El superbo cronista de la población andaluza de Gerena de las Milfuentes, Don José María Sánchez de la Herrera, ha recopilado en un magnífico libro algunos relatos 'sierramorenescos' bajo el título de 'Sierramoreneando', que viene a completar su serie de trabajos dedicados a Sierra Morena y las correrías de los famosos 'bandoleros', como son 'Sierramorenear', 'Ensierramoreneado', o el afamado 'Sierramorenistas'. El caso es que nos ha llamado la atención este pequeño relato titulado 'Polvo del Camino', que venimos a compartir aquí.
'No eran muchas las oportunidades en las que los habitantes de los pueblos de Sierra Morena podían detenerse a hablar tranquilamente con alguno de los bandoleros de la zona, pero había uno que destacaba por su peculiar pachorra y su carácter calmado, que, pese a lo sanguinario de su fama, le hacían una persona agradable en la plática y con la que se estaba a gusto mientras la cosa no se torciera. Estamos hablando de Anastasio Herrera, el 'Tanasio'. Cuentan que un día, Don Nicolasito Antúnez de Naya, un señorito de los de caballo blanco y porte mayestático, se dirigía camino de Alcalá de los Torpes a visitar a una damita en flor, cuando apostado en un árbol, a la sombra del mismo, se encontró con 'el Tanasio' y quiso pararse a saludarle. La jaca jerezana que montaba no estaba atada y de tan buena que era se encontraba calmada al borde del camino, aunque era mediodía y hacía un calor que hacía chillar las piedras, la yegua estaba tranquila.
- Muy buenas, Tanasio, qué... tomando el fresquito tan tranquilo ¿no?
- Aquí estamos, mirando a ver...
- Ea. Qué bien... vaya vida que te pegas, compadre. Ya me gustaría vivir a mi como tú... sin dar golpe, que si como de aquí, que si como de allí, las buenas juergas que te tienes que pegar eh... pájaro...
- No haga caso de lo que dicen, Don Nicolasito... que hay mucho cuento y mucho cuentista.
- Bueno, bueno, pero es que no hay más que verte. Fíjate, aquí tumbado a la bartola... anda que si estuvieras trabajando para mí te iba a dejar resollar... de momento me ibas ni siquiera a hablar sin levantar la cara del suelo... qué bien vives.
- Bueno, Don Nicolasito, son cosas que pasan. Si hay quien quiere trabajar para usted, no le puedo quitar el gusto, pero si yo no lo tengo... tendré que vivir también.
- Si yo no digo nada, pero claro, entiende que eres un ejemplo muy malo para la gente de los pueblos... todo el día sin hacer nada y viviendo como un marqués.
En ese momento, una ráfaga de aire, un algo, corrió por el camino y la jaca jerezana se asustó y comenzó a brincar. Levantó algo de polvo que fue a parar a la ropa de Don Nicolasito, que rápidamente sacó una fusta y le pegó unos azotes a la yegua para que se estuviese quieta.
Cuando se volvió, el 'Tanasio' había sacado una navaja de palmo y medio y se la estaba clavando en la barriga al señorón mientras le decía... 'sí que hago, sí...'.'
Tu post me trae a la memoria las andanzas de Curro Jimenez. Siempre han existido categorías.
ResponderEliminarUn abrazo
Tu post me trae a la memoria las andanzas de Curro Jimenez. Siempre han existido categorías.
ResponderEliminarUn abrazo
Uy, qué sanguinario se ha levantado usted hoy. Mejor me meto debajo de la mesa, no vaya a ser. Pues sí que tiene mal carácter, Tolya!
ResponderEliminarFeliz día
Bisous
Con ese título, pensaba que nos iba a salir con un relato erótico.
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