Bueno. Volvamos a lo de siempre. Ukelele. Culpables, no sé si voluntarios. El culpable en este caso es Israel Kamakawiwo'ole, que tuvo la feliz idea de hacer una versión del Somewhere over the rainbow, con su ukelele. Hawaiano él. Y fue tal el impacto de esta canción, que de repente, todo pichichi se lanzó a hacer cosas con ukelele. Y la oleada ha sido tan grande que no ceja. Fíjense en que no hay anuncio en el que se quiera dar imagen de placidez, de calma, de serenidad, de gente feliz, pero de una forma moderada y de taza de café, no aparezca una versión de un clásico imperecedero en el que no suene un ukelele. Canciones con ukelele. Basta ya. De verdad. Ha quedado claro. El ukelele es precioso, pero no hace falta. A ver, por ejemplo esta. Don't worry be happy. Casi nada al aparato.
A ver si recordamos el concepto. Spandau Ballet no ha molado nunca. Ni puede molar jamás de los jamases. Niños y niñas de corazón limpio que vais a ensayar con vuestros instrumentos por esos mundos de dios. Jamás, jamás consideréis un halago que os digan que 'sonáis muy a new romantics de los 80'. No mola. No mola nada. Pero en absoluto. Spandau Ballet no molan ni han molado ni pueden molar. Ya no hablamos de la infame Gold, estamos hablando de pestiñazos sin cuento como esta True. Pues bien, después de escuchar en la radio a muchos grupos que de tan ochentas que quieren sonar se pasan de frenada, bueno es que enseñemos el verdadero rostro del horror. True, de Spandau Ballet, interpretado por ellos mismos. El horror.
Ojo, que cada uno puede hacer lo que quiera con su tiempo libre. Líbreme dios de criticar que la gente haga lo que quiera. Ojo. Que no. Me refiero a que somos tan así. Happy. La canción de Pharrell Williams que todo el mundo oye y a todo el mundo le gusta. Happy. Gusta tanto que, claro, qué idea tan genial. ¿Por qué no hacemos un vídeo como el de Happy? Y así, por todo el mundo, cantidad de gente haciendo el indio por las calles. Y diciendo que es feliz. Y pareciendo feliz de verdad. Iba a poner un vídeo de unos universitarios de SEvilla, pero... en fin, que no. Mejor este vídeo de gente de Abu Dhabi. Mucho mejor. Pero que mucho mucho mejor. Pero qué cansinez de azúcar, por dios y por la virgen. Si ven los vídeos de Madrid, de Barcelona... en todas partes hay gente que bueno. Cuando el ser humano se pone a hacer el tonto, es imparable.
Lo de Miguel Bosé no lo he entendido ni lo entenderé nunca. ¿Cuánto tiempo lleva ese hombre viviendo de cuatro o cinco canciones que hizo hace...? Ya, ya, que a mí me gustan músicos que llevan viviendo de la rifa mucho más tiempo aún, pero escuchen... es que lo de Miguel Bosé... Perdón la interrupción, acabo de ver la promo de Yobingo con Jorge Javier Vázquez y... el copón. En definitiva, que si hay alguien que me hace devanarme los sesos sobre el cómo y el porqué es Miguel Bosé. Entiendo que a la gente le guste por que sea bien parecido, vale, muy bien, pero... uf. Esa canción del café. Nadie como tú me sabe hacer café. No recuerdo una frase más sosa. Sosa. Total. Un soso.
No. Pues no. Sale el president del Barça y dice que tienen una deuda con un banco. Pero que hablarán con el banco y le dirán que pasan de pagar la deuda que tienen con el banco y el banco les dirá que vale y que con ese dinero, nada, 60 millones, más otros sesenta millones, pues podrán fichar a lo que se les ponga por delante. Abrazos, aplausos, visca el Barça. I visca Catalunya. Y aquí tenemos la banda sonora. Obrint Pas. Llámenme viejo, o aburrido, o socialdemócrata, incluso contrarrevolucionario. Llámenmelo. O que no soy culé. O que los mitos patrióticos me la traen floja. Un patriota, un idiota. Pero estas cosas, estas canciones, cada vez me gustan menos. Banderita, tu eres roja. Banderita, tu eres gualda. El día que yo me muera que me entierren lejos de una gralla.
Y nos despedimos con un clásico. Alguien le dijo que tenía futuro en la música y se resiste a entregar las armas. Como ya es más mayor ya no puede ir gritando que no le dejan entrar con zapatillas en las discotecas y esas cosas y ahora va de maduro, con un coche vintage, y acompañado por un grupo de chicas. Todo muy estudiado. Canción con pianito. Muchachas guapérrimas a su lado acompañándole, menos una, que no representa el canon de belleza que pasaría por una pasarela y que es, casualmente, la que más coros le hace. Todo tan así. De cero. Dani Martín se mantiene en la lucha y ni condena ni nada. Y un saludo para la casa Marshall por haber prestado sus amplis. Gracias.
Y nada. Que podría ser peor. Mucho peor. Buen fin de semana para el que pueda y quiera.
Jajaja, pues las miscelaneas del horror como esta tambien estan divertidas.
ResponderEliminarla primera vez que oi la cancion esa de happy fue viendo un video de gente en beijing haciendo eso como usted dice.
A Puajjj (Perlita) le regalé un ukelele, pero sólo porque era rosa. Creo que no han encontrado la manera de incorporarlo... ejemm Menuda ideíta tuve.
ResponderEliminarBueno, monsieur, hoy la miscelánea ha sido muy miscelánea, desde luego. Todo un horroroso cajón de sastre, igual que mi cabeza estos días.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous