sería el... Pasa como con lo de ser intelectual. Que no sabe uno si se están bufando o qué. Te queda mejor el pelo corto. Estás mejor. Mucho mejor con el pelo corto. Y bueno, no sé si uno queda mejor de ninguna manera, la verdad. No es mejor. No es nada. Así que con el pelo corto o largo, con barba o la cara blanca y despejada, va a dar lo mismo. Parece que le están hablando a otro. De verdad. Intelectual, mejor, guapo. Ni de broma. En fin. Ayer, creo que fue el cumpleaños de Tony Iommi, guitarra de Black Sabbath. Pelo largo. Dame un cigarro. El humo del cigarro. Y así nos pasamos la vida. Que si ahora me corto el pelo, que si ahora me lo dejo largo. Y la vida es más que eso. Pero que te corten el pelo, ojo.
https://www.youtube.com/watch?v=au5tcEDZOaY
Pues nada. Con mis finos modales y mi delicada voz, me retiro a mis aposentos a disfrutar de un fin de semana que pinta igual que el resto de la semana. Estupendamente, oigan. Felices fiestas a todos.
jueves, 19 de febrero de 2015
Pídeme un cigarro
Entonces se pone a mi lado y me dice que le pida un cigarro. 'Pídeme un cigarro'. Que no lleva encima y que por favor a ver si le puedo pedir un cigarro. Y yo pienso, coño, pues pídetelo tú. Porque soy una persona que tiene un corazón que no le cabe en el pecho, pero también reconozco que bueno, bueno, todo el tiempo, no lo soy. A veces me sale la vena. 'Pídeme un cigarro'. Y yo no entiendo por qué tengo yo que ir a pedirle un cigarro a nadie. Y menos a ella. Se pone a mi lado todas las mañanas en el metro y me pide un cigarro. Como yo no tengo me susurra al oído 'Pídeme un cigarro'. Y yo no quiero pedirle un cigarro. Que no me da la gana. Estamos en el metro, no se puede fumar. Yo no fumo. No quiero fumar. No quiero tener nada que ver con el tabaco. Me molesta. Me repugna tanto, simplemente el hecho de decir la palabra cigarro. Cigarro. No cigarrillo, o un piti, o un... no. Un cigarro. Olor a cigarro. Olor a tabaco. Un cenicero con un dedo de agua y colillas flotando. El cigarro. Y se pone a mi lado y me susurra al oído 'Pídeme un cigarro'. Ella tiene las manos hechas polvo de fregar suelos. Huele a lejía. Se sienta a mi lado todas las mañanas y me susurra que le pida un cigarro. Ella fuma, porque cuando se murió mi padre empezó a fumar para recordarlo. Mi padre murió de repente, mientras volvía de la tienda. Había ido a comprar tabaco. Mi madre dice que murió de repente, esperando a que el semáforo cambiase de color. Iba con un paquete de fortuna en el bolsillo. Cayó fulminado en el suelo. Mi madre se hizo un lío y pensó que lo del paquete en el bolsillo era una señal para que lo recordara y desde entonces fuma. Y yo ya no vivo con ella y todas las mañanas, cuando voy al trabajo, en el metro, coincidimos. Yo no tengo nada contra mi madre, ni contra nadie, que tengo un corazón que no me cabe en el pecho, pero yo voy a trabajar a un despacho de la Avenida Tibidabo y voy vestido de punta en blanco y si me siento al lado de mi madre, que va a trabajar, pues se me coge el olor a lejía en la ropa. A lejía y a tabaco. 'Pídeme un cigarro'. Nunca lleva tabaco encima. Siempre tengo que irle a comprar tabaco. Ya no vivimos juntos. Yo me fui de casa hace unos años. Pero siempre coincidimos en el metro. 'Pídeme un cigarro'. Esta mañana ha vuelto a pasar. Se ha sentado a mi lado y me ha pedido un cigarro. Luego se acerca a mi oído y me susurra 'Pídeme un cigarro'. Esta vez, además me ha cogido la mano. Entre esto y el olor a lejía, he llegado al despacho medio llorando. Me ha ido de un pelo.
miércoles, 18 de febrero de 2015
Dame un cigarro
En realidad no es 'dame un cigarro'. Es más 'meuncigarro'. Se pasa así no sé cuánto rato. 'Meuncigarro', 'meuncigarro', 'meuncigarro'. Yo no fumo. Lo sabe. Incluso sabe que cuando estoy con alguien que está fumando hago por que se entere de que me molesta. No le diré nunca, ostia, deja de fumar, pero pongo caras, hago gestos, cosas. Y él venga y venga a pedirme un cigarro. 'Meuncigarro'. A veces, cuando estoy con él, tengo la sensación de que todo él huele a tabaco mojado. A tabaco mojado y a cerveza. A veces, no tiene que ser con él, me viene un olor muy fuerte a tabaco mojado y a cerveza. A baruzo. A que has estado en un bar bebiendo cerveza y no hay nadie alrededor que lo haya hecho y todo te señala a ti. O a él. A veces me pasa con él. Yo bebo cerveza y no sé si esa sensación la tendrá alguien conmigo igualmente. Yo no fumo y creo que eso debe ser un atenuante. Seguro que lo mío no es tan grave. Es ese olor a tabaco mojado y cerveza. A colillas en un cenicero y a cerveza. Me pedía un cigarro desde hacía mucho rato. Midamos el tiempo si queremos. Yo ya no mido el tiempo. He perdido las ganas de medir el tiempo. El tiempo que pasa entre una cosa y otra cosa, entre una acción y otra acción, ha dejado de tener sentido para mí. ¿Porqué huele tanto a tabaco? Si yo no fumo. Él fuma, pero no estoy siempre con él. Ahora no recuerdo si más arriba he dicho que estoy siempre con él o lo acabo de conocer. Me pasa que lo que estoy contando en realidad no tiene la importancia que tiene otra cosa que estoy pensando y no me acuerdo de lo que he dicho. Porque no lo repaso. Me acabo de repasar los labios con la lengua y me saben a tabaco. Si yo no fumo, cómo me van a saber a tabaco. Me gusta repasar los labios de la gente que fuma. No de todo el mundo, claro, pero me hace gracia poder hacerlo de vez en cuando. No a todo el mundo, claro. Supongo que se me entiende. No siempre, claro. Debería repasar muchas cosas. 'Mencigarro'. Ya no es 'meuncigarro', ahora es 'mencigarro'. No para. 'Mencigarro'. 'Mencigarro'. Pensándolo un poco con calma, la verdad es que es normal que me pida un cigarro con tanta insistencia, porque nunca le he dicho que no fumo. Me pide un cigarro cada día. En el mismo sitio. A la misma hora. No siempre es la misma persona. Pero siempre me pide un cigarro. No es siempre él. A veces es otro. Pero siempre me pide un cigarro. Deben enviarlos de alguna parte. Nunca le he dicho que no fumo. O sí lo sabe. Lo he dicho más arriba. Sí que lo sabe. El que no sabe lo que está pasando soy yo.
martes, 17 de febrero de 2015
Diálogo
- A ver, tú. Oye una cosa. No eras tú el que decía que ya se había pasado el frío y que no se qué coño de la sensación térmica y tal... pues lo has clavado, fenómeno.
- Bueno, bueno. A ver si ahora por un comentario tonto me van a tomar por el hombre del tiempo. Era simplemente un comentario, una especie de sensación que tenía de que el frío se había ido ya, que lo peor había pasado, sólo era eso.
- Dios, qué tonto. Mitad de febrero y dice el tonto que ya se ha ido el frío. Hay que ser tonto, maestro.
- Bueno, pues nada. Pues perdón, oye. Que vaya manera de entrar también. Con las ganas que tenía yo de hablar contigo y para una vez que... vas y entras así. Ten un poquito de piedad de mí, jefa. Qué guapa mordiéndote el labio así ¿no?
- Pse. Qué quieres que te diga. Seguro que alguno me verá fea. O me dirá que no es para tanto. ¿Has visto el mechón ese cayendo por la cara? Pues seguro que a alguno le parecerá que el pelo por la cara, que vaya, que mira, que toma, que taun.
- Eso es como todo. Lo que uno ve así como precioso y bonito y guapo, a otro o a otra le puede parecer un morcón.
- ¿A qué piso vas? Porque vaya conversación de ascensor. Eso es como todo... esperaba más de ti.
- ¿De mí? No esperes tanto. Que engaño mucho. Que parezco muy así, pero me paso más rato callado sin nada que decir que aportando cosas.
- Ya, no me tienes que contar nada. ¿Has visto la película en la que salgo? ¿Esta del Goya?
- Qué va. Si ni siquiera me sé el nombre de la película en la que sales, como tú misma dices. No. No la he visto. Hace que no voy al cine... yo que sé. Creo que vi HER y ya no he vuelto.
- Es que estás muy ocupado, tete.
- Ya. Todos los días. Algo. Ayer hubo un acto sobre Urbanismo Popular, por ejemplo.
- Ostia, qué interesante, cuenta cuenta. Espera que me pongo cómoda para que me cuentes. Qué puto frío, chico.
- Oye, hablas muy mal, ¿no? No hablar mal de... no, como con muchas palabrotas, ¿no?
- No sé. Tú sabrás.
- Bueno, el caso es que hubo un acto sobre Urbanismo Popular y fue bastante interesante. El PSC quiere o quería hacer una especie de reordenación de espacios, desafectaciones, afectaciones y una serie de historias con una finalidad económica, porque si no tenían que pagar y por un tema legal, y han aprovechado para intentar colar una movida en plan 'mira qué super plan nos hemos inventado para pintar Santa Coloma de verde. Pero no cuela. Y ayer hicimos un acto...
- Hicimos.
- Sí, los de la coalición.
- ¿Qué coalición?
- Nosotros. ICV-EUiA.
- Explícalo, copón.
- No hace falta ahora explicar tanto, que yo que sé. La gente no quiere tanto lío. La gente quiere ganar. Ganar y gobernar.
- Qué curioso no. Antes mucha gente no quería ganar y gobernar y ahora quieren ganar y gobernar.
- Es curioso. Pero mucho. Antes la gente no quería ganar y gobernar. Recuerdo que decía, mucha gente, que querían empoderar, que eso de gobernar era un fulaco y que no valía para nada, porque en realidad, ganabas y llegabas al Ajuntament y no tenías el poder. Porque no tenías el poder económico y entonces había que empoderar.
- Qué tiempos aquellos de empoderar, ¿verdad? Parecen tan lejanos y al mismo tiempo tan de hace nada...
- Sí. Pues ahora esa misma gente, o mucha de esa gente, o alguna de esa gente, ha cambiado el discurso y quiere gobernar.
- Gobernar y ganar.
- Y un cielo azul y un sol brillante.
- Y una mañana fresca y tu cuerpo a mi lado.
- Y el río de agua clara y la brisa en tu rostro.
- Y qué bonito es todo.
- Claro que sí, vida mía, acércate a mí y dime que me quieres.
- Me he perdido.
- Yo también. Pero vuelvo ya. Se ha muerto el de Sergio y Estíbaliz. El Sergio. Que ahora tú dirás, y a mi qué. Pero seguro que alguna vez habremos cantado alguna canción suya.
- Ya. Esas cosas pasan. Oye una cosa. ¿Y entonces cómo va todo?
- Pues mira. Va. Tirando. Mucho curro ahora, muchas cosas, mucho lío. Pero cuando estoy así como agobiado y me veo superado pienso 'mayoría social, ganar, los de abajo, ciudadanía, el ciudadano, asamblea ciudadana', etc.
- Eres un mamón.
- También.
