miércoles, 31 de octubre de 2012
Karpov
¿Si? ¿Se me ven los ojos tristones? ¿No será el constipado? Es que estoy que no sé ni como estoy. Estoy constipado, pero no moqueo tanto como otras veces. Es extraño, porque sentirme, me siento peor. Tan mal como puede sentirse uno estando constipado casi de forma perpetua. Me tengo que cortar el pelo. Con este pelo tan largo voy a estar constipado y destemplado todos los días. Pelo mojado. Pelo mojado. Las greñicas esas por detrás remojándome el cogote. Y como soy tan tonto, no me pongo ni suéter ni nada y tengo fresquiviri aquí en la sala esta. A ver si viene el otro y nos ponemos de una vez y entro un poco en calor, porque estoy empezando a sudar y todo. Voy a meter la manita aquí dentro a ver si se me calienta un poco. No sé contra quién juego hoy. Dicen que es uno que lo tengo que conocer, que es un ruso que ahora compite por Francia, pero a mí no me suena de nada. No sé si es que me hago mayor o qué pasa, pero empieza a pasarme que no conozco a los rivales. Es curioso. Antes, y yo creo que de esto no hace tantos años, era yo el que era 'el joven desconocido', y ahora soy yo el que empieza a ver caritas de niño que vienen a jugar contra mí y me ven como si fuera un vejestorio. Pierdo más partidas que un tonto. Esa es otra. No sé si será que cada vez tengo más frío, que cada vez me siento más enfermo, si son las pupitas de la boca, si es el ojo este del demonio que me tiene frito fritísimo, o qué, pero llevo una rachita de partidas perdidas que no tiene parangón en mi inmaculada carrera. Me hago mayor. Me acuerdo de Korchnoi, de Spassky, de todos esos maestros que poco a poco vieron como se les iba yendo la cabeza, como que les iba más lenta, y yo me reía de ellos y pensaba, 'juas, qué pena, cómo se les está yendo la castaña a estos'. Y yo, en mi insensata juventud, pensaba que eso no me iba a pasar a mi nunca, y fíjate. El otro día, no sé donde tendría puesta yo la cabeza, que la tenía puesta en el tablero porque sigo estando con la cabeza nada más que en esto, pues que no sé cómo me enredó una jovenzuela que me arrinconó de tal forma que sacrifiqué la dama y todo para escaparme de alguna manera y nada. No sirvió de nada, perdí la dama y perdí la partida. La muchacha aún tuvo narices de decirme si necesitaba un pañuelo o algo, que me estaba llorando el ojo y lo tenía muy colorado. Le dije que si, que si tenía un pañuelito o algo, por favor. Encima. La verdad. No sé. Esto del ajedrez se me está haciendo muy cuesta arriba. Yo sabía jugar de una manera, y si esa manera ya no me sirve, a ver qué hago. Y no quiero estar jugando como una momia, como un pelele. A mi me gusta jugar, pero no me gusta perder. No sé lo que haré. Ay, si, mira, este es el rival. Si que lo conozco. Ostia, pero este tío viene con una camiseta... por favor.
¡Hombre Karpov! ¡Cuánto tiempo que no salía por aquí! ¿Cómo está Putin?
ResponderEliminarFue uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Al menos para mi.
ResponderEliminarUn abrazo
si es que el tiempo es traicionero, pasa y no nos damos cuenta. Yo cuando empecé a conectarme a internet era siempre la más jovencita del foro. Entraba en una web que se llamaba ole.es, ya no sé si seguirá existiendo. Y la gente no se creía que tuviera 13 años.
ResponderEliminarSimpatizo totalmente con Karpov.
Debemos ir preparándonos para experimentar nuestra propia decadencia, y creo que es peor que la propia muerte!
ResponderEliminari si es compra un assecador de cabells per no anar amb el cabell mullat...??? així com a alternativa a tallar-se el cabell, dic...
ResponderEliminarptns