La urgencia informativa. Nos movemos en tiempos en los que decir lo que tienes que decir no puede esperar. No puedo esperar a que el compañero Garzón intervenga por un motivo sencillo. Si no digo nada de lo del beso, puede que pierda el tren de la actualidad. No basta con decir algo en Twitter, colgar la foto de Honecker en Facebook, hay que comentar. El periodista, el cazador de noticias (confrontando al pescador de noticias y citando al maestro Joan Guerrero), ha de disparar en cuanto ve lo que todo el mundo considera que merece comentario e, inmediatamente, hacerlo.
El beso. El debate de investidura transcurre de manera más o menos normal, dentro de la normalidad que supone que Pedro Sánchez, candidato socialista, intente vender la moto de un acuerdo de gobierno con Ciudadanos, cuando hasta hace unas pocas semanas, socialistas y naranjas eran digamos contrincantes.
Sea como sea, ayer Pedro Sánchez hace un discurso de hora y media aproximadamente en el que emplaza a un 'la semana que viene' el cambio que el país necesita. Cosas que llaman la atención: las fuerzas del cambio. El argumento es el siguiente: en las elecciones: ya paro con los dos puntos. En las elecciones del 20d no hay mayoría de izquierdas, no se puede hacer gobiernos ni pactos, porque no se suma, pero sí que han ganado las fuerzas de cambio. Dos cosas. Después de casi cuarenta años de democracia, de vida política, seguir considerando una fuerza de izquierdas al PSOE, es ser un optimista o un trilero. Pero lo que es de ponerse a chillar como los locos por los caminos es lo de 'las fuerzas del cambio'. El PSOE como fuerza del cambio, equiparable a... no sé, a un partido que quiera cambiar. Yo cuando oigo lo de cambio, me imagino un cambio de sistema, un cambio. El canvi real. Y ahí, el PSOE... pues como que no. Pero igual soy yo, que vivo instalado en el rencor y los prejuicios.
Sea como sea, esta mañana Mariano Rajoy ha hablado. No lo he escuchado. He escuchado las réplicas y demás. No sé. El PP parece algo tan... antiguo. Tan pasado. Lo que dicen, cómo lo dicen, la gente que lo dice. Parece como algo que está en otro plano ya. En otra dimensión. Se habla, se dice, se discute, y el PP está en otro mundo, en otro espacio. Se habla de cosas y el PP intepreta otras.
Entonces sube Pablo Iglesias, que tiene que ir deprisa porque le tiene que dejar sitio a Xavi Domènech de En Comú Podem y Alexandra Fernández de las Mareas. Pablo Iglesias reparte. Esto me puede costar muchas críticas. Así que Pablo Iglesias ha estado bien, otra muestra más que os estáis vendiendo a Podemos y que somos Podemos. En fin. La realidad y el otro plano de la consciencia. Reparte sobre todo a los socialistas. El otro plano de la consciencia. Y sube Xavi Domènech y en los cinco minutos está bastante bien, incluso cuando hace un final en catalán para interpelar a los socialistas catalanes y a las fuerzas progresistas para que se unan a... fer caure espigues d'or. Y lo hace muy bien. Aquí sí que me puedo explayar porque Xavi Domènech sí que es de los que yo... y cuando baja del estrado... el beso.
Besar en la boca a Pablo Iglesias. Claro. Se acaban de descubrir, la prueba del quince del verdadero sentimiento fraternal de compañerismo y tal. Han salido del armario, jojojo, y lo que han hecho es un brezhnev-honecker. ¿Han ido a Berlín?
Berlín es una ciudad un tanto extraña. No diré que sea bonita, porque está hecha nueva, pero tiene cosas molonas. El muro no molaba, pero había un mural con el beso de Brezhnev y Honecker. Brezhnev y Honecker. Ahora no me voy a poner a explicar quiénes eran Brezhnev y Honecker. Si no estamos formados en la historia del glorioso... pues eso.
El beso. Poner el beso como foto que ilustre el texto, Es sensacionalismo. Pero es lo que hay. Utilizar el beso para ganar lectores. Lo que ocurre es que posiblemente la foto no aparezca como imagen de referencia o como se diga, pero eso ya es otra cosa.
El beso. Dos hombres se besan en la boca y llama la atención. Se besan en la boca en un lugar tan así como el Congreso. Está siendo un debate raro. El presidente de la cámara, Patxi López llama Pablo a Pablo Iglesias, el otro se crece y le llama Patxi. Y las alusiones. Y que me ha dicho y te la cuelo. Y ahora está Joan Tardá diciendo que en nada proclamarán la República catalana.
No sé.
El escenario es el siguiente. PSOE y Ciudadanos forjan un pacto de corte liberal, recentralizador, al que quieren sumar a Podemos e IU, pero parece ser que no habrá de eso. Y podrían contar con la adhesión desde fuera del PP, pero el PP necesita quitarse de encima mucha caspa. ¿Qué pasará?
¿Quieren que les diga lo que yo pienso? No sé. Yo creo que no habrá Gobierno, al menos con esos mimbres, porque el PP no va a dejarse llevar. Habrá elecciones, creo, en el PP habrá limpieza y presentarán a Soraya Sáenz de Santamaría, y entonces qué. Hasta hace poco pensaba que Ciudadanos se iba a comer un mojón, pero ya no lo veo tan claro. Creo que en las próximas IU y Podemos ya no pueden perder más tiempo y el que no lo vea, que vea el otro plano de la consciencia, y en ese caso, si la gente del PSOE... pero es que... la gente del PSOE y la del PSC, ojo, los militantes han votado a favor del pacto... es que es todo muy difícil.
Sigue Tardá hablando de la República catalana.
Que yo veo que habrá elecciones. Que no sé cómo irá la cosa, pero van a cambiar las cosas bastante. Se dice que todo quedará igual, pero yo creo que alguno de estos actores se va a ir al pedo.
El beso. Léanme, que he puesto la foto del beso. Xavi Domènech, el nuestro, el que llevamos meses defendiendo como el que nos une a todos, nuestro candidato, se besa con Pablo Iglesias.
Sólo le pido a Dios que cuando acabe de hablar Alberto Garzón, se besen igualmente. Por favor, no nos dejes así. No nos ningunees.
Y bueno, por lo demás, pues nada. Que había que poner algo y aquí está.
Unas veces sale mejor y otras peor. Demasiadas frases cortas. Es sintomático.
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