- No, ya en serio. Lo demás todo bien o qué.
- Si. Hoy empiezo las clases en la Uni. El viejo y el mar. El viejo profesor. El abuelo cebolleta. Los viejos somos más. Joder, qué guapa mordiéndote el labio. Como te vea mi hermano...
- Ya. Oye una cosa. Todo el rato estás haciendo referencia a cosas de política. ¿No eres un poco pesado con el tema?
- ¿Tú has visto jugar al Athletic? ¿Quieres que hablemos de fútbol?
- No, no. Déjalo.
- El otro día bajé al bar. Le dije al camarero que todo era una mierda. Que nos íbamos al carajo. Que no merecía la pena hacer nada. Y el camarero me dijo que tenía razón. Que todo era una mierda. Que no merecía la pena que hiciéramos nada. Y se me saltaron las lágrimas. Y a él se le saltaron las lágrimas. Y nos pusimos a llorar. Y nos abrazamos. Y yo noté que él estaba llorando por otra cosa más profunda. Y yo le dije que no se preocupara, que...
- ¿Qué me estás contando?
- Yo que sé. La peña cuenta cosas así. Y se emocionan y lloran. Yo también. Yo también me emociono mucho con las cosas. Y lloro. Pero no veo futuros esperanzadores.
- Será porque no quieres, porque eres un cascabelito. Anda, tontorrón, que seguro que va la cosa bien.
- Si ya lo sé. Si es la coña. Si es por reírnos. Tú no sabes lo de la risa qué bueno es. Y lo que les jode que nos riamos.
- ¿Tienes un cigarro?
- Touché.
- Venga, tápate que hace fresco y que vaya bien.
- No, reina mora, que te vaya bien a ti.
- Hasta luego.
- Venga.
- Bueno, bueno. A ver si ahora por un comentario tonto me van a tomar por el hombre del tiempo. Era simplemente un comentario, una especie de sensación que tenía de que el frío se había ido ya, que lo peor había pasado, sólo era eso.
- Dios, qué tonto. Mitad de febrero y dice el tonto que ya se ha ido el frío. Hay que ser tonto, maestro.
- Bueno, pues nada. Pues perdón, oye. Que vaya manera de entrar también. Con las ganas que tenía yo de hablar contigo y para una vez que... vas y entras así. Ten un poquito de piedad de mí, jefa. Qué guapa mordiéndote el labio así ¿no?
- Pse. Qué quieres que te diga. Seguro que alguno me verá fea. O me dirá que no es para tanto. ¿Has visto el mechón ese cayendo por la cara? Pues seguro que a alguno le parecerá que el pelo por la cara, que vaya, que mira, que toma, que taun.
- Eso es como todo. Lo que uno ve así como precioso y bonito y guapo, a otro o a otra le puede parecer un morcón.
- ¿A qué piso vas? Porque vaya conversación de ascensor. Eso es como todo... esperaba más de ti.
- ¿De mí? No esperes tanto. Que engaño mucho. Que parezco muy así, pero me paso más rato callado sin nada que decir que aportando cosas.
- Ya, no me tienes que contar nada. ¿Has visto la película en la que salgo? ¿Esta del Goya?
- Qué va. Si ni siquiera me sé el nombre de la película en la que sales, como tú misma dices. No. No la he visto. Hace que no voy al cine... yo que sé. Creo que vi HER y ya no he vuelto.
- Es que estás muy ocupado, tete.
- Ya. Todos los días. Algo. Ayer hubo un acto sobre Urbanismo Popular, por ejemplo.
- Ostia, qué interesante, cuenta cuenta. Espera que me pongo cómoda para que me cuentes. Qué puto frío, chico.
- Oye, hablas muy mal, ¿no? No hablar mal de... no, como con muchas palabrotas, ¿no?
- No sé. Tú sabrás.
- Bueno, el caso es que hubo un acto sobre Urbanismo Popular y fue bastante interesante. El PSC quiere o quería hacer una especie de reordenación de espacios, desafectaciones, afectaciones y una serie de historias con una finalidad económica, porque si no tenían que pagar y por un tema legal, y han aprovechado para intentar colar una movida en plan 'mira qué super plan nos hemos inventado para pintar Santa Coloma de verde. Pero no cuela. Y ayer hicimos un acto...
- Hicimos.
- Sí, los de la coalición.
- ¿Qué coalición?
- Nosotros. ICV-EUiA.
- Explícalo, copón.
- No hace falta ahora explicar tanto, que yo que sé. La gente no quiere tanto lío. La gente quiere ganar. Ganar y gobernar.
- Qué curioso no. Antes mucha gente no quería ganar y gobernar y ahora quieren ganar y gobernar.
- Es curioso. Pero mucho. Antes la gente no quería ganar y gobernar. Recuerdo que decía, mucha gente, que querían empoderar, que eso de gobernar era un fulaco y que no valía para nada, porque en realidad, ganabas y llegabas al Ajuntament y no tenías el poder. Porque no tenías el poder económico y entonces había que empoderar.
- Qué tiempos aquellos de empoderar, ¿verdad? Parecen tan lejanos y al mismo tiempo tan de hace nada...
- Sí. Pues ahora esa misma gente, o mucha de esa gente, o alguna de esa gente, ha cambiado el discurso y quiere gobernar.
- Gobernar y ganar.
- Y un cielo azul y un sol brillante.
- Y una mañana fresca y tu cuerpo a mi lado.
- Y el río de agua clara y la brisa en tu rostro.
- Y qué bonito es todo.
- Claro que sí, vida mía, acércate a mí y dime que me quieres.
- Me he perdido.
- Yo también. Pero vuelvo ya. Se ha muerto el de Sergio y Estíbaliz. El Sergio. Que ahora tú dirás, y a mi qué. Pero seguro que alguna vez habremos cantado alguna canción suya.
- Ya. Esas cosas pasan. Oye una cosa. ¿Y entonces cómo va todo?
- Pues mira. Va. Tirando. Mucho curro ahora, muchas cosas, mucho lío. Pero cuando estoy así como agobiado y me veo superado pienso 'mayoría social, ganar, los de abajo, ciudadanía, el ciudadano, asamblea ciudadana', etc.
- Eres un mamón.
- También.
- No, ya en serio. Lo demás todo bien o qué.
- Si. Hoy empiezo las clases en la Uni. El viejo y el mar. El viejo profesor. El abuelo cebolleta. Los viejos somos más. Joder, qué guapa mordiéndote el labio. Como te vea mi hermano...
- Ya. Oye una cosa. Todo el rato estás haciendo referencia a cosas de política. ¿No eres un poco pesado con el tema?
- ¿Tú has visto jugar al Athletic? ¿Quieres que hablemos de fútbol?
- No, no. Déjalo.
- El otro día bajé al bar. Le dije al camarero que todo era una mierda. Que nos íbamos al carajo. Que no merecía la pena hacer nada. Y el camarero me dijo que tenía razón. Que todo era una mierda. Que no merecía la pena que hiciéramos nada. Y se me saltaron las lágrimas. Y a él se le saltaron las lágrimas. Y nos pusimos a llorar. Y nos abrazamos. Y yo noté que él estaba llorando por otra cosa más profunda. Y yo le dije que no se preocupara, que...
- ¿Qué me estás contando?
- Yo que sé. La peña cuenta cosas así. Y se emocionan y lloran. Yo también. Yo también me emociono mucho con las cosas. Y lloro. Pero no veo futuros esperanzadores.
- Será porque no quieres, porque eres un cascabelito. Anda, tontorrón, que seguro que va la cosa bien.
- Si ya lo sé. Si es la coña. Si es por reírnos. Tú no sabes lo de la risa qué bueno es. Y lo que les jode que nos riamos.
- ¿Tienes un cigarro?
- Touché.
- Venga, tápate que hace fresco y que vaya bien.
- No, reina mora, que te vaya bien a ti.
- Hasta luego.
- Venga.
lunes, 16 de febrero de 2015
¿Tienes un cigarro?
Es como una cosa que no te pasa a ti. Iba el otro día con mis asuntos y se me ocurrió pedirle un cigarro a alguien. '¿Tienes un cigarro?'. No fumo. Pero me hacía gracia interpelar a alguien, preguntarle algo incómodo. '¿Tienes un cigarro?'. Cuando yo era pequeño, y digo más, creo que de toda la vida, si alguien me preguntaba si tenía un cigarro, me imaginaba que era como el preludio de algo más importante. Detrás del cigarro, seguro que venía el reloj. Detrás del reloj, seguro que venía la pasta. Detrás de la pasta... quién sabe qué desgracia sin límite se me vendría encima. En realidad no me hacía gracia interpelar a nadie. No era gracia. Me excitaba. Ese es el concepto. Me excitaba profundamente preguntarle a alguien algo incómodo. '¿Tienes un cigarro?'. No calculé a quién se lo preguntaba. Tuve suerte, porque no era una persona con pinta de causarme muchos problemas. Al menos así en un primer instante. Parecía alguien normal que es atropellado por un notas como yo, que te pide un cigarro. '¿Tienes un cigarro?'. No fumo. Nunca he fumado. Me molesta profundamente el olor a colilla en un cenicero. Me irrita sobremanera que la ropa me huela a tabaco. A veces sueño con que fumo. No sé bien qué me pasa pero sueño que tengo como un cigarro ardiendo en la lengua. La lengua quemándose y sabiendo a tabaco. A cigarro mojado y ardiendo a la vez. Es una sensación extraña. Todo, al fin y al cabo, desde que te levantas hasta que te acuestas, puede ser realmente extraño. No me gusta nada la sensación de fumar. Nunca he fumado. Casi nunca he estado con alguien que fumase. No quiero estar nunca con alguien que fume. Jamás. Fumar. '¿Tienes un cigarro?'. Se lo solté así. En principio no me planteé imitar a nadie mientras hablaba. Pero sé que me salió una pregunta con deje. Imitando el acento del barrio. Como si yo no fuera de un barrio. Del barrio. El barrio donde yo vivo no tiene un acento concreto, pero creo que imité de alguna manera el acento de un barrio estandarizado. El barrio. '¿Tienes un cigarro?'. El muchacho que recibió mi pregunta me conocía. Me conoce mucha gente. Me miró extrañado por que no se esperaba que le hiciera esa pregunta. Se quedó callado mirándome. Estaba serio. Me miró largo rato. Yo creo que el tiempo empezó a pasar. Es decir, que no fue un momento y ya, no. El tiempo pasaba. Él estaba quieto mirándome. Yo creo que había pasado al menos media hora cuando volví a preguntarle '¿Tienes un cigarro?', En realidad no había pasado tanto tiempo, pero es que últimamente llevo muy mal lo de calcular el tiempo. Pienso que diez minutos son muy poco y en realidad dan para mucho. '¿Tienes un cigarro?', le insistí. El muchacho me preguntó '¿y tú, tienes fuego?'. Touché.
