Hoy toca hacer una crítica de un disco contemporáneo. No, como suelo hacer, críticas de discos clásicos que a todo el mundo le pueden sonar un poco... ahora hablamos de otra cosa. MGMT es un grupo norteamericano, compuesto por dos jóvenes de aspecto un tanto desaliñado, que saltaron a la fama hace unos años con dos canciones 'Kids' y 'Time to pretend', que sonaron en todas las salas de baile de modernos y no tan modernos. La canción del titotito que todo el mundo bailaba. Bien, estas dos canciones son el lastre del que parece que quieren desprenderse MGMT en cada nuevo disco. Hablamos del típico grupo que quiere demostrar que son más que esas dos canciones radiadas hasta la saciedad, que quiere demostrar que no sólo son comerciales, sino que saben.
Ir de raro no es sencillo. Ir de raro puede ser gracioso un tiempo, pero si se trata de darle dinero a alguien con tus rarezas, en poco tiempo te exigirán que vuelvas un poco al redil. No sé lo que tardarán MGMT en ser devueltos a una serie B de grupos que 'nunca volverán a dar el pelotazo', pero este nuevo disco parece que tiene visos de haber sido hecho con ganas de jugársela.
Si alguien quiere escuchar este disco, primero debería ir a por el Congratulations, disco anterior del grupo y una gran obra de pop y rock sicodélico raruno, con canciones que se podían dividir en dos o tres canciones, alguna canción pensada para funcionar como hit y una pieza larga compuesta de muchas canciones que era una auténtica flipada. Ese disco me gusta más que dormir, no digo más.
Pues bien, tres años después, MGMT vuelven con un disco homónimo. No haremos enumeración de canciones, pero diremos que la primera, Evil Days, suena mucho al disco anterior. Y para de contar. Mira, ahora en la radio suena Tame Impala. Tame Impala es el grupo de moda que te tiene que gustar sí o sí. Cuando los escuchas dices... mira, suenan a MGMT un poco... pero la influencia setentera de los Tame Impala es demasiado obvia (y me gusta un montón), mientras que los MGMT se van un poco por las ramas. Sobre todo en este último disco. Evil Days suena al principio con un niño que canta una melodía muy de MGMT, de esas que se alargan hasta que el cantante principal entra y ya suena todo como digo, como Congratulations. Muy buena canción. Y a partir de ahí... canciones muy buenas, otras canciones que cuesta ubicar, canciones pegadizas, otras que parecen sacadas de la parte chunga de los discos berlineses de Bowie... un disco raro.
En tiempos en los que tienes que hacer las cosas pensando en que den un beneficio... hacer un disco así, renunciando a que sea 'molón', tiene su mérito. Y plantea preguntas. A veces da la impresión, escuchando el disco que, aunque hay momentos muy buenos, en realidad, digo, parece que han hecho el disco por que no les quedaba otro remedio y que no se han acabado de lanzar del todo a 'caer mal'. Que el cuerpo les pedía algo más raro todavía, pero que no han podido y se han quedado un poco a medias. Ni siquiera han incluido una canción de esas largas, largas, como Metanoia o Siberian Breaks, que me subyugan. Y la canción de despedida incluso se parece a la canción que le dedicaban a Lady Gaga. Un poquito.
Sea como sea, al menos durante unas semanas, me tendrá enganchado el disco de marras. Y procuraré no leer más críticas del disco que me condicionen. Por que sí, muchas de las opiniones vertidas aquí arriba no dejan de ser meros refritos de cosas escuchadas y leídas en otros lados. Mío, mío, mío de verdad, tengo poco.
En fin, que se puede escuchar el disco y comentar y eso.
Me gustan mucho. A ver ese disco... Voy al emule.
ResponderEliminarSí que lo he visto, gracias. Me han mandado un mensaje al móvil esta mañana con la noticia. Pero en mi casa seguiré necesitando vpn. Sólo es en el aeropuerto, el puerto y en un barrio que no sé cuál es. De todos modos, parece el principio a perderle el miedo a la libertad de expresión.
ResponderEliminarSe agradece toda esta información´on. Pero soy un poco pez en esto, que tú eres maestro. Pero te dejo un abrazo
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