La siempre aguda Yprh, desde la lejana China Popular, fue muy sincera con el comentario: 'usted ama Santa Coloma'. No lo dice, lo sé, como un halago, sino como un hecho que le produce extrañeza. Nadie puede amar Santa Coloma de Gramenet. Si acaso, puedes querer cambiarla, hacerla parecer otra cosa, querer que parezca Sant Cugat... pero amar Santa Coloma... así como es... debe ser uno muy simple. Una persona sin ambición, que se conforma. Ya lo saben, ese soy yo.
Ayer se presentó el plan de modificación del PGM, Plan General Metropolitano, llamado 'La Pinta Verda' (el peine verde, para los que no entienden el idioma de J.V. Foix). Un proyecto que pretende reordenar los espacios verdes de la ciudad, un farragoso proceso de afectaciones y desafectaciones y emprender un proceso participativo que tiene como objeto que no sea el Ajuntament el que haga las cosas por inspiración divina, sino contando con la opinión de los vecinos. El acto tuvo lugar en la Biblioteca Salvador Cabré en Singuerlin. Si recuerdan, la semana pasada tuvo lugar una presentación de un libro que reivindicaba el Pla Popular, 'De suburbi a ciutat', de Odei A-Etxearte, que llenó el recinto. El recuerdo de las luchas vecinales de antaño tuvo más peso que lo que debe hacerse ahora. Lo que ayer se pretendía era abrir un proceso de debate sobre este plan de reordenación, de reajuste de zonas verdes que puede suscitar debates muy interesantes sobre lo que no es o lo que es una zona verde, y sin embargo, la presencia de vecinos, de gente, incluso de ciudadanía, fue bastante escasa. ¿Qué ocurre? ¿Nos emociona más recordar lo valientes que fuimos en el pasado que ser valientes hoy? Ni siquiera aquellos que pueden mostrarse más beligerantes contra cualquier iniciativa del Ajuntament acudieron en masa a mostrar su disconformidad. Un pequeño grupo de 'oposición', hizo acto de presencia para hablar de especulación, de que no se había informado, de que el proceso no era participativo, de que la ciudadanía... Por su parte, los que presentaban, los que presentábamos el proyecto, insistían en que todo está abierto, de que hay un calendario para proponer cosas, para presentar proyectos, para informarse y debatir. Pero quedó todo un tanto frío y deslucido. Nuevamente la alcaldesa de la ciudad se quedó sin asistir a un acto al que le faltó algo. No sé. Emoción. Durante el acto, quizás también sobraron los comentarios sobre lo farragoso de las exposiciones, el tan manido recurso al 'nos tendremos que ir a cenar', lo de decir 'bon dia' cuando se encendieron las luces para hacer referencia a que la peña se estaba durmiendo. Si ese es el entusiasmo con el que presentamos las cosas, pues ya me dirás con qué ganas va a ir la gente.
Santa Coloma todo el rato. Este espacio no nació con la idea de convertirse en un lugar en el que hacer crónicas y comentarios sobre actos y eventos de mi ciudad. A mí lo que me gusta realmente es contar pajaradas, relatos absurdos, otros más concretos, comentar mis discos y mis libros y no hacerme pasar por lo que no soy, un cronista de la ciudad. Sin embargo, mi implicación aunque sea formal con los asuntos de la ciudad, aunque sea sólo porque 'estoy' en los actos, reuniones o asambleas y mi incidencia real sea nula, me invita a pecar. Y cuento cómo van los plenos, reuniones, presentaciones, entregas de premios... como si pasara por allí, como si no fuera conmigo. Yo soy otra cosa y esto lo hago porque me sirve para contar otras cosas. Yo me entiendo. Santa Coloma todo el rato. Este proyecto de Pinta Verda pretende racionalizar el espacio verde de la ciudad, a veces con unos criterios discutibles si quieren, pero, como digo, se abre la puerta a que la gente pueda participar y opinar. Y pone, como dice nosequién a quien no voy a citar aquí, lo verde en el centro del debate político de la ciudad. Que ya es mucho. Su trascendencia tendrá mucho que ver con la implicación de la gente, de los vecinos, en su modificación y puesta en marcha. Y tal.
Ahora toca ver en el facebook por ejemplo, como la gente del pueblo se toma lo de hacer peatonales (iba a poner peatonalizar, pero igual me cuelo) calles como Jacint Verdaguer o eso de considerar espacio verde plazas duras como la Plaça Pau Casals o la Rambla Sant Sebastià, que, como digo un poco más arriba, pueden suscitar comentarios de lo más original. Yo, de estas cosas de urbanismo y demás, de afectaciones, de parcelas y de terrenos no entiendo demasiado. Me pierdo. Si además me van avisando durante la charla que 'això es una mica complicat', pues no me ayuda demasiado.
Algo habrá que hacer para que los colomenses se acerquen a lo que se debate, al futuro de su ciudad, sin caer en el 'ciudadanismo' que tampoco está llevando a las masas a los actos. Algo.
Como siempre, habrá que hacerlo con alegría. No tiene más.
Aquí se le ve un poco el plumero, no sé si me entiende. Pero bueno, puede usted abrir una pestaña en el blog para crónicas y cosas así. A mí, como no soy de Santaco, me gustan más sus relatos absurdos, de esos que cuando ya tiene el marco y va a empezar, se acabó.
ResponderEliminarBuenas noches, monsieur
Bisous
Ay, no me malinterprete. Me parece lo mejor amar el lugar en el que uno vive. No es de simples, es de listos Tolya. Es ser más feliz, que uno que se queja todo el rato. No sé mucho de Sta. Coloma, sólo he ido 2 veces, y me pareció fea, pero no mucho más fea que Hospitalet u otros lugares...
ResponderEliminarYo pensaba que el texto iba de una cerveza verde, y ya me estaba relamiendo...