Para Obelísimo Trampantonio, concluir su Sonata número 4, le
significó el salto a la fama, la apertura de los grandes salones europeos, el
patrocinio de grandes magnates del acero, la amistad de filósofos y economistas
de toda condición e ideología, el arrobo de damas de belleza mareante o de
inteligencia pluscuamperfecta cuando no de damas que atesoraban uno y otro
adjetivo y también de quienes no tenían ninguno. Algún varón de recia voz
también sintió cómo escuchando la Sonata número 4, su trueno se quebraba y una
lagrimita asomaba por el ojillo tembloroso.
Obelísimo Trampantonio fue entrevistado en las revistas
especializadas de música clásica, pero también en los suplementos culturales de
los diarios más prestigiosos, e incluso se le pudo ver en una memorable
aparición en la televisión pública austriaca, en un programa de variedades
donde fue presentado como ‘la sensación de la música contemporánea’ y en el que
una bella modelo que venía de desfilar en París quedó prendada de su verbo y su
simpatía sin haber escuchado jamás la Sonata número 4. De tal manera que la
mujer, Fernanda Gemuchlichter, al acabar el programa, hizo lo posible por
contactar con el compositor y de ahí nació una bonita amistad que derivó en una
relación que bueno…, quizás en otro momento podamos extendernos más en este
capítulo de su vida.
En una biografía escrita por el insigne Giorgio Györ, el
magnífico biógrafo húngaro se detiene en una deliciosa anécdota sobre el
carácter de Obelísimo Trampantonio, precisamente ocurrida durante la época en
la que componía su archifamosa Sonata número 4. En aquel tiempo, Trampantonio
era todavía un compositor conocido específicamente en los ambientes musicales
de su país por haber musicado para ópera con cierto éxito una obra de su amigo
Girolamo Pergolese ‘Penalti y gol es gol’, que aunque generalmente se calificó
como de argumento poco comprensible para lo que suele ser una ópera, se
consideró que la música tenía su qué. Requerido, tras una de las presentaciones
de la obra en el Teatro Principal de Matalascañas, Huelva, dentro del Ciclo
Caja San Baudilio de Talentos de Hoy, por un estudioso de la música
contemporánea, el sesudo profesor Alberto José de Castro y Castro, por ciertas
características técnicas de la partitura, el genial Trampantonio le hizo la
siguiente explicación.
‘Querido amigo, usted me pregunta por el cómo y yo le
quisiera preguntar a usted, si me lo permite, por el cuándo. Cuándo se le
ocurrió a usted esta pregunta. Antes de escuchar la obra, o después. Venía
usted ya con la intención de preguntarme sobre un asunto técnico antes de
escuchar la música y de ver la representación o bien esta pregunta se le ha
ocurrido sobre la marcha. Si se le ha ocurrido sobre la marcha, permítame que
le diga que entonces a mi modo de ver, no ha escuchado la música, porque no creo
que se pueda pensar y escuchar a la vez. Sus ojos abiertos me indican que se
encuentra usted quizás sorprendido. Si me lo permite de nuevo y ya son dos
permisos, más de los necesarios para poder llevar a cabo cualquier actividad
humana, le haré una nueva pregunta ¿cuánto tiempo es necesario para formular
una pregunta como la que me hace usted? ¿qué tiene que ver todo esto con la
música? Tome, la partitura, la tengo aquí guardada, no la necesito porque he
hecho fotocopias en un establecimiento de aquí al lado que me ha sorprendido
por estar precisamente situado al lado de un Teatro. En mi ciudad, las
fotocopisterías se encuentran casi siempre al lado de organismos públicos,
comisarías de policía, centros expedicionarios de documentos… pero no junto a
un teatro. Y sin mayor intención de hacer fotocopias he querido darme el gusto
de hacerlas ya que llevaba la partitura en el bolsillo y me ha parecido
interesante que confluyeran mi sorpresa y una acción sin mayor historia. Aquí
tiene, una fotocopia hecha de mi propia mano, ya que he sido yo el que ha
llevado a cabo todo el proceso al ser una fotocopiadora de uso individual de
las que se encuentran en las oficinas y no de uso digamos industrial. Una
partitura para usted y una partitura que sobra de las tres que tengo la voy a
romper delante de usted ahora mismo. Mire. Aquí mismo. Rota. Este gesto no
quisiera que lo interpretase más que como una maniobra de distracción mientras
le tiendo la mano inmediatamente y le agradezco mucho el, seguro, generoso
comentario que hará usted de la música y la acción que ha tenido el gusto usted
de disfrutar.’
Maravillosa personalidad, la de Obelísimo Trampantonio, uno
de esos personajes geniales que dignifican el mundo de la cultura, que se
visten con el traje de los grandes, que tiene los ojos del que se sorprende y
se maravilla con el mundo siendo él mismo maravilloso. Maravilloso he dicho, en
definitiva.
Como maravilloso es su relato, monsieur. Me ha encantado. Tiene perlas buenísimas, como eso de "el arrobo de damas de belleza mareante o de inteligencia pluscuamperfecta cuando no de damas que atesoraban uno y otro adjetivo". Y con la explicación de Trampantonio, muy bien traída por cierto, me he divertido muchísimo.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Usted parece de otro tiempo, o ruso, o algo así.
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