De las memorias de Jean Pascal Piscal 'El hombre que estuvo con Champollion', extraemos este breve fragmento que nos tiene un tanto... bueno.
'Y yo, que otra vez estaba allí con Champollion, le dije al final de todo, cuando ya nos íbamos, cuando ya estaba todo el mundo fuera, recogido todo y solos él y yo. Entonces fue cuando le llamé y le dije 'Oye, todo es una mierda ¿verdad?'. Y él me miró y se encogió de hombros y hizo ademán de irse con la gente que estaba fuera, pero yo ya estaba cansado de la pantomima y le dije otra vez. 'Oye, en serio, una mierda grande todo ¿no?'. Y no sé si porque ya llevábamos mucha matraca o porqué fue, pero me dijo que 'sí, una mierda todo, si quieres quedarte tranquilo, quédate tranquilo, porque te has dado cuenta de todo. Que eres muy sagaz y muy observador, sí que es verdad. Una mierda todo. Ahora vas y se lo cuentas a quién quieras'. Y salió por la puerta y empezó a hablar con aquella gente y parecía que realmente él mismo se creía sus propias mentiras. Y yo estaba allí ya solo completamente, oyendo las voces y las risas de aquella gente a la que Champollion les había contado todo aquello que yo no había vivido con él y que él pretendía hacernos pasar por verdadero y no me aguanté más y me fui con él fuera y le volví a preguntar 'oye, pero en serio... todo es una mierda ¿no?'. Y él, con cara ya de no aguantar mucho más la broma me djo 'que sí, que sí, que todo es una mierda, que es todo para pasar el rato y que no te creas nada, que estos son todos gilipollas y tú eres muy listo y me has pillado, ala, venga a casa tranquilito y... '. Y yo no sé qué me dio pero empecé a encontrarme mal. Mareadillo. Como con ganas de vomitar.
Despedí al grupo y me fui a mi casa. Con un cuerpo malísimo. Pasé la noche en vela. Yo creo que no dormí nada. Sé que a las seis o así de la mañana me desperté de una especie de duermevela y bebí algo de agua. Me volví a acostar. Soñé que Champollíon y yo estábamos en una zona del desierto que no me sonaba de nada, que una mujer se nos acercaba salida de una ventisca y nos decía que la piedra estaba en otra parte, diferente, que la habían encontrado por casualidad unos amigos de su hijo y que la tenían escondida para que no se la llevasen los ingleses. Y yo miraba a Champollion y miraba a la mujer y todo me sonaba rarísimo y sin ningún tipo de sentido, porque ese desierto parecía más centroasiático que norteafricano y yo me encontraba mal y tenía mucha sed y Champollion hablaba con la mujer y la mujer sacaba de dentro de unas túnicas que vestía una piedra con cosas escritas. Y Champollion me miraba y me enseñaba la piedra y me decía que 'ahora la mierda te la comes tú'.
Y me desperté de nuevo y me aseé y me vestí y salí a la calle a darme una vuelta y me encontré con Champollion, que llevaba la piedra de la que había estado hablando aquella noche anterior y me miró haciéndome un gesto con los ojos como diciendo '¿te lo tengo que decir otra vez?'.
Y yo con Champollion, que yo recuerde nunca he estado en Egipto ni en el Norte de África y porqué lo que cuenta este hombre es tan real y se mete en mis sueños para... yo que sé.
De verdad que yo que sé.
Sí, bueno, pero la piedra en cuestión era rosetta o azuletta?
ResponderEliminarBuenas noches, monsieur.
Bisous