...y sin dudarlo se fueron y no volvieron. Y ahora viene una nueva muestra de la propensión del autor italiano Dario Di Doddo por la temática de marras. No nos podemos resistir y divulgamos aquí un nuevo cuento, recogido por la revista 'Tremendis', y titulado 'Flores y Ardillas'.
'Os habrá pasado alguna vez, pero a mi me ocurre muy habitualmente. Salgo a la calle, voy al trabajo, vengo de él, he quedado con alguien y bajo las escaleras de mi casa, y al poner un pie en la acera algo me ocurre que no me tengo en mi. No me hallo. Y voy caminando sin rumbo y aparezco sin saberlo en lo más profundo del bosque. En un pequeño claro del bosque en el que las flores parece que sonríen. Donde juegan las ardillas. Donde los pájaros trinan. Donde los rayos de sol se cuelan entre las ramas de los árboles y crean sombras juguetonas. Un espacio en el que el aroma de las flores lo inunda todo. Donde pequeños animalitos juguetean entre ellos. Donde a veces aparece alguna fiera que acaba no resultando tan fiera y se tumba entre las margaritas, donde un lobo surge y se queda quieto contemplando cómo una ardillita huele un clavellín, donde unos lirios se enredan entre el cabello de un pequeño potrillo que inexplicablemente hasta allí ha llegado. Un lugar donde todo es paz y armonía. Un lugar al que he llegado sin saber cómo, que me ha sido concedida la posibilidad de contemplar y de vivir en el Paraíso. Que tengo ante mí un espacio en el que la naturaleza se me da como algo eternamente agradable. Como unos dibujos animados de Disney. Como un cuento. Estoy en un cuento. Y todo me llama para que me quede. Para que me deje llevar.
Y entonces, ocurre que no sé qué hacer allí. Que me siento incapaz de disfrutar de todo aquello. Que no sé cómo disfrutar. Cojo una florecilla y la huelo y huele bien pero no me basta. Que acaricio a un conejito lindo y que no le veo el qué. Y que no sé qué hacer allí. Que no sé como se llaman las flores. Que no entiendo a las ardillas. Que no me gustan. Qué rabia.'
El Paradís... en el cas que existeixi, en deu haver milers, milions, i més, de diferents, un per cada ànima.
ResponderEliminar[Què és l'ànima? em preguntava el Pau l'altre dia... 'És el que som' li vaig dir, 'i cadascuna és diferent. Tu i la Martina teniu una ànima cadascun i sou diferents, i una no és millor que l'altre' Em sembla que va quedar satisfet amb l'explicació. Ja veurem si hi torna...]
Dons això, que hi ha d'haver un paradís per cada ànima, i jo crec que et vas desviar pel camí i vas anar a parar al Paradís d'algú altre perquè jo no t'hi veig en aquest... :)
ptns
jo, desde luego, qué rabia...
ResponderEliminarNo, pues si eso le ocurre los jueves al italiano, prefiero no imaginar cómo serán sus fines de semana.
ResponderEliminarBuenas noches, monsieur
Bisous
Estamos alienados. Simplemente con ir a un parque ya puedo oler las flores y ver a las ardillas que comen en mi mano. Así que me cuesta imaginar lo contrario.
ResponderEliminarUn abrazo