Hombre, claro,
claro. Cómo no. Claro. Cómo no. Claro, claro. Es evidente. Eso es que no tiene
vuelta de hoja. Es que es así. Vamos, es que he llamado a Javier y me ha dicho
que no podía ser y bueno, pues como comprenderás he puesto el grito en el
cielo, porque es que no puede ser. Yo no sé cómo se está poniendo esto la verdad o qué se cree esta gente. Es que hay cosas que no se pueden entender y desde luego que esta es una
de ellas. Es cierto que en algunos momentos uno puede mostrarse benevolente con
ciertas actitudes, pero está claro que o se marca una raya y se dice que ‘hasta
aquí’ o esto se desmadra de una manera que ni te cuento. Yo ahora mismo llamo
de nuevo a Javier y le comento. Estoy aquí comiendo algo antes de salir de
camino de la estación porque tengo que ir a Madrid pero vuelvo creo que mañana
por la mañana. Si tengo un hueco, podemos vernos y lo acabamos de cuadrar todo
para que el fin de semana, si acaso, Elena o Luis puedan empezar a darle
vueltas al tema. Yo estoy muy tranquilo porque sé que lo vamos a solucionar
inmediatamente. A más tardar, mira lo que te digo, el lunes, que tengo una reunión
con Ochoa, pues antes de esa reunión yo te paso una carpeta con todo lo que
tenemos ya y lo vamos cerrando. Es que es algo que, la verdad, cuando me he
enterado, te digo que me ha sentado como una puñalada, porque no te lo esperas.
No puede ser que gente con la que llevas tanto tiempo compartiendo tantas
cosas, ahora se desmanden de esta manera, es algo que no se puede comprender.
No entiendo cómo todavía, en los tiempos que estamos, hay personas, y sobre
todo personas que han ‘mamao’ esto tanto tiempo, todavía no hayan cogido el
concepto de que aquí somos todos como una gran familia y que si hay algún
problema, desde luego este es el peor camino para solucionar las cosas. Sí,
estoy con ella y me está diciendo que sí con la cabeza, porque es que ella
también se ha quedado pasmada. Estábamos aquí tomando algo y la verdad es que
ella es más dura que yo, más fría y me ha ayudado bastante a tomar una
decisión, porque ya me conoces y yo en caliente es que no doy una a derechas.
Sí, sí, me he puesto como una moto. Es que no es para menos. Después de tantos
años. Es que, encima, en la situación que estamos, ahora que todo empieza a
funcionar otra vez, con el esfuerzo que hemos hecho, hombre, pues no me jodas,
y perdona que te hable así, pero es que me han dado ganas de no sé qué me han
dado ganas, pero me he ‘calentao’ y creo que le he dicho unas cuantas verdades
y yo creo que no le he mandado a la puta calle porque me he acordado de mi
padre y he dicho… aunque sea por su memoria ¿no? Pero Esti me ha dicho que no,
que me dejara de cojonadas y que le diera una patada en el culo a ese chulo de
mierda. Es que es así, se ha puesto chulo. Es que no se puede consentir. Que se
ha puesto chulo, te digo. Sí, sí. Es que no sólo ha venido a decir eso, es que
se ha puesto chulo. Sí. Oye, que nos está cogiendo un poco de frío aquí en la
terraza y que nos vamos a meter para adentro. Que te llamo cuando llegue a
Madrid y me cuentas o si lo prefieres le digo a Javier que sea él el que te
llame a ti. Bueno, ni te imaginas cómo está también Javier porque estaba
delante y… mira, Esti ya me está diciendo que te cuelgue que tenemos que irnos
para adentro y no me va a dar tiempo a coger el Ave. Te dejo. Chao.
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