La historia era bastante sencilla, muy normal. Un entrenador de fútbol o alguien del Anderlecht va en coche y le pasa algo en el coche. Se para en un pueblo y ve a un tío que está jugando a fútbol en un equipo amateur. El buen señor se queda extasiado ante la calidad de ese jugador que lo hace todo. Y ahora no recuerdo si es una chica o es un chico el que iba de viaje y le pasa eso. El caso es que iba en un Mini. Y se para y como digo ve al chaval jugar y resulta que le dicen que es un loco del fútbol y que le llaman 'el anderlés', porque es muy fan del Anderlecht. Y le dicen que vaya a hacer una prueba al Anderlecht. Y hace la prueba así un poco de aquella manera porque el Anderlecht es un equipo muy bueno y claro, uno que viene de la calle, pues a ver. Pero es que es tan bueno... y tan majete... y hay algunos del equipo que desconfían de él y él les convence por lo bueno que es. Y 'el anderlés' triunfa en el mundo del fútbol. Creo. Porque no recuerdo nada más que lo que les he contado y mucho de eso puede que sea inventado.
Esta historieta estaba en uno de los Supermortadelos que mi padre me trajo porque mi tito Basilio o nosequién o él mismo puede ser fueron a trabajar a un almacén de la Bruguera y me trajeron un montón de cómics. Y esta historieta estaba allí. Recuerdo ahora como en sueños una historieta sobre el golpe de estado en Irak que derrocó al general Kassem. No voy a buscar ahora si era así o no.
De la misma época, pero no del mismo dibujante, eran los cómics de Eric Castel, un jugador que venía a jugar al Barça y que supongo que todos los niños culés de la época adoraban. Yo no, porque yo no era culé, pero me gustaba ver cómics de gente jugando a fútbol y los equipos de fútbol.
Era otro fútbol.
El fútbol de Bélgica de los ochenta era un poco la némesis del fútbol de Holanda. Durante los setenta Holanda dominó el fútbol europeo y marcó lo que en adelante sería 'el buen fútbol'. Eso de jugar bien, dando pases, etc. El fútbol total. A finales de los setenta y principios de los ochenta el fútbol holandés decae mucho y es Bélgica la que tiene un cierto periodo de esplendor. Pero con otro tipo de fútbol, más defensivo, más bronco.
Jugadores. Ceulemans, sobre todo. Era el que me gustaba a mí. Jan Ceulemans. Rubio y alto como un día sin pan y jugaba de extremo. Y se llamaba Ceulemans. Eric Gerets, lateral, que era un broncas. No andaba muy fino. Gerets, que jugó en el Bayern de Múnich. Jean Marie Pfaff, que era portero y si Gerets estaba mal no te cuento Pfaff. También jugó en el Bayern de Munich. Cuando Pfaff se jubiló el portero era Preudhomme, que ya era otra cosa. Más jugadores. Los hermanos Van der Elst, había uno que era muy bueno, pero yo no me acuerdo de verlo jugar. Y duró un montón, o el que duró un montón era otro Van der Elst, el hermano menos bueno, pero que jugaba en el centro del campo. Y Vincenzo Scifo, que era de padres italianos y que jugaba como de media punta y que decían que era buenísimo pero que siempre que veías un partido con Scifo la cagaba. Y Bélgica eliminó a España en el mundial 86, mira, igual por eso... en los penalties. Yo creo que me alegré porque siempre quería que perdiera España, aunque Bélgica, sobre todo por Scifo, no me gustaba. No daba hostias Bélgica ni nada.
Equipos. Pese a que el Anderlecht parece que fuera el fuerte, el equipo que me molaba era el Brujas, porque se llamaba Brujas y ya solo por eso... y vestían como el Inter de Milán, que es un colorido, azul y negro, que siempre me ha gustado. El Brujas. Campo embarrado, lloviendo. Y sobre todo, el Standard de Lieja. Más que nada, porque el Athletic Club jugó una eliminatoria de Uefa con Valverde en su primera etapa y le metimos siete. Y luego el Anderlecht nos eliminó, precisamente. Tiempo después, el Racing de Malinas hizo más o menos buen papel en competiciones europeas, con Erwin Koeman en el equipo.
Y creo que poca cosa más. Por si les preguntan.
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