miércoles, 22 de mayo de 2013
Karpov
Estoy pensando y no sé lo que estoy pensando. Blancas. Jugar con blancas. La iniciativa y todo eso. Yo tengo la iniciativa. Volvamos al principio de todo, volvamos a los conceptos básicos. Las blancas, yo muevo, yo decido hacia dónde va la partida, yo soy el que tiene que marcar el campo. Esto va a ir así. Voy a salir a arrollar. Voy a salir a contemporizar. Voy a salir regalando la iniciativa. Tengo el poder de regalar la iniciativa. Tengo todo el poder. Lo tengo yo. Bueno. Llevo las blancas. Va. Llevo las blancas y tengo que ser yo el que decida lo que se hace y lo que no. Yo soy el que tiene que va a llevar la partida hacia el lugar que he definido anteriormente. A ver. Esto es el principio. Llevo las blancas. Tengo las blancas. ¿Qué me hace falta para ganar el torneo? ¿Cómo voy? ¿Quién es mi rival? ¿Dónde está? ¿Este torneo es puntuable para el Campeonato de aspirantes? ¿Quién patrocina este torneo? ¿Dónde va aquel? ¿Ese no es el que tenía que jugar contra mí hoy? No, no es ese. ¿Dónde tengo que mirar ahora para la foto? ¿Cuántos puntos he dicho que necesito para llevarme el torneo? ¿Voy el primero? ¿Estoy jugando bien? No sé si estoy jugando bien. Nadie me lo dice. Todo el mundo me dice que bueno, que bien, que claro, que las cosas, que el torneo, que claro, que los rivales, que claro, que está la cosa en el torneo que tira para atrás... que si así no hay quién juegue, que el sistema de puntuación, que las nuevas normas... ¿Qué nuevas normas? ¿Han cambiado las normas y no me he enterado? Pues claro que han cambiado las normas, cómo no van a cambiar, cambian cada día. Son imperceptibles, las puntuaciones, el tiempo, las condiciones con las que venimos a los torneos, todo va cambiando. Yo no he cambiado. Ese es el asunto. Sigo jugando igual y nadie me dice que cambie. No me ha ido mal. No sé. O me ha ido mal. ¿Cómo quedé en la última partida? ¿Perdí? No me acuerdo y jugué antes de ayer. ¿A qué huele? El de al lado huele a colonia, pero no es una colonia... es como agua de colonia, como Nenuco. No es Nenuco, porque el Nenuco tiene un aroma muy suyo. Pero huele como a eso. Me distraigo. Con todo. Todo me distrae. Esto me distrae. Incluso esto, el propio juego me distrae del juego. Porque no juego. El juego de antes del juego. ¿Cómo se le llama a eso? ¿El juego antes del juego? Los comentarios, los análisis de otras partidas, otros torneos, la vida de otros jugadores, las mascotas de los jugadores antiguos, todo me distrae. Todo. Cualquier cosa es buena para que no dé por buenas todas las condiciones y empiece la partida. Llevo las blancas y soy yo el que decide qué se hace con la partida, pero no sé. No sé qué hacer con las blancas. Es como más elegante jugar con las negras. Me gusta más. El otro mueve, el otro decide. Y yo voy viendo lo que hace y actúo si eso. Sólo si eso. Pero mover yo. Yo no sé. Y digo yo que alguien me tendrá que decir que mueva o algo. O igual me dan la partida por perdida. O igual ya me han dado la partida por perdida y yo estoy aquí mirando a Pamplona y ya se me ha pasado el tiempo. Y ¿por qué no me ha dicho nadie que mueva? No sé. Todo está puesto y me parece que los otros ya han movido. Pensando, pensando, pensando, distrayéndome. Pensando, el otro no está, las negras no van a mover tampoco aunque yo mueva. Si no está el otro, si al otro tampoco le interesa si muevo o no muevo... es que es eso. Si al otro no le interesa si muevo o no, para qué voy a empezar la partida. Pues no sé. A esperar. ¿No?
Muy bueno, rizando el rizo, pensando, pensando...
ResponderEliminar¿Para que voy a escribir, comentar si nadie me va a leer?
¿Para que me voy a mover sin voy a ninguna parte?
Igual hay una respuesta ¿O no?
Un abrazo
No, monsieur, no. Una partida no se gana hasta que se mueve pieza. Hale, venga!
ResponderEliminarFeliz día, monsieur Karpov.
Bisous