La anécdota no sé si la contaba mi padre, o la contaba su amigo R. y mi padre la contaba a su vez imitándole. Ni siquiera sé si es una historia real ni quién la protagonizaba, ni siquiera tengo la certeza de que lo que cuento sea lo que me contaban a mí. Tampoco creo que me lo contasen a mí y yo simplemente escuchaba. Ellos lo contaban de tal manera que te morías de risa. Sea como sea, nos sirve.
Contaban que había un vejete que había vivido siempre en el pueblo. Andalucía, Jaén, cerca de la Mancha, a un paso de Valdepeñas. Vinos de Valdepeñas y bodegas Ayuso. Ayuso. Hoy todos los vinos de todas partes son la ostia. Buenísimos. Qué vinos. Pero antes no. Antes había vinos, y vinos. El asunto estriba en que el hombre se había acostumbrado de tal manera a beber ese vino Ayuso que cuando le llevaban de boda, a alguna celebración, a un bautizo... y les ponían esos vinos pretendidamente buenos; o bien cuando llegaba alguien con una botella que pretendía ser 'buena, buena', este protagonista nuestro al probarla y demostrarse a si mismo que aquello era más o menos igual que lo de siempre y que alguien se estaba pasando de listo y se la intentaba colar, gritaba: ¡Ayuso!
Así que viendo la tele, escuchando la radio, leyendo las noticias... lo que me pide el cuerpo es gritar: ¡Ayuso!
és un bon eufemisme...
ResponderEliminarbon dia!
ptns
Que bueno. Podría ser el grito de los sufridores. Socorro, que me la intentan meter doblada.
ResponderEliminarNo está nada mal. Seguro que fue así como lo cuentas. Y si no patenta la palabra.
Un abrazo
Ya. El otro día me dijo una amiga mía que quería dar un golpe de Estado en España. Es un pasito más allá de Ayuso.
ResponderEliminarO directamente "socorro".
ResponderEliminarOiga, vaya amistades tiene madame Yolanda.
Mire, va a decir usted que es por lo de vivir en Versalles y eso, pero cuando el vino es malo mi estómago lo nota porque me da acidez, no lo puedo remediar. Eso de que hoy todos los vinos de todas partes son buenos, vamos a dejarlo. Menudos matarratas nos cuelan por ahorrarse unos eurillos.
Feliz día, monsieur
Bisous