viernes, 13 de febrero de 2015
Miscelánea
No es Uma Thurman, es Daevid Allen. No es Maradona, es Daevid Allen. No es Bárbara Lennie, es Daevid Allen. Daevid Allen se nos muere. Pero no estemos tristes, él no está triste. Un cáncer de garganta, al parecer, ha perseverado en su maligna intención y se lo va a llevar por delante. Soy muy pesado con Gong y con Daevid Allen, pero insisto en que en una época no demasiado lejana, me salvaron la vida con sus canciones, sus gritos, sus pajaradas. Se nos va. Dice Daevid Allen que ya se ha cansado de pelear y que va a esperar pacientemente a que le llegue la hora. No es mala idea. Dejar de luchar contra lo que no se puede luchar y esperar a que llegue el momento. No es una actitud muy combativa, no es lo que se espera de un fighter, pero uno tiene que ser consciente de sus limitaciones. Ahora debería yo escoger una canción para hacer un homenaje a Daevid Allen. Memories es una canción muy bonita. No la canta él, pero sale en un disco suyo, el Banana Moon. La canta Wyatt. Siento ser tan pesado y no salir de los cuatro o cinco grupos de siempre, pero es que esta semana toca acordarse del bueno de Allen. Es una canción tan bonita. Solíamos ir por estas calles juntos. No puedo ir por ningún sitio sin acordarme de ti. Tí sin tilde. Esa sensación de que todo está vacío si no está ella. Eso es esta canción. Esa sensación de que todo te lleva a ella. Todo el rato. La memoria. Los recuerdos. Las tiendas donde nos conocían. La memoria.
https://www.youtube.com/watch?v=UlvsBgwn4m0
Ir a los bares y que pongan la música que quieres. Esta aspiración ha sido una constante en mi vida desde que tengo uso de razón. Jamás pasó. O nunca pasó hasta ahora. El otro día, en un bar al que no voy nunca, hablando de música, acabó el amo del establecimiento poniendo Hidrogenesse. Ayer, en otro establecimiento, pusieron Albert Pla por lo mismo. Una canción de Albert Pla se parecía a una canción de Antonio Vega. Antonio. Ese nombre. Los nombres de la cosa. Antonio. Me extraña que alguien me llame Antonio. Me extraña que alguien me llame Toni. Mucho más. Me extraña que alguien me llame. Es algo que, y sigo siendo pesado con los mismos temas siempre, me hace pensar mucho. Que la gente te conozca y te reconozca. Que se dirija a ti gente que no te conoce pero que sabe de uno. Y te interpela, y te pregunta. Me intriga. Pau Riba. Habría que haber puesto una foto de Pau Riba, que es el rei del Carnestoltes de Barcelona. Pau Riba tiene una canción en el Electrocid Acid Alquimistic Xoc, que se llama Es fa llarg esperar. Una canción que te pone los pelos de punta. Como un alto porcentaje de sus canciones. Es fa llarg esperar. De su disco de rock duro. Es fa trist esperar cada dia. Y no está uno triste hoy, precisamente. Pero mira, esta canción me puede. Hay otra de temática parecida, pero más hiriente, la de La flor del Taronger, que es brutal y es del Licors. Escuchen esta de Es fa llarg esperar. Esperes, esperes i esperes... vols demà però encara es ahir. Es fa trist esperar. Es fa fosc esperar.
https://www.youtube.com/watch?v=BICZwmguwgU
Si alguien pensaba que no iba a decir nada de la chica vestida de naipe, se equivocaba. Que uno, desde que tiene uso de razón ha dicho de primeras siempre que no, que no iba a hacerlo, que no iba a ir, que no iba a estar, y al final lo hace. Porque uno es así. De decir que no. Es carnaval. Yo no me disfrazo. Nunca, y digo casi nunca menos unas cuantas veces en el Idefix, me he disfrazado. Mis disfraces eran estúpidos, sin sentido. Las bromas de las que solo me río yo. Las gracias sin gracia del Toni, que dice la San. Comentarios que hago y que no tienen ni cap ni peus. Comentarios a comentarios que no se entienden. Disfrazarme con el pijama de mi abuela, con la bata de mi abuela, sacar pañuelos del bolsillo de mi abuela. A mí me hacía gracia. A la gente también. Porque la gente es muy buena y tiene mucho aguante. Una canción de carnaval. De los Fabulosos Cadillacas no voy a poner la canción. Porque no. Porque ya saben que no. Pero me saco de la manga una cosa que ustedes no saben. Carnavales de Cádiz. Quién pudiera ir a Cádiz alguna vez en la vida morena. Los Bordes del Área interpretan el popurri más bestia de todos los tiempos. Año 1996. Niña gaditana, eres tú.
https://www.youtube.com/watch?v=beaj3G80teg
Ojo. Hoy es el Día Mundial de la Radio. No pasan cosas ni nada durante el año, nen. Todo el año pasando cosas. Pum, pum, pum. Venga a pasar cosas. Continuamente. Yo hacía un programa de radio. He hecho algunos, no voy a decir que he hecho muchos. Hice uno que se llamaba Els Dilluns no hi ha funció. Qué risas. Con el Joan, con el Andreu... Con la Noe, con la Alicia... joder. Qué tiempos. Luego hice un informativo yo solito, con el mítico... el tranviaire de Santa Coloma Radio en los controles. Qué grande. Qué informativos más dantescos, por dios. Y luego el gran No te Nom. Con el Mario y con mi broder. Si yo supiera, colgaría algún otro programa por aquí, pero no sé. Ahora dentro de un desto, lo miro y lo intento. No desesperen. A mí la radio me gusta muchísimo, pero me pasa como con todo. No soy serio. No me lo tomo en serio, no sigo la norma, no lo hago bien. Esa es la sensación. Como con esto. Que sí, que muy gracioso, pero que no lo hago bien. Que esto no es hacerlo bien. Ahora dentro de un desto, si cuelgo algo, lo verán. Te ríes, pero no está bien. Una canción de la Radio. La sintonía del No te Nom. Albert Ayler en plan desenfreno. Qué buena era esta. New Generation. Una nueva generación de gente que viene a... bufarse de todo, compañeros. Bufarse de todo. Que no nos quiten, al menos, la conciencia de que haciendo el payaso, también se vive y se hace vivir a los demás.
https://www.youtube.com/watch?v=svCzFz2geAk
Estoy escribiendo muchísimo hoy. Porque llevaba dos días sin escribir, debe ser. No lo sé. El caso es que esto de escribir es como una droga. A veces te quitas y... ¿Qué, cómo se han quedado? ¿Han visto lo que he hecho? He hecho así como que iba a escribir sobre algo muy profundo pero no he podido. Es así como funcionan la cosas. Parece que vas a hacer algo como muy importante y luego te quedas en nada. Parece que vas a hacer el cerro arena y luego te quedas a mitad de camino. Ya lo saben los que leen normalmente las tontunas estas que el hilo que conduce todo esto suele ser el 'y al final nada'. Pero bueno, no nos quedemos con eso. Vivimos tiempos en los que hay que contagiar ilusión. Sí, amigos. Aquí me tienen, contagiando ilusión y optimismo y esperanza a la gente. Ese soy yo. Los que me conocen de otras películas como 'yo eso no lo hago ni muerto', 'a mi no me llevan ahí ni atado (father paco version)' o 'si ya sé que no para qué me voy a mover', deben alucinar cuando me ven ahí en plan 'el futuro es nuestro, compañeros'. Compañeros. Del alma, tan temprano. Una de Pata Negra, que ayer no sé dónde vi... ah, si, en el libro que me estoy leyendo. Que no me llega el otro, doña. Que no me llega. El río guadalquivir no se cuantos... los dos ríos de Granada... nosequé. Bestial. Baladilla de los tres ríos. No es la mejor del Rock Gitano, pero tiene su aquel.
https://www.youtube.com/watch?v=1GRya70pZrM
Bueno, pues nos vamos a ir yendo. Esto ha sido todo por el momento. Este fin de semana, que empieza este viernes, tenemos... no sé lo que tenemos. Pero seguro que sale algo. Dicen que hay un corretapa. Podríamos ir. Podríamos ir, bebernos unas cervezas, ser parte de algo. Unas birras, unas risas, unos saludos a la peñita, qué pasa, qué hacéis por aquí, está esto petado de gente, la ostia, ya ves, nen. Y luego podríamos ir a comer algo por ahí, en plan, pues ya que nos hemos lanzado, nos metemos unas bravulis y unos pinchitos buenos por ahí. ¿No? Molaría. Así en plan sábado de da todo lo mismo. Cuando la cosa se pone fea, cuando la cosa deja de tener sentido, lo mejor es echar mano de Faust. De Gong. De Amon Düul II, de la tropa. Hace sol. Una reflexión que ya hice ayer. Tengo la sensación de que ya se ha acabado el invierno. Es una sensación extraña. Se ha ido el frío del demonio y empieza el condenado entretiempo. Es imperceptible aún. Pero así lo siento ya. La rodilla me duele como el mismo alma. Faust y su canción 'Me hacen daño los dientes'. Es que al final, siempre, siempre, estamos hablando de lo mismo.
https://www.youtube.com/watch?v=tEMIXMAljBE
Bueno, eso. En serio. Que si nos vemos y eso, saluden. Si no, buen fin de semana y que les cunda mucho, que luego el lunes nos acordamos todos de lo que te dije.
https://www.youtube.com/watch?v=UlvsBgwn4m0
Ir a los bares y que pongan la música que quieres. Esta aspiración ha sido una constante en mi vida desde que tengo uso de razón. Jamás pasó. O nunca pasó hasta ahora. El otro día, en un bar al que no voy nunca, hablando de música, acabó el amo del establecimiento poniendo Hidrogenesse. Ayer, en otro establecimiento, pusieron Albert Pla por lo mismo. Una canción de Albert Pla se parecía a una canción de Antonio Vega. Antonio. Ese nombre. Los nombres de la cosa. Antonio. Me extraña que alguien me llame Antonio. Me extraña que alguien me llame Toni. Mucho más. Me extraña que alguien me llame. Es algo que, y sigo siendo pesado con los mismos temas siempre, me hace pensar mucho. Que la gente te conozca y te reconozca. Que se dirija a ti gente que no te conoce pero que sabe de uno. Y te interpela, y te pregunta. Me intriga. Pau Riba. Habría que haber puesto una foto de Pau Riba, que es el rei del Carnestoltes de Barcelona. Pau Riba tiene una canción en el Electrocid Acid Alquimistic Xoc, que se llama Es fa llarg esperar. Una canción que te pone los pelos de punta. Como un alto porcentaje de sus canciones. Es fa llarg esperar. De su disco de rock duro. Es fa trist esperar cada dia. Y no está uno triste hoy, precisamente. Pero mira, esta canción me puede. Hay otra de temática parecida, pero más hiriente, la de La flor del Taronger, que es brutal y es del Licors. Escuchen esta de Es fa llarg esperar. Esperes, esperes i esperes... vols demà però encara es ahir. Es fa trist esperar. Es fa fosc esperar.
https://www.youtube.com/watch?v=BICZwmguwgU
Si alguien pensaba que no iba a decir nada de la chica vestida de naipe, se equivocaba. Que uno, desde que tiene uso de razón ha dicho de primeras siempre que no, que no iba a hacerlo, que no iba a ir, que no iba a estar, y al final lo hace. Porque uno es así. De decir que no. Es carnaval. Yo no me disfrazo. Nunca, y digo casi nunca menos unas cuantas veces en el Idefix, me he disfrazado. Mis disfraces eran estúpidos, sin sentido. Las bromas de las que solo me río yo. Las gracias sin gracia del Toni, que dice la San. Comentarios que hago y que no tienen ni cap ni peus. Comentarios a comentarios que no se entienden. Disfrazarme con el pijama de mi abuela, con la bata de mi abuela, sacar pañuelos del bolsillo de mi abuela. A mí me hacía gracia. A la gente también. Porque la gente es muy buena y tiene mucho aguante. Una canción de carnaval. De los Fabulosos Cadillacas no voy a poner la canción. Porque no. Porque ya saben que no. Pero me saco de la manga una cosa que ustedes no saben. Carnavales de Cádiz. Quién pudiera ir a Cádiz alguna vez en la vida morena. Los Bordes del Área interpretan el popurri más bestia de todos los tiempos. Año 1996. Niña gaditana, eres tú.
