martes, 23 de mayo de 2017

En el corazón de tu cabeza

¿Qué puede haber ahí? Puede haber una o dos cosas, puede haber muchas cosas, puede haber luces, puede haber sombras, puede haber recuerdos de una vez que fuiste con tu abuela o que tu abuela no vino, puedes estar cantando en unas fiestas o que tu madre no te dejara cantar en esas fiestas, puede haber la reminiscencia de una foto que viste una vez de alguien en el Facebook y todo lo que el Facebook significa o crees tú que significa. Puede haber una historia que sucedió antes de ayer y que tú ya no recuerdas y puede que le pongas cara de abuela, de tu abuela, de una sobrina tuya, que le pongas mi cara, que digas que me conoces y que claro que me conoces y que en tu interior sabes que mi cara, aunque la conoces, no te resulta simpática y qué puedes hacer si sabes que soy yo y que yo soy quien soy pero hay algo que te hace preguntarte qué hago yo ahí si tú estás en… dónde estás. Y dices mi nombre pero no sabes si lo has dicho. No lo tienes en la cabeza. O sí. Tú sabes lo que pasa, lo que ocurre a tu alrededor, menos lo que pasa y lo que ocurre alrededor y te quieres enterar, y lo sabes, y lo dices y lo explicas, todo lo que tienes en la cabeza y los colores van tornándose oscuros cuando empezaron siendo luminosos. Y claro que conoces todas las canciones y claro que conoces a todo el mundo que viene, pero en tu cabeza esas canciones no encajan y no se cantan como nosotros las cantamos y nos equivocamos y cuando duermes te despiertas sobresaltado y no sabes qué has soñado, o sí que lo sabes y como nos pasa a los que soñamos cosas que no podemos contar, tú tampoco lo puedes contar. Y dentro, muy dentro, hay algo, algo que sigue estando ahí, que tarda en irse y que parece una cosa y que parece una cosa muy importante, una cosa que se está diluyendo pero que de repente tiene el pelo largo, de repente tiene cara de perro, de repente tiene cara de bestia, de repente está de espaldas y se parece a tu abuela o a tu madre y tú te pareces a tu madre y siempre hemos dicho que te parecías a tu padre, pero nos hemos dado cuenta de que todos nos parecíamos a ti, menos tú, que te pareces a tu madre. Y en el interior, pero no demasiado, hay recuerdos de cuando bajabas a por algodón, porque con 13 años ya hay gente que bajaba a por algodón a Guadalén, y tenías una bicicleta y pesaba un huevo, y te acuerdas de todo el mundo, lo tienes en la cabeza, y claro que te acuerdas, y claro que sabes ir, y claro que lo entiendes, y claro que sabes qué color vas a poner, y claro que lo tienes claro. Porque lo tienes dentro. Qué habrá ahí dentro. Sé lo que me quieres decir. Y no. Dentro de tu cabeza. Dentro de mi cabeza, ya que me lo estás preguntando, no hay mucha novedad. Gracias por preguntar, aunque ya sé que eso no es lo que me estás preguntando de verdad, que me preguntas por otra cosa. Y no tienes que preocuparte, que ya lo tenemos todo previsto. Lo tenemos tan perfectamente programado que lo están haciendo otros por nosotros, que es la mejor manera que tenemos de hacer las cosas desde siempre. La puerta ya está abierta. Alguien ha manejado la llave. El aceite del coche no lo he cambiado todavía. Yo estoy haciendo cosas desde aquí. Todo esto a ti creo que te da un poco igual. Los colores se han ido haciendo más oscuros y el pelo de esa chica es extrañamente largo. Tienes a todas las enfermeras de tu parte y sabes reconocer dónde está la autoridad. Dentro de tu cabeza está habitando Jackson Pollock. Mientras no habite Jackson Browne y te pongas a cantar Stay… ojalá que la primera canción que cantes no sea Stay. En el corazón de tu cabeza ponemos la almohada. Y a descansar.

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