Sé que el título no está muy bien escogido, pero de verdad que no se me ocurre nada mejor. Ayer se presentó en la Biblioteca Central la Agenda Llatinoamericana. Un libro, una agenda en definitiva, que recoge sentencias, proyectos, ideas, que invitan a pensar que eso, que hay una esperanza y que hay otra manera de hacer las cosas en el mundo. Quién mejor que Arcadi Oliveres para presentar el libro y decir unas palabras. Yo ya he visto varias veces a Arcadi Oliveres, algunas en la misma Biblioteca, otras en otros sitios. Siempre es muy agradable de escuchar. Sus ejemplos son divertidos, su retórica no empacha, es didáctico y se hace siempre entender. Nunca cansa. Te demuestra, con ejemplos muy sencillos, que todo es una mierda. Que el mundo es injusto. Que nos gobiernan delincuentes. Que si hicieramos C en vez de hacer siempre A, el resultado sería otro.
La Biblioteca, cuando llegué, estaba medio llena, había sitios delante y detrás, elegimos la fila central. Poco a poco se fue llenando y al final hubo gente que se quedó de pie. Antes de empezar el acto, Núria Parlon, la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet del Partit dels Socialistes de Catalunya, presente en la mesa, nos invitó a sentarnos en las filas de delante. Allí estaba todo el mundo de la llamada 'izquierda alternativa' de Santa Coloma, junto a alguna regidora y los acompañantes habituales de la alcaldesa. Todos escuchando a uno de esos personajes que nos gusta llamar 'referentes'. Nada más llegar me fijé en la mesa, muy curiosa. Supongo que tendrá algún significado. Sólo por la mesa, escribo esto.
Como digo, llevo tiempo escuchando a Arcadi Oliveres. Sus argumentos, su prestigio, la cantidad de gente que le sigue y le tiene fé. Yo conocí hace tiempo a unas amigas que, lejos de estar movilizadas, sin embargo tenían mucho respeto por Arcadi Oliveres y siempre que podían, asistían a sus actos. Ayer me quedé con las ganas de decirles algo. Ya ni siquiera creo que lean esto. Arcadi Oliveres nos enseña lo mal que está todo, el morro que le echan los poderosos, nuestra falta de respuesta.
Al final de su intervención y presentación se abrió el turno de preguntas. Me animé a preguntar, cosa que nunca hago. Antes de ayer hubo elecciones en Argentina, cambio de Gobierno. Se van los Kirchner y entra Macri. Se va un peronismo de algo parecido al centro izquierda y entra Macri, un liberal. Hice la pregunta, se me respondió. Soy un cobarde. Me fui, rápido, y no hice la pregunta o más bien la reflexión que me rondaba por la cabeza.
En la mesa estaban Emiliana Salinas, activista colomense; nuestra alcaldesa Núria Parlon; y finalmente Arcadi Oliveres. Arcadi Oliveres fue propuesto, hace unos meses, como un candidato perfecto para encabezar la candidatura de Catalunya Sí Que es Pot, no sé si antes o después de que se llamase así. Era un nombre perfecto. Una persona que podía aglutinar muchas sensibilidades. Mucha gente detrás. Igual no menos que Lluís Rabell, pero era perfecto. Claro que sí. Pues no. No aceptó. Ayer, me volvieron a insistir en que el hecho de que la CUP no fuera en esa candidatura, de no contar con un apoyo unánime, le echó para atrás. Vaya. Me invade una sensación de que cuando no es una cosa, es la otra. Arcadi Oliveres da miles de charlas, nos reconforta con sus palabras, nos dice lo que queremos escuchar, nos divierte con su fina ironía. Y aquí estamos. Nos vamos a casa. Dentro de nada, hay elecciones. Seguimos para bingo. Cuando no es una cosa, es otra. Nadie da el paso. Nadie quiere ser. Cuando quiere ser, se le hunde. Cuando alguien da un paso, nos quejamos de que ese paso no es de nuestro estilo. A su lado Núria Parlon.
A su lado, a tu lado, la realidad. A tu lado, el Partit dels Socialistes de Catalunya, el PSOE, ese partido que acaba aglutinando ese voto de izquierda que se cansa de gente que no quiere presentarse porque el aire acondicionado está fuerte, porque me reservo para las tal, porque tanto trabajo me agobia, porque quiero estar cuatro años y largarme. A su lado, a nuestro lado, al lado, mostrando la cara de lo que hay al final del camino, el PSOE. La realidad. Estoy con vosotros, a vuestro lado, os acompaño, intervengo, hago y digo algo sobre el TTIP, pero pertenezco a un partido que a la hora de la verdad es nada. Siempre es nada. Políticas del sistema. Políticas a favor del sistema. Jamás fuera del sistema. Siempre a favor del sistema.
¿Fue alguien a lo de Federalistes d'esquera? Yo fui al primer tiempo. Una charla entre... nada. Un canto a que todo es bueno así, que ya casi es así. La realidad.
Al lado de lo alternativo que nunca acaba de fraguar, a nuestro lado, mientras nosotros seguimos con gustirrinín las palabras de Arcadi, la realidad. Hablar, hablar, decir lo que queráis, pero yo soy quien se lleva la tostada. Siempre.
Toda esta reflexión es la que no tuve valor de hacer en público. Yo soy igual. Cuando no es una cosa, es la otra. Y la realidad vence.
Solo al final, muy al final, Joan Guerrero puso el nudo en el estómago que nos hace falta de vez en cuando para ver que la realidad tiene otro rostro. Este final no me gusta mucho, pero es lo que hay.
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