https://www.youtube.com/watch?v=beaj3G80teg
Ojo. Hoy es el Día Mundial de la Radio. No pasan cosas ni nada durante el año, nen. Todo el año pasando cosas. Pum, pum, pum. Venga a pasar cosas. Continuamente. Yo hacía un programa de radio. He hecho algunos, no voy a decir que he hecho muchos. Hice uno que se llamaba Els Dilluns no hi ha funció. Qué risas. Con el Joan, con el Andreu... Con la Noe, con la Alicia... joder. Qué tiempos. Luego hice un informativo yo solito, con el mítico... el tranviaire de Santa Coloma Radio en los controles. Qué grande. Qué informativos más dantescos, por dios. Y luego el gran No te Nom. Con el Mario y con mi broder. Si yo supiera, colgaría algún otro programa por aquí, pero no sé. Ahora dentro de un desto, lo miro y lo intento. No desesperen. A mí la radio me gusta muchísimo, pero me pasa como con todo. No soy serio. No me lo tomo en serio, no sigo la norma, no lo hago bien. Esa es la sensación. Como con esto. Que sí, que muy gracioso, pero que no lo hago bien. Que esto no es hacerlo bien. Ahora dentro de un desto, si cuelgo algo, lo verán. Te ríes, pero no está bien. Una canción de la Radio. La sintonía del No te Nom. Albert Ayler en plan desenfreno. Qué buena era esta. New Generation. Una nueva generación de gente que viene a... bufarse de todo, compañeros. Bufarse de todo. Que no nos quiten, al menos, la conciencia de que haciendo el payaso, también se vive y se hace vivir a los demás.
https://www.youtube.com/watch?v=svCzFz2geAk
Estoy escribiendo muchísimo hoy. Porque llevaba dos días sin escribir, debe ser. No lo sé. El caso es que esto de escribir es como una droga. A veces te quitas y... ¿Qué, cómo se han quedado? ¿Han visto lo que he hecho? He hecho así como que iba a escribir sobre algo muy profundo pero no he podido. Es así como funcionan la cosas. Parece que vas a hacer algo como muy importante y luego te quedas en nada. Parece que vas a hacer el cerro arena y luego te quedas a mitad de camino. Ya lo saben los que leen normalmente las tontunas estas que el hilo que conduce todo esto suele ser el 'y al final nada'. Pero bueno, no nos quedemos con eso. Vivimos tiempos en los que hay que contagiar ilusión. Sí, amigos. Aquí me tienen, contagiando ilusión y optimismo y esperanza a la gente. Ese soy yo. Los que me conocen de otras películas como 'yo eso no lo hago ni muerto', 'a mi no me llevan ahí ni atado (father paco version)' o 'si ya sé que no para qué me voy a mover', deben alucinar cuando me ven ahí en plan 'el futuro es nuestro, compañeros'. Compañeros. Del alma, tan temprano. Una de Pata Negra, que ayer no sé dónde vi... ah, si, en el libro que me estoy leyendo. Que no me llega el otro, doña. Que no me llega. El río guadalquivir no se cuantos... los dos ríos de Granada... nosequé. Bestial. Baladilla de los tres ríos. No es la mejor del Rock Gitano, pero tiene su aquel.
https://www.youtube.com/watch?v=1GRya70pZrM
Bueno, pues nos vamos a ir yendo. Esto ha sido todo por el momento. Este fin de semana, que empieza este viernes, tenemos... no sé lo que tenemos. Pero seguro que sale algo. Dicen que hay un corretapa. Podríamos ir. Podríamos ir, bebernos unas cervezas, ser parte de algo. Unas birras, unas risas, unos saludos a la peñita, qué pasa, qué hacéis por aquí, está esto petado de gente, la ostia, ya ves, nen. Y luego podríamos ir a comer algo por ahí, en plan, pues ya que nos hemos lanzado, nos metemos unas bravulis y unos pinchitos buenos por ahí. ¿No? Molaría. Así en plan sábado de da todo lo mismo. Cuando la cosa se pone fea, cuando la cosa deja de tener sentido, lo mejor es echar mano de Faust. De Gong. De Amon Düul II, de la tropa. Hace sol. Una reflexión que ya hice ayer. Tengo la sensación de que ya se ha acabado el invierno. Es una sensación extraña. Se ha ido el frío del demonio y empieza el condenado entretiempo. Es imperceptible aún. Pero así lo siento ya. La rodilla me duele como el mismo alma. Faust y su canción 'Me hacen daño los dientes'. Es que al final, siempre, siempre, estamos hablando de lo mismo.
https://www.youtube.com/watch?v=tEMIXMAljBE
Bueno, eso. En serio. Que si nos vemos y eso, saluden. Si no, buen fin de semana y que les cunda mucho, que luego el lunes nos acordamos todos de lo que te dije.
martes, 10 de febrero de 2015
Baal
Era joven Baal y se sentía solo. Era joven Baal y el mundo que había creado, el mundo que había pensado, le parecía que estaba vacío. Era joven Baal y pensaba que toda la fuerza que tenía se malgastaba en asuntos vanos. Era joven Baal y lo hacía y lo rehacía todo una y otra vez, pensando en que volviendo a empezar, encontraría el camino correcto. Era joven Baal y lo borraba todo. Era joven Baal y no veía el sentido a nada. Era joven Baal y se vestía como un anciano. Era joven Baal y soñaba con asuntos de índole administrativa. Era joven Baal y tarareaba canciones que no sabía dónde había escuchado. Era joven Baal y ya se aburría de las canciones que él mismo había inspirado. Era joven Baal y soñaba que era innecesario ser Baal. Era joven Baal y no encontraba ningún motivo para ser Baal. Era joven Baal y todo corría peligro. Era joven Baal y desaparecía. Era joven Baal y pensaba en la extraña sensación de estar tan solo. Era joven Baal y quería ser viejo y ser Baal y estar al final del camino y no tener ya nada en lo que pensar. Era joven Baal y fue viejo Baal pero no le gustó a Baal y volvió a ser joven Baal. Era joven Baal y no sabía qué le pasaba. Era joven Baal y no le encontraba el gusto a ser Baal. Era joven Baal y probó de crear a otro Baal para saber qué le pasaba a Baal y no lo supo y si lo supo se lo calló o no lo quiso aceptar. Y era joven Baal y pasaba el tiempo y Baal se dio cuenta de que si estaba solo, algo debía hacer Baal. Y era joven Baal y algo pasó que encontró Baal a alguien a quien no había creado ni pensado Baal y le gustó. Y era joven Baal y no se planteó Baal que hubiera alguien más. Y ya no estaba solo Baal. Y había alguien más con Baal. Y ya Baal dejó que el mundo siguiera su curso y el mundo fue feliz como era feliz Baal. Y ya no estaba solo Baal.
- ¡Oh, Baal! Eras joven y te encontrabas triste y sin saber qué hacer y era que estabas solo y ahora ya no lo estás, ¡oh Baal! Magnífica o magnífico ha de ser quien te hace feliz, ¡oh Baal!
Mortal, lanzas tus alabanzas a sabiendas de que son molestas e inoportunas. Estaba solo y hallé consuelo. Pero soy Baal. Y, mortal, ya no soy joven. Todo puede pasar.
- ¡Oh, Baal! Eras joven y te encontrabas triste y sin saber qué hacer y era que estabas solo y ahora ya no lo estás, ¡oh Baal! Magnífica o magnífico ha de ser quien te hace feliz, ¡oh Baal!
Mortal, lanzas tus alabanzas a sabiendas de que son molestas e inoportunas. Estaba solo y hallé consuelo. Pero soy Baal. Y, mortal, ya no soy joven. Todo puede pasar.
lunes, 9 de febrero de 2015
Una historia en el metro
No ha pasado nada. Va a ser difícil que con lo que ha pasado interese yo a demasiada gente. Debería salpimentarlo con otros asuntos, intentar llenar el texto de adornos y florituras, pero no me veo. Otra vez yendo tarde a un trabajo al que no tengo que llegar temprano. De hecho, no me esperan en el trabajo. Llego y ya está. No tengo hora, pero yo me la marco y a fe mía que intento ser puntual. Hoy el motivo de la demora ha sido una gestión bancaria. Nada del otro mundo tampoco, pero siempre coincide que hay un señor mayor que tiene que hacer un pago y no recuerda su número de teléfono y tiene que darle el teléfono al cajero y éste hace la gestión y la vida pasa tan despacio. Y todo es tan lúgubre. El señor mayor acaba su gestión, me toca a mí, he perdido el carnet de identidad. Todo es nada. Nada tiene importancia. Continuamente mirando el móvil para matar el tiempo. El twitter. El maldito twitter y los comentarios ingeniosos de la gente del twitter. Vamos al grano. O no. Yo hoy iba a hablar del partido de ayer. De que da igual que nos hayan clavado cinco goles y que pudieran haber sido catorce y que prefiero perder así que haciendo el ganso. Pero mejor hablar de lo que ha pasado. Y no de lo que pasó. El otro día un chico en el andén de Diagonal iba con un tupper pidiendo para una familia en Gràcia. No le dí nada. El día después, una chica morena pedía para su hija, le dí un euro. Bueno. Son cosas que pasan.
Y no ha pasado nada y ha pasado algo. Algo que hace pensar o que quizás hace pensar en algo que uno se imagina y que en realidad no es y es menos. Las comas. Ahora solo pienso en las comas. Soy de muy fácil sugestionar. Y no ha pasado nada. Iba yo en el metro, con algo de preocupación, con bastante preocupación porque no encontraba el DNI y hacía cábalas sobre el pantalón, sobre el chaquetón, sobre que tengo los bolsillos de los chaquetones llenos de agujeros, sobre dónde he podido enseñar yo el carnet, a quién, mira en esta foto sí que estoy feo, pues mira yo, aquí si que estoy cambiado. Y ni siquiera me había puesto los auriculares para escuchar algo de música. Y ya no llevo ni libro para el metro. Me tengo que leer un libro, pero no me llega y hasta que me llegue no quiero coger otro libro sobre Santa Coloma. Pensando en esto. Pensando en más cosas. Mirando el móvil. Y a mi lado, en el marco de la puerta, en el otro marco, un indio. Un indio de la India. No aquel otro indio. Un indio alto como un día sin pan. Un indio con barba y turbante blanco. Un indio joven contraje y con turbante blanco y con barba. No le he hecho mucho caso. Iba yo leyendo un artículo del Corachán sobre el tema de las viñas. El viaje se estaba haciendo corto porque tengo muchas cosas en las que pensar. El metro se ha empezado a llenar de gente. No sé porqué, pero hay más mujeres que hombres en el metro. Bueno, una observación más. Entonces ha pasado. En Fabra i Puig una de estas mujeres ha gritado 'ese señor se cae, ese señor se cae'. El indio se ha desplomado. Se ha caído de golpe. Se ha desmayado. No ha caído violentamente porque ha ido cayéndose y lo íbamos sujetando mientras se desplomaba. El indio se ha caído y ha quedado en el suelo tendido. Otro indio, quizás pakistaní, quizás de otro sitio, no era aborigen, le ha ayudado. El indio se ha medio espabilado y le hemos dicho que saliera del vagón. Que se sentara en el andén, tranquilamente, que no pasaba nada. El indio,al que se le había caído el turbante y que se tocaba la cabeza buscándoselo, decía con muy poca voz que estaba bien, que estaba bien. Hemos tocado la palanca de la alarma. El indio se ha sentado en un banco del andén de Fabra i Puig. El otro indio estaba a su lado. El indio del desmayo se ha colocado un pañuelo naranja en la cabeza. El otro indio le ha dado agua de una botella. El conducto del metro ha salido y le ha preguntado cómo estaba. Que estaba bien, le decía. Ha venido otro trabajador del metro y le ha tomado nota de lo que le ha pasado. Y yo pensaba en porqué se había desmayado. Me hago mis ollas. Me invento mis cosas. Se ha caído redondo y luego se ha espabilado. La gente, una vez que ha visto que el indio ya estaba más o menos bien, quería que el metro arrancase. Yo que sé. Yo no. O sí. No ha pasado nada. El indio se ha quedado allí, iría a algún sitio, le estarían esperando, ha llegado tarde. O no. Igual tampoco tenía hora de llegar a ninguna parte. Igual ha pillado el metro por pillarlo. No todo el mundo tiene que ser como uno. Eso es así. Y el otro indio, el que se ha quedado a ayudarle, también. También va a llegar tarde. Bonita forma de empezar una semana. Bonita forma de encarar el lunes.
