martes, 3 de junio de 2025

Crónica del #Plegramenet de mayo. Que por mayo era por mayo.


Pero estamos en Junio. Vox ha sido derrotado. No sé si es una certeza o es una sensación o es simplemente un deseo, pero parece que Vox, la amenaza que se percibió, que se concibió y se auto presentó como el principal elemento al que tener en cuenta durante esta legislatura, se ha convertido en una cáscara vacía, en una nada que hace aspavientos, que convoca pasiones, que nos provoca sorpresa, sonrojo, risa, desasosiego, pero que ha demostrado no tener nada relevante que hacer ni que decir. Yo, pecador, pensaba que detrás había algo más, que detrás de los dos concejales histriónicos, pintureros, figurantes, había algún tipo de concepción, una idea, quizás tenían un plan detrás como sí que es evidente que tiene el señor del PP, al que parece que sus días como entrañable y apacible vecino de Badalona le van quedando lejos para ser un impertinente director frustrado de orquesta que ya no provoca la admiración de las bancadas del vetusto salón de plenos de Santa Coloma de Gramenet, provincia de Barcelona, ciudad a la que quiero más que mi propia alma si es que el alma ya me entienden. Desde que se diera aquel nefando pleno en el que los invitados de Madrid hicieron un ridículo patriótico, las pretendidas ofensivas verbales de los regidores de Vox, en especial del joven regidor de Vox, han quedado muy, pero que muy, disminuidas. Francamente. Los dos o tres intentos por provocar un estado de opinión a partir del pleno municipal han quedado desbaratados precisamente por la actuación y presencia de personas que son capaces de rebatir, desde el terreno, lo que Vox simplemente se inventa. No basta con vídeos chulos en alta resolución, se exige un poco más y ese poco y mucho más es el control del terreno, cosa que Vox todavía no tiene y así se queda en una construcción vacía, nula, que congrega gente, no mucha, en la puerta del Ajuntament para protestar por la taxa de residus, pero que a la hora de la verdad no tiene muy claro porqué se queja de la taxa de residus sin hacer un poti poti infame de argumentos que camuflan lo que no pueden camuflar, con asociaciones invent que llegan al extremo de pedir acuerdos en lugar de convertirse en látigos, con un sindicato que se deja el móvil en la bancada de Vox, ay madre mía que nos han pillado. Lamentable. Vox quiso hacer ayer un casus belli de la movida de la taxa de residus, una taxa que tiene como objetivo cambiar la manera de gestionar los residuos, abordar el reciclaje, ser un beneficio para todos. Quizás, si la intervención de ayer de la alcaldesa se hubiera dado antes, si se hubiera trasladado a la ciudadanía, si se hubiera escuchado un poco más, no se hubiera llegado a ese punto candente ayer, pero fue necesario que se levantara la voz, que levantáramos la voz, no contra la taxa por que sí, como hace la derecha, sino para que esa taxa sirva de algo y se aplique con justicia, para que hubiera movimientos. Bien está. Y ahí se quedó Vox y ahí se quedó el PP que, sorpresa, presentó su moción para encabezar la revuelta desde el segundo plano y cuando vio que la revuelta se convertía en cambio gradual del que no extraía ningún beneficio protagonizó un momento de rabieta monumental queriendo retirar su propia moción al respecto porque, básicamente, no estaba sacando nada en claro y estaba propiciando un lucimiento involuntario de otros. Los otros no venimos a lucirnos al pleno, los otros no venimos a hablar al pleno. Hablar en el pleno no compensa quedarse fuera del pleno. Pensar que es impropio que nos dejen hablar en el pleno porque no estamos en el pleno, es un argumento muy pobre, o quizás implica para quien lo piense que no se quiere la derrota, no basta con el cero, quieren que no existamos. Y existimos. Estamos. Tenemos cosas que decir y, pensamos, que sumamos. Porque si todos sumamos, confrontamos, hablamos y discutimos lo que los bárbaros nos dan por sentado, somos más y así pasa que van pasando los plenos y los argumentos de Vox y las trampas del PP van cayendo en saco roto. Estamos ganando y lo estamos haciendo bien. Como podemos. Un pleno áspero el de ayer, un pleno con metapleno, un pleno en el que el partido gobernante dio muestras de recuperar el sentido de los plenos y convocó a su gente, pero metapleno es muy poderoso y no había manera. Hacía mucho tiempo que no había metapleno. El pleno dentro del pleno. Un pleno más allá del pleno. Alineado con quien te dije, para sorpresa de nadie. Metapleno hizo del pleno una experiencia digna de una recompensa. Una recompensa que también se mereció el representante de la Fundació Esportiva Grama para contestar de manera contundente otra moción de Vox de esas en las que vas por lana y sales trasquilado y que significó la derrota definitiva de quien cree que comprando likes y acumulando 'que se vayan todos' en instagram va a hacer algo: hay que controlar el territorio. Sin eso, estás perdido. Sin eso, afortunadamente, todavía podemos sobrevivir. Y por lo demás, pues oiga, ni tan mal. 

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