El inspector Méndez parece tener la santa virtud de no tener ganas de detener a ningún delincuente. Méndez escucha como su superior, que como bien dicen puede ser cualquiera, le indica que tiene que hace esto o aquello y él parte en busca de un personaje, un estafador, un ladrón, un delincuente (un inciso, el otro día, en el acto de homenaje al padre de Matilda, uno de los que habló y que repitió el mismo discurso que el día del funeral, porque no habría cosa más bonita que decir supongo, comentó que los delincuentes no son delincuentes, si no compañeros delincuentes, me hizo gracia la observación), y mientras lo busca bien sea por la Barcelona que no va más allá de las Rondas o bien por la Barcelona cercana a la montaña, rememora esto o aquello, aquel meublé, aquella señorita tal o señorita cual, o bien aquel militante de tal partido que por un lado era esto y por el otro, pues era lo otro, y a todo el mundo sea como sea y venga de donde venga, le viene a picar más o menos lo mismo. Puntúa algo, Tolya, un punto y a parte al menos.
Francisco González Ledesma es un escritor barcelonés. Yo lo conocía pero de oídas, como de muy lejos, como que pensaba más en él como un periodista de esos 'de raza' que como escritor. Conocía y leía a su hijo, Enric González, un referente, la verdad, pero desde que escribe en El Mundo le he perdido bastante la pista. Méndez no es el primer libro que me leo de González Ledesma, el primero ha sido muy recientemente Expediente Barcelona. Un novelón, una historiaza y un gusto amargo. La historia mil o tres mil veces contada de la Barcelona de los años cincuenta, sesenta, setenta, ochenta... también de los veinte, de los treinta, de los cuarenta, para volver a los cincuenta, sesenta, setenta.... historias de empresarios, de militantes, de las hermanas de los empresarios y de las novias obreras de los hijos de los empresarios. La Barcelona y la Catalunya de los de arriba que se quieren tirar a los de abajo, de los de abajo que quieren matar a los de arriba. Una Catalunya muy disimulada desde los ochenta. Que no, que no se sepa. La mejor tienda del mundo tiene que tener un pasado, claro, pero no el que cuenta Francisco González Ledesma.
Un pasado que tiene mucho que ver con los de siempre, con los cuatro que me he leído. Marsé, Vázquez Montalbán, Mendoza... y Casavella. Era el heredero, coño.
En Expediente Barcelona sale Méndez, nada, un momento. Hay novelas con Méndez y novelas sin Méndez. Méndez, el libro, es una colección de pequeños cuentos en los que el inspector va de su barrio de la Barcelona del Chino a los barrios altos, o al Eixample, o a la Ciudad Meridiana. Ciutat Meridiana. ¿No han ido nunca? ¿Ustedes no tienen familia en Torre Baró? ¿Les he contado alguna vez mi infancia?
Méndez va, investiga, y la mayoría de las veces no detiene al sospechoso, al culpable, porque para qué, porque no merece la pena, porque los malos son otros, eso es así. El malo de barrio, el estafador que bastante tiene con lo suyo. La estafadora que vuelve al lugar donde creció a echar la lagrimita, coño, el que está al fondo de la barra esperando a contarte su vida a la quinta caña, el que recuerda a aquella señorita a la que siempre acababan dando por el desto.
En fin, a los que somos de aquí, a los que nos gusta esta ciudad, lo que era, lo que si rascas un poco o cada vez más, acaba saliendo, estos libros nos chiflan. No será mal año para meterme en el mundo de Méndez.
En fin, me voy, que tengo que poner una lavadora. Estoy mejorcillo.
Ay, estaba usted enfermito? a recuperarse, hombre. y poniendo lavadoras. un hombre de su casa, sí sí. Yo pongo la lavadora, la tiendo y luego me da pereza recogerla. Odio doblar la ropa.
ResponderEliminarMonsieur, qué polifacético es usted, que no contento con todas sus actividades, también se dedica a poner lavadoras. La suya, supongo.
ResponderEliminarFeliz día
Bisous
Pero qué le pasaba Tolya? En el anterior post anunció algo, pero se quedó ahí la cosa.
ResponderEliminarUy, una novela policíaca... no puerrrr... yo con esso...
Me alegro de tu recuperación. Cuando termines puedes poner la mia:-)
ResponderEliminarUn abrazo