Y no ha pasado nada y ha pasado algo. Algo que hace pensar o que quizás hace pensar en algo que uno se imagina y que en realidad no es y es menos. Las comas. Ahora solo pienso en las comas. Soy de muy fácil sugestionar. Y no ha pasado nada. Iba yo en el metro, con algo de preocupación, con bastante preocupación porque no encontraba el DNI y hacía cábalas sobre el pantalón, sobre el chaquetón, sobre que tengo los bolsillos de los chaquetones llenos de agujeros, sobre dónde he podido enseñar yo el carnet, a quién, mira en esta foto sí que estoy feo, pues mira yo, aquí si que estoy cambiado. Y ni siquiera me había puesto los auriculares para escuchar algo de música. Y ya no llevo ni libro para el metro. Me tengo que leer un libro, pero no me llega y hasta que me llegue no quiero coger otro libro sobre Santa Coloma. Pensando en esto. Pensando en más cosas. Mirando el móvil. Y a mi lado, en el marco de la puerta, en el otro marco, un indio. Un indio de la India. No aquel otro indio. Un indio alto como un día sin pan. Un indio con barba y turbante blanco. Un indio joven contraje y con turbante blanco y con barba. No le he hecho mucho caso. Iba yo leyendo un artículo del Corachán sobre el tema de las viñas. El viaje se estaba haciendo corto porque tengo muchas cosas en las que pensar. El metro se ha empezado a llenar de gente. No sé porqué, pero hay más mujeres que hombres en el metro. Bueno, una observación más. Entonces ha pasado. En Fabra i Puig una de estas mujeres ha gritado 'ese señor se cae, ese señor se cae'. El indio se ha desplomado. Se ha caído de golpe. Se ha desmayado. No ha caído violentamente porque ha ido cayéndose y lo íbamos sujetando mientras se desplomaba. El indio se ha caído y ha quedado en el suelo tendido. Otro indio, quizás pakistaní, quizás de otro sitio, no era aborigen, le ha ayudado. El indio se ha medio espabilado y le hemos dicho que saliera del vagón. Que se sentara en el andén, tranquilamente, que no pasaba nada. El indio,al que se le había caído el turbante y que se tocaba la cabeza buscándoselo, decía con muy poca voz que estaba bien, que estaba bien. Hemos tocado la palanca de la alarma. El indio se ha sentado en un banco del andén de Fabra i Puig. El otro indio estaba a su lado. El indio del desmayo se ha colocado un pañuelo naranja en la cabeza. El otro indio le ha dado agua de una botella. El conducto del metro ha salido y le ha preguntado cómo estaba. Que estaba bien, le decía. Ha venido otro trabajador del metro y le ha tomado nota de lo que le ha pasado. Y yo pensaba en porqué se había desmayado. Me hago mis ollas. Me invento mis cosas. Se ha caído redondo y luego se ha espabilado. La gente, una vez que ha visto que el indio ya estaba más o menos bien, quería que el metro arrancase. Yo que sé. Yo no. O sí. No ha pasado nada. El indio se ha quedado allí, iría a algún sitio, le estarían esperando, ha llegado tarde. O no. Igual tampoco tenía hora de llegar a ninguna parte. Igual ha pillado el metro por pillarlo. No todo el mundo tiene que ser como uno. Eso es así. Y el otro indio, el que se ha quedado a ayudarle, también. También va a llegar tarde. Bonita forma de empezar una semana. Bonita forma de encarar el lunes.
viernes, 6 de febrero de 2015
Miscelánea
No sé. Esta semana he tenido en la cabeza canciones muy bonitas. Todo sea dicho. Así como otras veces sólo se le ocurren a uno mierdas, esta semana ha sido muy buena. Y las canciones que le venían a uno eran, pues así, buenas también. Y muy bonitas. Y yo pensaba que, por ejemplo, esta de I only want to be with you, que en castellano nosequién la cantó como 'Ahora te puedes marchar', en realidad era una original francesa, y buscando vi que no. Que era una canción que interpretó en primer lugar la mítica Dusty Springfield. Y yo que pensaba que esta mujer tenía su cumbre con The son of the preacher man', y no. Esta canción es una barbaridad. No importa lo que hagas, yo sólo quiero estar contigo. Es demoledora. Y la canta radiante. Nada de preocupaciones, de malas caras. Lo canta convencida. Es una locura, pero es la verdad, yo sólo quiero estar contigo. Hay una versión de un grupo que se llamaba The tourists con Annie Lennox a la voz, que lo peta, pero esta es la buena. De 1963. No importa lo que hagas, yo sólo quiero estar contigo.
https://www.youtube.com/watch?v=TJMJSpOQEvk
Canción francesa. Esta semana, en la que todo el mundo ha sido un poco griego, a mí me ha dado por lo francés. Porque son canciones bonitas. Canciones de France Gall, de Sylvie Vartan, de Françoise Hardy. Pero son canciones de Serge Gainsbourg. Te pongas como te pongas, al final aparece el bueno, o el malo, de Serge y pone las canciones que realmente molan. Así que habrá que escuchar una del propio Serge. Creo que esta ya la he puesto un millón de veces. Pero es que de Serge Gainsbourg ya he puesto millones. Esta mola, porque el vídeo mola. Ahí lo ven paseando entre las muchachas. Más feo que el mismo demonio. Y el tío se pasea mirando y sonriéndose, pensando, como os coja, vais a ver. Feo, sí, pero interesante. Feo, pero te irías con él de birras, o de vinos, o de lo que fuera y siempre tendría algo que contar. Algo que decir. O no. O sólo miraría con cara de 'qué me estás contando'. Qué cancionaza Marilu. Qué grande es Marilu. Viva el mal, viva el pop, viva el capital. Viva Serge!!
https://www.youtube.com/watch?v=_2VfB7Kufs8
Semana vitícola en Santa Coloma. Esta semana se ha puesto en marcha el proyecto de recuperación de las viñas de la ciudad. Y como sólo faltan tres meses para las elecciones municipales, nos marcan goles por todas partes. Diga usted Can Zam, pues Can Zam. Diga usted pobreza energética, pues pobreza energética. Diga usted la MAT, pues la MAT. Diga usted Dignidad, pues Dignidad. Diga usted las viñas, pues las viñas. Y así. En el centro de la actualidad. Piensen en algo muy muy fuerte y ya verán lo que tardan en... Esto de las viñas es como todo. Si tu dices que mira, en seguida vienen y te dicen que mira tú. Canciones que tengan que ver con el vino, habrá unos dos mil millones. Pero la buena es esta de Siniestro Total. Lávame con vino. Oh. El vino. No nos beberemos hasta dentro de nosecuántos años una copa de vino de Santaco, pero sí que nos podemos beber unos vinos por Santaco. Y reírnos un huevo. Porque hace falta sentido del humor, señores, un poquito de sentido del humor. No enfadarse. Siéntate aquí y explícanos aquello que nos tenías que explicar, mozo. Échate unas risas con nosotros, que hoy aquí y mañana allí.
https://www.youtube.com/watch?v=aY0OcO1ZeDE
Este fin de semana es el Festival de Blues, la segunda edición. ¿Quién lo organiza? Mejor no preguntar. Porque en este pueblo, y ayer se comentó en otro sitio, según quien lo organice, puede ser que ya uno se lo piense. Somos así. El rollo sectario. Si sale el escudo de tal, pues me borro. Como estén allí los de cual, pues paso. El Festival de Blues. Yo no fui el año pasado. Este año es en el Auditori y cuesta ocho pavetes entrar. Hasta han programado un seminario sobre blues y todo. Mola. Pero eso, a ver si vamos o no. Los viernes mal. O bien. Según. Y mañana pues más o menos. Pero yo quiero ir. A ver qué es y quién toca. Esto del blues es complejo. Porque corres el riesgo de estar haciendo tributos siempre. Me explico, que tocando como los antiguos sólo imites. Y si haces algo nuevo, pues igual ya no es blues clásico. Dilema. Aquí va una de John Lee Hooker. Al final, vamos a estar juntos. Da igual como te pongas. Al final, estaremos juntos. Cancionón. Festival de Blues. Yo voy a ver si procuro ir, pero si no eso, vayan ustedes. Tú lo sabes, yo lo sé.
https://www.youtube.com/watch?v=xfqUjfI0eK4
Nos vamos a cansar de verles. Nos vamos a cansar de vernos. Hablando, proponiendo, moviendo las manos, poniendo cara de 'me lo estoy tomando muy en serio', poniendo cara de 'voy a hacer el cerro arena', poniendo cara de 'los demás no tienen ni puta idea, déjame a mí que verás como ahora sí que lo voy a hacer bien'. Nos vamos a cansar de verles decir que están apostando por la unidad pero hacen como el Senyor Martínez en Rhum. Hola, hola, hola, hola, tú no, hola, hola, hola, tú tampoc. Y nos vamos a cansar de mártires que se van porque no han conseguido remover los cimientos de una organización caduca y estancada. Y nos vamos a cansar de escuchar a quienes dicen que se ha ido porque es una oportunista. Y nos vamos a cansar de estar en contra de este, de aquel, de lo otro. Y nos vamos a cansar de que nos llamen vendidos. Y nos vamos a cansar de que nos llamen camaradas. Y nos vamos a cansar de reunirnos para reunirnos para reunirnos para reunirnos. Pero yo no me voy a cansar. Eso es así. Hablar, proponer, mover las manos. Yo no me canso.
https://www.youtube.com/watch?v=Go9aks4aujM
El blues. El blues is on fire. Ahora vamos a hablar otra vez de blues. Y ya que hemos puesto una de blues clásico, vamos a poner una de blues que sólo es nominalmente blues. O no. O igual es blues. Quien sabe. Efectivamente, no nos vamos a complicar demasiado la vida y vamos a poner una canción de Jon Spencer Blues Explosion. Afro. Afro es un cancionazo de esos en los que no hay una letra o algo. Sólo un ritmo para ir haciendo el gamba y para ir gritando cada dos por tres, blues explosion, blues power, the blues is number one, y gritar sin cabeza. Eso no es blues. Claro que no. O sí. Porque no hay nada más triste que decir que el blues, la tristeza, es el número uno. Aquí les tenemos en directo en el 94, hace más de veinte años. Qué pena. Soldat, si lees esto, veinte años. No somos viejos ni nada, compañero. Somos cantidad de viejos. Blues power. Yeah!!
https://www.youtube.com/watch?v=GWaZywkZPVk
Pues nada. Con la vejez a cuestas les deseo a todos ustedes un magnífico fin de semana lleno de cosas que contar el lunes cuando vuelvan al desto. ¿Guay o no?
https://www.youtube.com/watch?v=TJMJSpOQEvk
Canción francesa. Esta semana, en la que todo el mundo ha sido un poco griego, a mí me ha dado por lo francés. Porque son canciones bonitas. Canciones de France Gall, de Sylvie Vartan, de Françoise Hardy. Pero son canciones de Serge Gainsbourg. Te pongas como te pongas, al final aparece el bueno, o el malo, de Serge y pone las canciones que realmente molan. Así que habrá que escuchar una del propio Serge. Creo que esta ya la he puesto un millón de veces. Pero es que de Serge Gainsbourg ya he puesto millones. Esta mola, porque el vídeo mola. Ahí lo ven paseando entre las muchachas. Más feo que el mismo demonio. Y el tío se pasea mirando y sonriéndose, pensando, como os coja, vais a ver. Feo, sí, pero interesante. Feo, pero te irías con él de birras, o de vinos, o de lo que fuera y siempre tendría algo que contar. Algo que decir. O no. O sólo miraría con cara de 'qué me estás contando'. Qué cancionaza Marilu. Qué grande es Marilu. Viva el mal, viva el pop, viva el capital. Viva Serge!!
https://www.youtube.com/watch?v=_2VfB7Kufs8
Semana vitícola en Santa Coloma. Esta semana se ha puesto en marcha el proyecto de recuperación de las viñas de la ciudad. Y como sólo faltan tres meses para las elecciones municipales, nos marcan goles por todas partes. Diga usted Can Zam, pues Can Zam. Diga usted pobreza energética, pues pobreza energética. Diga usted la MAT, pues la MAT. Diga usted Dignidad, pues Dignidad. Diga usted las viñas, pues las viñas. Y así. En el centro de la actualidad. Piensen en algo muy muy fuerte y ya verán lo que tardan en... Esto de las viñas es como todo. Si tu dices que mira, en seguida vienen y te dicen que mira tú. Canciones que tengan que ver con el vino, habrá unos dos mil millones. Pero la buena es esta de Siniestro Total. Lávame con vino. Oh. El vino. No nos beberemos hasta dentro de nosecuántos años una copa de vino de Santaco, pero sí que nos podemos beber unos vinos por Santaco. Y reírnos un huevo. Porque hace falta sentido del humor, señores, un poquito de sentido del humor. No enfadarse. Siéntate aquí y explícanos aquello que nos tenías que explicar, mozo. Échate unas risas con nosotros, que hoy aquí y mañana allí.
https://www.youtube.com/watch?v=aY0OcO1ZeDE
Este fin de semana es el Festival de Blues, la segunda edición. ¿Quién lo organiza? Mejor no preguntar. Porque en este pueblo, y ayer se comentó en otro sitio, según quien lo organice, puede ser que ya uno se lo piense. Somos así. El rollo sectario. Si sale el escudo de tal, pues me borro. Como estén allí los de cual, pues paso. El Festival de Blues. Yo no fui el año pasado. Este año es en el Auditori y cuesta ocho pavetes entrar. Hasta han programado un seminario sobre blues y todo. Mola. Pero eso, a ver si vamos o no. Los viernes mal. O bien. Según. Y mañana pues más o menos. Pero yo quiero ir. A ver qué es y quién toca. Esto del blues es complejo. Porque corres el riesgo de estar haciendo tributos siempre. Me explico, que tocando como los antiguos sólo imites. Y si haces algo nuevo, pues igual ya no es blues clásico. Dilema. Aquí va una de John Lee Hooker. Al final, vamos a estar juntos. Da igual como te pongas. Al final, estaremos juntos. Cancionón. Festival de Blues. Yo voy a ver si procuro ir, pero si no eso, vayan ustedes. Tú lo sabes, yo lo sé.
https://www.youtube.com/watch?v=xfqUjfI0eK4
Nos vamos a cansar de verles. Nos vamos a cansar de vernos. Hablando, proponiendo, moviendo las manos, poniendo cara de 'me lo estoy tomando muy en serio', poniendo cara de 'voy a hacer el cerro arena', poniendo cara de 'los demás no tienen ni puta idea, déjame a mí que verás como ahora sí que lo voy a hacer bien'. Nos vamos a cansar de verles decir que están apostando por la unidad pero hacen como el Senyor Martínez en Rhum. Hola, hola, hola, hola, tú no, hola, hola, hola, tú tampoc. Y nos vamos a cansar de mártires que se van porque no han conseguido remover los cimientos de una organización caduca y estancada. Y nos vamos a cansar de escuchar a quienes dicen que se ha ido porque es una oportunista. Y nos vamos a cansar de estar en contra de este, de aquel, de lo otro. Y nos vamos a cansar de que nos llamen vendidos. Y nos vamos a cansar de que nos llamen camaradas. Y nos vamos a cansar de reunirnos para reunirnos para reunirnos para reunirnos. Pero yo no me voy a cansar. Eso es así. Hablar, proponer, mover las manos. Yo no me canso.
https://www.youtube.com/watch?v=Go9aks4aujM
El blues. El blues is on fire. Ahora vamos a hablar otra vez de blues. Y ya que hemos puesto una de blues clásico, vamos a poner una de blues que sólo es nominalmente blues. O no. O igual es blues. Quien sabe. Efectivamente, no nos vamos a complicar demasiado la vida y vamos a poner una canción de Jon Spencer Blues Explosion. Afro. Afro es un cancionazo de esos en los que no hay una letra o algo. Sólo un ritmo para ir haciendo el gamba y para ir gritando cada dos por tres, blues explosion, blues power, the blues is number one, y gritar sin cabeza. Eso no es blues. Claro que no. O sí. Porque no hay nada más triste que decir que el blues, la tristeza, es el número uno. Aquí les tenemos en directo en el 94, hace más de veinte años. Qué pena. Soldat, si lees esto, veinte años. No somos viejos ni nada, compañero. Somos cantidad de viejos. Blues power. Yeah!!
https://www.youtube.com/watch?v=GWaZywkZPVk
Pues nada. Con la vejez a cuestas les deseo a todos ustedes un magnífico fin de semana lleno de cosas que contar el lunes cuando vuelvan al desto. ¿Guay o no?
jueves, 5 de febrero de 2015
Cruzando el cable
De la interesante saga 'Cientos de miles de personas', de la no menos interesante Frósima Daltabasos, hemos querido ofrecerles un pequeño pasaje extraño.
'"...No quisiera preocupar a nadie, pero algo pasa con este cable. No quisiera que tuviésemos que llamar a nadie, pero algo pasa. Este cable no puede ser que esté cruzado con ese otro cable. Llevo cuatro horas mirando el cable. Debería haberme llamado alguien la atención sobre estas cuatro horas perdidas. Este es otro tema que también me preocupa. A nadie parece importarle si llevo cuatro horas mirando el cable o no. El cable está cruzado con otro cable. Son dos cables que se cruzan. O es un sólo cable el que está cruzado. En este lugar a nadie parece importarla nada que no sea lo que tiene delante de la nariz. Estoy mirando un cable durante cuatro horas y nadie ha venido a preguntarme qué me pasa. Es un cable que está cruzándose con otro. Ahí. En ese punto y en ese otro punto. He querido marcar con un rotulador el lugar en el que se cruzan los dos cables. O el cable consigo mismo. No lo consigo encontrar. El rotulador. Cuando llegué aquí me dijeron que tenía mucho trabajo por hacer. Cuando llegué aquí me dijeron que, por lo que más quisiera, me concentrara en algo. Que lo hiciera por mí. Yo les dije, no recuerdo a quiénes, que lo iba a hacer. Y lo he hecho durante algunos días. Bastantes días. Llevo unos cuantos años en este lugar. Haciendo cosas. Ya había olvidado lo de los cables. Este cable se ha cruzado con otro cable. Es como empieza todo. Y empiezo a encontrarme mal. Y me dan unas ganas muy grandes de coger un rotulador y marcar. Y no encuentro el rotulador. Y el cable se cruza y yo quiero un rotulador para marcar donde se cruza. Y nadie me lo da. El rotulador. Voy a coger el cable y voy a probar una cosa...".
Y no me dejaron coger el cable. La peña se ríe mogollón con estas cosas. Tengo a los jefes acojonados. De vez en cuando, cuando vienen a alguna reunión o algo, monto el número del cable y del rotulador. Que si se cruzan, que si no. Se ponen frenéticos. Hacen como que no me ven, como que no estoy, pero en realidad están pendientes de mí. El resto de compañeros ya lo saben y se ríen, pero los jefes no. Y cuando empiezo con lo de que quiero coger el cable y tal... uf. Alguno, más de una vez me ha dicho, 'Martínez, por favor, salga usted un momento a que le de el aire'. Y yo cojo y me piro a dar una vuelta. Con el rollo del cable. Bueno. Es un truco como otro cualquiera. Otros salen a fumar, o a comprar el diario, o a tomar un cortadito. Yo hago el numerito este y ya está. Tampoco le hago daño a nadie. Salgo, me doy una vuelta y cuando vuelvo me pongo a currar como si no pasara nada. Que no pasa nada. Que esto lo hago para echarnos unas risas. Que yo estoy bien. Que es sólo por pasar el rato. Lo hago por que mira, una vez hizo gracia y repetí y repetí. No creo que me echen por esto. Que está la gente muy sensible con lo de que hay que tener respeto por la gente que está chunga. Y yo, al fin y al cabo, no estoy chungo. Me lo hago. A ver, que lo del cable es todo trola. O lo del rotulador. El rotulador para marcar. El rotulador para marcarte así la cara desde donde empieza la risa esa que te da cuando te cuento las cosas hasta donde se te acaba. Marcar así desde aquí hasta aquí. Así, con el rotulador. Nada. Ríete un momento.'
'"...No quisiera preocupar a nadie, pero algo pasa con este cable. No quisiera que tuviésemos que llamar a nadie, pero algo pasa. Este cable no puede ser que esté cruzado con ese otro cable. Llevo cuatro horas mirando el cable. Debería haberme llamado alguien la atención sobre estas cuatro horas perdidas. Este es otro tema que también me preocupa. A nadie parece importarle si llevo cuatro horas mirando el cable o no. El cable está cruzado con otro cable. Son dos cables que se cruzan. O es un sólo cable el que está cruzado. En este lugar a nadie parece importarla nada que no sea lo que tiene delante de la nariz. Estoy mirando un cable durante cuatro horas y nadie ha venido a preguntarme qué me pasa. Es un cable que está cruzándose con otro. Ahí. En ese punto y en ese otro punto. He querido marcar con un rotulador el lugar en el que se cruzan los dos cables. O el cable consigo mismo. No lo consigo encontrar. El rotulador. Cuando llegué aquí me dijeron que tenía mucho trabajo por hacer. Cuando llegué aquí me dijeron que, por lo que más quisiera, me concentrara en algo. Que lo hiciera por mí. Yo les dije, no recuerdo a quiénes, que lo iba a hacer. Y lo he hecho durante algunos días. Bastantes días. Llevo unos cuantos años en este lugar. Haciendo cosas. Ya había olvidado lo de los cables. Este cable se ha cruzado con otro cable. Es como empieza todo. Y empiezo a encontrarme mal. Y me dan unas ganas muy grandes de coger un rotulador y marcar. Y no encuentro el rotulador. Y el cable se cruza y yo quiero un rotulador para marcar donde se cruza. Y nadie me lo da. El rotulador. Voy a coger el cable y voy a probar una cosa...".
Y no me dejaron coger el cable. La peña se ríe mogollón con estas cosas. Tengo a los jefes acojonados. De vez en cuando, cuando vienen a alguna reunión o algo, monto el número del cable y del rotulador. Que si se cruzan, que si no. Se ponen frenéticos. Hacen como que no me ven, como que no estoy, pero en realidad están pendientes de mí. El resto de compañeros ya lo saben y se ríen, pero los jefes no. Y cuando empiezo con lo de que quiero coger el cable y tal... uf. Alguno, más de una vez me ha dicho, 'Martínez, por favor, salga usted un momento a que le de el aire'. Y yo cojo y me piro a dar una vuelta. Con el rollo del cable. Bueno. Es un truco como otro cualquiera. Otros salen a fumar, o a comprar el diario, o a tomar un cortadito. Yo hago el numerito este y ya está. Tampoco le hago daño a nadie. Salgo, me doy una vuelta y cuando vuelvo me pongo a currar como si no pasara nada. Que no pasa nada. Que esto lo hago para echarnos unas risas. Que yo estoy bien. Que es sólo por pasar el rato. Lo hago por que mira, una vez hizo gracia y repetí y repetí. No creo que me echen por esto. Que está la gente muy sensible con lo de que hay que tener respeto por la gente que está chunga. Y yo, al fin y al cabo, no estoy chungo. Me lo hago. A ver, que lo del cable es todo trola. O lo del rotulador. El rotulador para marcar. El rotulador para marcarte así la cara desde donde empieza la risa esa que te da cuando te cuento las cosas hasta donde se te acaba. Marcar así desde aquí hasta aquí. Así, con el rotulador. Nada. Ríete un momento.'
miércoles, 4 de febrero de 2015
Martínez
No tengo yo hoy muchas ganas de escribir. Así que recojo un texto que teníamos medio olvidado, en concreto extraído del interesante libro 'Extraños asuntos recopilados por el mundo', del doctor Asirio Martínez. No se lo creerán, el texto se llama 'Todos son Martínez'.
'Hola, muy buenas tardes. Me dirijo a usted para relatar mi caso que no sé si es mi caso o simplemente es que estoy para que me encierren y esto que cuento jamás ocurrió, ni está ocurriendo, ni yo lo vivo, ni nada de nada. Me llamo Ramón Berenguer Quart y vivo en un domicilio pequeño y oscuro de la calle Ramón Berenguer. Bueno, pues hasta aquí. Mi historia comienza el primer día de colegio, en el parvulito. Era pequeño, como no podía ser de otra manera, y mi madre me llevó el primer día de escuela, de la mano, feliz, radiante, estupenda, a la Guardería Martínez. Ahí empezó todo. El primer día de clase. Qué llantina. Qué nervios. Sin mi madre. La profesora pasó lista. 'Ramón Berenguer Quart, presente'. A partir de ahí, Carlos, Pedro, Jaume, Natividad, Elena, Eudora, Alba, Paula, Marc... todos eran Martínez. Yo tenia tres años y no le dí más importancia. No lo vi ni normal ni extraño. Pasó un curso, pasó el siguiente, algunos niños se iban y otros venían. Pero todos eran Martínez. Ya digo que yo era muy pequeño y que, aunque raro, no conseguía preocuparme por ello. Se lo decía a mi madre, que me miraba extrañada. 'Mamá, en clase todos son Martínez'. 'Anda, idiota, siéntate bien y no mordisquees el pan'.
Los años pasaron. En la E.G.B. todos los niños eran Martínez. Los profesores también se apellidaban Martínez. El de matemáticas, Albert Martínez Martínez. La de historia, Silvia Martínez Martínez. El de gimnasia, Ferran Martínez Martínez. Así todos los años. Mi mejor amigo de la vida de siempre en el colegio se llamaba José Luis Martínez Martínez. La niña de la que me enamoré y que jamás supo que yo... se llamaba Rosaura Martínez Martínez. A medida que me iba haciendo mayor me iba haciendo preguntas. ¿Todos eran Martínez? Mi padre trabajaba en una empresa de hilaturas y bobinajes, llamada 'La Martínez de filaturas'. Por miedo a una respuesta que me asustara más, nunca le pregunté cómo se llamaban sus compañeros de trabajo. Mi padre siempre evitaba hablar de lo que hacía, de sus amigos. Mi padre no tenía amigos.
Cuando salí del colegio, me apuntaron a un instituto público. El instituto se llamaba 'Roberto Juan Martínez Martínez', en honor a un futbolista argentino. No entendí nunca porqué se escogió ese nombre para un instituto de aquí. Aquí es aquí, no es allá. Con catorce o quince años empecé a preocuparme. En este nuevo escenario, todos eran Martínez igual. Los profesores, los alumnos, el conserje. Martínez Martínez. Y nadie parecía darle importancia. No sabía yo si cuando iba por la calle el resto del mundo también era Martínez. Sabía que mis padres no eran Martínez. Que mi hermana Berenguela no era Martínez. Pero ignoraba si el resto del mundo no pudiera ser Martínez. Martínez Martínez. Con mi amigo José Luis Martínez Martínez salía de cervezas, las cervezas de la adolescencia, íbamos a bares cutres, recuerdo el bar Martínez... ya se imaginan. Taberna Martínez. Zapatería Martínez. Foto Report Martínez. Discos Martínez. Colmado Martínez. Intentaba a veces hablar con mi madre del tema. Mi madre siempre me interrumpía. 'Péinate como una persona ya'. 'Recoge un poco el lavabo cuando hagas algo, que pareces un cerdo'. Siempre de mal humor. Mi padre miraba en la tele documentales y sonreía. Era el único momento en el que sonreía. El resto del tiempo tenía la mirada triste.
Estudié Filología Hispánica, lamentablemente. En la Universidad me eché novia. Se llamaba Xènia Martìnez Martínez. Era de Tarragona. Más guapa. Martínez Martínez. En mi clase, ya se imagina usted, todos eran Martínez Martínez. Incluso un profesor que teníamos, inglés, se llamaba Fred Martínez Martínez, porque su padre era un exiliado republicano y su madre dominicana.
Joven y lleno de vida, empecé a investigar. Qué pasaba en mi vida. Recopilé datos. Me dirigí al Ayuntamiento, miré registros. En realidad, el mundo estaba lleno de gentes con otro nombre, con apellidos varios. Pero yo sólo me relacionaba con Martínez Martínez. Fui a la Universidad, miré el listado de alumnos de todas las carreras. Gente con nombres y apellidos diversos. Si yo iba a alguna clase, todos eran Martínez Martínez.
¿Que explicación puedo dar? ¿Qué explicación me di a mí mismo? Ninguna. Xènia Martínez Martínez me dejó por mi amigo José Luis Martínez Martínez. Una nueva mujer apareció en mi vida, Concepción Martínez Martínez. Todo parecía ir bien, pero fue mal. Acabé la carrera, encontré trabajo en una empresa editora de revistas de motor. La empresa se llamaba y se llama aún 'Ediciones Martínez'. Todos mis compañeros eran Martínez.
Un día mi padre se fue de casa y no volvió.
Mi madre. Me di cuenta de que mi madre no salía de casa casi nunca. No había trabajado jamás. Sólo se había ocupado de mi padre y de mí. Por curiosidad, le pregunté a mi madre si había algún Martínez en la familia. Me dijo 'abróchate bien que hace frío'.
Llevo veinte años trabajando en la empresa Martínez. Mi mujer se llama Clotilde Martínez Martínez. No podemos tener hijos.
No he hablado con nadie que no se llame Martínez en toda mi vida, salvo mis padres. Ni me molesta, ni me deja de molestar. Pero lo veo raro. Y quisiera una respuesta. O algo. Que un día me va a petar la patata de verdad'.
'Hola, muy buenas tardes. Me dirijo a usted para relatar mi caso que no sé si es mi caso o simplemente es que estoy para que me encierren y esto que cuento jamás ocurrió, ni está ocurriendo, ni yo lo vivo, ni nada de nada. Me llamo Ramón Berenguer Quart y vivo en un domicilio pequeño y oscuro de la calle Ramón Berenguer. Bueno, pues hasta aquí. Mi historia comienza el primer día de colegio, en el parvulito. Era pequeño, como no podía ser de otra manera, y mi madre me llevó el primer día de escuela, de la mano, feliz, radiante, estupenda, a la Guardería Martínez. Ahí empezó todo. El primer día de clase. Qué llantina. Qué nervios. Sin mi madre. La profesora pasó lista. 'Ramón Berenguer Quart, presente'. A partir de ahí, Carlos, Pedro, Jaume, Natividad, Elena, Eudora, Alba, Paula, Marc... todos eran Martínez. Yo tenia tres años y no le dí más importancia. No lo vi ni normal ni extraño. Pasó un curso, pasó el siguiente, algunos niños se iban y otros venían. Pero todos eran Martínez. Ya digo que yo era muy pequeño y que, aunque raro, no conseguía preocuparme por ello. Se lo decía a mi madre, que me miraba extrañada. 'Mamá, en clase todos son Martínez'. 'Anda, idiota, siéntate bien y no mordisquees el pan'.
Los años pasaron. En la E.G.B. todos los niños eran Martínez. Los profesores también se apellidaban Martínez. El de matemáticas, Albert Martínez Martínez. La de historia, Silvia Martínez Martínez. El de gimnasia, Ferran Martínez Martínez. Así todos los años. Mi mejor amigo de la vida de siempre en el colegio se llamaba José Luis Martínez Martínez. La niña de la que me enamoré y que jamás supo que yo... se llamaba Rosaura Martínez Martínez. A medida que me iba haciendo mayor me iba haciendo preguntas. ¿Todos eran Martínez? Mi padre trabajaba en una empresa de hilaturas y bobinajes, llamada 'La Martínez de filaturas'. Por miedo a una respuesta que me asustara más, nunca le pregunté cómo se llamaban sus compañeros de trabajo. Mi padre siempre evitaba hablar de lo que hacía, de sus amigos. Mi padre no tenía amigos.
Cuando salí del colegio, me apuntaron a un instituto público. El instituto se llamaba 'Roberto Juan Martínez Martínez', en honor a un futbolista argentino. No entendí nunca porqué se escogió ese nombre para un instituto de aquí. Aquí es aquí, no es allá. Con catorce o quince años empecé a preocuparme. En este nuevo escenario, todos eran Martínez igual. Los profesores, los alumnos, el conserje. Martínez Martínez. Y nadie parecía darle importancia. No sabía yo si cuando iba por la calle el resto del mundo también era Martínez. Sabía que mis padres no eran Martínez. Que mi hermana Berenguela no era Martínez. Pero ignoraba si el resto del mundo no pudiera ser Martínez. Martínez Martínez. Con mi amigo José Luis Martínez Martínez salía de cervezas, las cervezas de la adolescencia, íbamos a bares cutres, recuerdo el bar Martínez... ya se imaginan. Taberna Martínez. Zapatería Martínez. Foto Report Martínez. Discos Martínez. Colmado Martínez. Intentaba a veces hablar con mi madre del tema. Mi madre siempre me interrumpía. 'Péinate como una persona ya'. 'Recoge un poco el lavabo cuando hagas algo, que pareces un cerdo'. Siempre de mal humor. Mi padre miraba en la tele documentales y sonreía. Era el único momento en el que sonreía. El resto del tiempo tenía la mirada triste.
Estudié Filología Hispánica, lamentablemente. En la Universidad me eché novia. Se llamaba Xènia Martìnez Martínez. Era de Tarragona. Más guapa. Martínez Martínez. En mi clase, ya se imagina usted, todos eran Martínez Martínez. Incluso un profesor que teníamos, inglés, se llamaba Fred Martínez Martínez, porque su padre era un exiliado republicano y su madre dominicana.
Joven y lleno de vida, empecé a investigar. Qué pasaba en mi vida. Recopilé datos. Me dirigí al Ayuntamiento, miré registros. En realidad, el mundo estaba lleno de gentes con otro nombre, con apellidos varios. Pero yo sólo me relacionaba con Martínez Martínez. Fui a la Universidad, miré el listado de alumnos de todas las carreras. Gente con nombres y apellidos diversos. Si yo iba a alguna clase, todos eran Martínez Martínez.
¿Que explicación puedo dar? ¿Qué explicación me di a mí mismo? Ninguna. Xènia Martínez Martínez me dejó por mi amigo José Luis Martínez Martínez. Una nueva mujer apareció en mi vida, Concepción Martínez Martínez. Todo parecía ir bien, pero fue mal. Acabé la carrera, encontré trabajo en una empresa editora de revistas de motor. La empresa se llamaba y se llama aún 'Ediciones Martínez'. Todos mis compañeros eran Martínez.
Un día mi padre se fue de casa y no volvió.
Mi madre. Me di cuenta de que mi madre no salía de casa casi nunca. No había trabajado jamás. Sólo se había ocupado de mi padre y de mí. Por curiosidad, le pregunté a mi madre si había algún Martínez en la familia. Me dijo 'abróchate bien que hace frío'.
Llevo veinte años trabajando en la empresa Martínez. Mi mujer se llama Clotilde Martínez Martínez. No podemos tener hijos.
No he hablado con nadie que no se llame Martínez en toda mi vida, salvo mis padres. Ni me molesta, ni me deja de molestar. Pero lo veo raro. Y quisiera una respuesta. O algo. Que un día me va a petar la patata de verdad'.
martes, 3 de febrero de 2015
Grandes Casos Mal Resueltos de la Historia - X
El sargento Walt Wouworf de la policía del Condado de Wallfowr, fue llamado a personarse de manera muy perentoria en el domicilio de los Wondswirthfer y en el preciso momento en el que recibió la llamada, supo que algo no iba bien. Los Wondswirthfer eran conocidos en todo el Condado y mucho más allá por su fama de familia de muy alta cuna venida muy a menos, pero que con el cuento del 'venidos a menos', llevaban ya más de dos o tres generaciones sin acabar de ser menos del todo. Seguían dominando los designios del condado y haciendo y deshaciendo a su antojo, pero, a ojos de la opinión pública, su tiempo había pasado. Hyerabad Wondswirthfer era en aquellos tiempos la cabeza de familia. Una mujer enjuta y cetrina, que muy pocas veces se prodigaba en público y que vivía prácticamente recluida en uno de los salones de la gran mansión que la familia poseía en los campos de Wundschwillywing. Casada en tiempos con un aventurero llamado John... nosecuantos, éste desapareció sin dejar rastro un buen día de junio de hace mil años y jamás se supo de él, dejándola al mando de la familia y con un hijo llamado Weylord que creció siempre asustado a las faldas de una mujer de un carácter endemoniado como era Hyerabad Wondswirthfer. En la mansión vivían además, Waldorf Wondswirthfer, hermano menor de la terrible Hyerabad, Griseida Washwermayer, prima lejana de los Wondswirthfer y que en tiempos pudo haberse casado con Waldorf, pero la cosa no llegó a cuajar y como tampoco tenía otra cosa que hacer, en la mansión se quedó y nadie la echó de menos en ningún sitio, ni tampoco estorbaba con los Wondswirthfer, y estas cosas pasan y meterse en la casa de cada uno es buscarse un problema. Ellos cuatro constituían todo el personal y toda la familia Wondswirthfer. Y uno piensa, cómo puede ser que estos cuatro mentecatos dominen un Condado. Pues uno lo piensa y tiene que mirar al personal que hay fuera y las preguntas se resuelven. Pero este no es el caso. El caso era oro. Otro, perdón.
Walt Wouworf llegó a la mansión y no le abrió la puerta Hyerabad, dado que nunca abría la puerta, sino la señorita Griseida Washwermayer, compungida y sollozante. 'Han matado a Hyerabad, señor agente'. Wouworf lo tuvo claro. Había sido uno de los otros tres habitantes de la casa. Nadie más iba allí para nada. No tenían servicio, no tenían amigos, no tenían visitantes. Con un oscuro ordenador portátil dominaban los designios del Condado, un computador que sólo sabía manejar Weylord bajo estrictas órdenes de Hyerabad. Wouworf convocó a los tres residentes de la casa y les pidió que le llevaran al lugar donde se encontraba Hyerabad. 'Está detrás suyo'. Hyerabad estaba tendida detrás del sofá en el que se había sentado Wouworf. Tenía una profunda herida en el cuello, por la que se había desangrado, pero no se encontraba ningún cuchillo o arma punzante alrededor. Wouworf pidió a cada uno de los Wondswirthfer que le dijeran dónde y qué habían hecho los días anteriores. Hyerabad parecía recién muerta. Todos parecían tener coartadas convincentes. Sólo Griseida tuvo una laguna justo unas horas antes de que ocurriera el asesinato de Hyerabad. Dijo que no recordaba haber visto a Hyerabad en todo el día, cuando en realidad habían estado duchándose juntas, como todas las mañanas hacían, para ahorrar agua. Esto hizo sospechar a Wouworf, de tal manera que sin encomendarse a Dios ni al diablo, hizo arrestar a Griseida, que como elemento extraño de la casa quizás tenía oscuros motivos para sentirse... atraída o despechada hacia Hyerabad. Tanta ducha juntos, pensó Wouworf, no es normal. No preguntó si Waldorf y Weylord también lo hacían, que lo hacían.
Griseida fue juzgada por un jurado popular que la condenó a cadena perpetua. Era un jurado muy progresista que, inmediatamente después de haber proclamado la condena, advirtió que la condena les parecía injusta y que reclamaban que la cadena perpetua era... en fin.
Wouworf no se complicó mucho la vida con este caso y prosiguió con sus rutinarias tareas de mantenimiento de la paz y la calma en el condado de Wallfowr.
Los Wondswirther, Weylord y Waldorf, siguieron viviendo juntos en la casa y se puede decir que, de forma paradójica, su situación económica mejoró bastante. A Weylord incluso se le vio en el Club Social de Wundschwillywing, un día de junio maravilloso, tomando whisky y alardeando de ciertas cosas que a nadie parecieron importarle lo más mínimo.
Walt Wouworf llegó a la mansión y no le abrió la puerta Hyerabad, dado que nunca abría la puerta, sino la señorita Griseida Washwermayer, compungida y sollozante. 'Han matado a Hyerabad, señor agente'. Wouworf lo tuvo claro. Había sido uno de los otros tres habitantes de la casa. Nadie más iba allí para nada. No tenían servicio, no tenían amigos, no tenían visitantes. Con un oscuro ordenador portátil dominaban los designios del Condado, un computador que sólo sabía manejar Weylord bajo estrictas órdenes de Hyerabad. Wouworf convocó a los tres residentes de la casa y les pidió que le llevaran al lugar donde se encontraba Hyerabad. 'Está detrás suyo'. Hyerabad estaba tendida detrás del sofá en el que se había sentado Wouworf. Tenía una profunda herida en el cuello, por la que se había desangrado, pero no se encontraba ningún cuchillo o arma punzante alrededor. Wouworf pidió a cada uno de los Wondswirthfer que le dijeran dónde y qué habían hecho los días anteriores. Hyerabad parecía recién muerta. Todos parecían tener coartadas convincentes. Sólo Griseida tuvo una laguna justo unas horas antes de que ocurriera el asesinato de Hyerabad. Dijo que no recordaba haber visto a Hyerabad en todo el día, cuando en realidad habían estado duchándose juntas, como todas las mañanas hacían, para ahorrar agua. Esto hizo sospechar a Wouworf, de tal manera que sin encomendarse a Dios ni al diablo, hizo arrestar a Griseida, que como elemento extraño de la casa quizás tenía oscuros motivos para sentirse... atraída o despechada hacia Hyerabad. Tanta ducha juntos, pensó Wouworf, no es normal. No preguntó si Waldorf y Weylord también lo hacían, que lo hacían.
Griseida fue juzgada por un jurado popular que la condenó a cadena perpetua. Era un jurado muy progresista que, inmediatamente después de haber proclamado la condena, advirtió que la condena les parecía injusta y que reclamaban que la cadena perpetua era... en fin.
Wouworf no se complicó mucho la vida con este caso y prosiguió con sus rutinarias tareas de mantenimiento de la paz y la calma en el condado de Wallfowr.
Los Wondswirther, Weylord y Waldorf, siguieron viviendo juntos en la casa y se puede decir que, de forma paradójica, su situación económica mejoró bastante. A Weylord incluso se le vio en el Club Social de Wundschwillywing, un día de junio maravilloso, tomando whisky y alardeando de ciertas cosas que a nadie parecieron importarle lo más mínimo.
lunes, 2 de febrero de 2015
Confluyendo
A ver, mira, espera un momento. Es así. Mira, ves, acompaña así el movimiento con todo el cuerpo. Así. Estás muy rígida y no haces el movimiento con todo el cuerpo y entonces la pelota no sale con fuerza. Mira, déjame que te coja así. Mira. Así. Ves. Así. Con todo el cuerpo. Te tienes que dejar ir un poco. Mira, ahora cuando venga la bola, le das así. Así. Eso es. No estés tan rígida y mueve todo el cuerpo. Tienes que sacar la pelota desde atrás. No vale con que le des simplemente, tienes que acompañar todo el movimiento del brazo con el cuerpo. Flexiona un poco las piernas así como yo. Mira, pégate un poco a mí, ves, así. Así. No te pongas nerviosa que no te voy a hacer nada. Así. Pon el cuerpo así. Así. Acompaña el movimiento del brazo. Está muy bien lo que haces, porque se nota que tienes mucha madera para dedicarte a esto y veo que te has preocupado en comprar una raqueta muy buena y que traes el calzado adecuado, pero te falta un poco de ayuda para entender el juego. Mira. Tú ponte así. Así, pégate un poco a mí así y acompaña el movimiento. Tienes que dejar de estar tan rígida y un poco acompañar el movimiento que hago yo. Ves. Mira. Acompaña el movimiento. Así, ves, esto es para el drive, pero lo mismo puedes hacer para el revés. Mira, pégate a mí, flexiona las piernas un poquito y ahora cuando venga la pelota, así, acompaña el movimiento desde atrás. Desde abajo, si lo prefieres tú. Mira, así. Ves. La bola viene y tú le tienes que dar así. Está muy bien, porque veo que haces cosas como las tenistas de la tele, pero mira, yo te enseño un poco así. Mira. Tienes que ponerte así. No estés nerviosa. No te pongas nerviosa que no te voy a hacer nada. Yo sólo te estoy indicando cómo tienes que poner el cuerpo. Mira. Así. Flexionando las piernas, no estando rígida. Cuando venga la pelota, entonces sí que tienes que echar el cuerpo para delante. Acompaña el movimiento desde atrás o desde abajo, como dices tú, y entonces le das a la bola, echando el cuerpo así para delante, acompañando todo el movimiento con el cuerpo. Pero sin estar rígida. Mira, así. Pégate un poco a mí y haz el movimiento que hago yo. Ves. Como yo. Yo te hago el movimiento. Que lo que tú dices está bien, pero fíjate un poco en lo que hago yo. No te pongas nerviosa que no te voy a tocar nada. No pasa nada. Tú simplemente déjate llevar y haz así. Un poco. No pasa nada. Yo luego ya te dejo que lo hagas como tú quieras si eso. Pero si quieres hacerlo bien, mejor hacerlo como yo te digo. Así. Muy bien.