Esclavos. Fotos en las que se ve a personas colgadas de palos, las fotos típicas que veíamos cuando se quería ilustrar el esclavismo del siglo XIX, por ejemplo. Pero hoy. Ahora. A una hora en avión, o quizás menos.
Al otro lado del estrecho ha comenzado la venta de esclavos, como en los viejos tiempos. Mientras aquí estamos empezando a considerar normales cosas que nos llevan a recordar los tiempos del fascismo más asqueroso, pero maquillados con fondos azules, letras de diseño suave y discurso en el que las cosas se dicen y una vez dichas ahí quedan, al otro lado del estrecho las cosas se han puesto chungas de verdad. Miento, chungas de verdad están siempre, desde que naces hasta que mueres. Vidas chungas de gente que se juega la vida para irse, largarse. Gente que es capaz de perderlo todo por la ilusión de ganar algo. No sé qué decir porque no sé ponerme en la piel de esa gente. Y otros que, como siempre, se aprovechan de la miseria para hacer negocio. Otros que se aprovechan de la... no sé.
Uno sabe o cree que sabe escribir de muchas cosas y que tiene una posición sobre muchos temas. Que puede decir cualquier cosa, a veces no diciendo nada, sobre cualquier tema. Sin faltas. O sin muchas faltas de ortografía.
¿Pero qué puedes decir interesante, original, sobre un fenómeno que nos dice que estamos tocando fondo? Que hemos tocado fondo. Que tenemos que partir de cero.
Los que nos las damos de revolucionarios, de izquierdosos, de progresistas, de lo que usted quiera, por lo menos, debemos alarmarnos y contener las lágrimas o la desesperanza más absoluta, cuando vemos esas imágenes. Gente mostrando a gente para venderla. Personas que enseñan ante una cámara a otras personas para que otras las compren para hacer trabajos. Como quien enseña un tractor o una máquina segadora. Como quien no enseña nada.
Creo que lo hemos perdido todo. Seguimos acusándonos unos a otros de matices que nos convierten o en enemigos o en adversarios, en potenciales aliados o en no descarto. En discutir pérdidas de libertad, en la coloración de las cosas, en triquiñuelas para molestar y demostrar que eres...
Y tenemos tanta suerte, al menos todavía. Al menos aún. Una suerte perra. Una suerte de mierda. No es mucha suerte. Yo al menos tengo un portátil y puedo hacer cosas para ir tirando. Hay mucha gente que no tiene demasiado nada. Que sigue mirando en los containers. Que sigue esperando a que cierre el super para ver...
Empieza el frío y empieza el drama. Gente que no podrá pagar la factura de la luz. Gente haciendo malabares para poder pagar la luz. Hospitales que son un drama. Ponte malo en invierno. Vete al hospital. Anuncios de aseguradoras. Anuncios de mutuas. Anuncios de negocios. Anuncios para conseguir algo más de dinero. Como en los viejos tiempos. Hay que gastar, llegan las fiestas. Hay quien decidirá que este año otra vez las navidades no existen.
Hay quien comprará un esclavo para que le recoja la aceituna. ¿Puede que eso esté pasando ya? ¿Aquí? Es temporada de aceituna, los temporeros van por los pueblos. Esclavos para recoger la fruta, esclavos que no salen en la tele. No creo ¿verdad? Aquí no lo haríamos nunca. Tener a gente trabajando sin cobrar. Gente que por ejemplo contrate a gente sin dar nada a cambio. Eso no pasa aquí.
Un esclavo. Esclavos. Gente que obliga a gente a trabajar para otra gente a cambio de comida y poco más. Ya no estamos hablando de una figura simbólica. De algo que 'parece que sean esclavos'. Ahora ya hablamos de esclavos de verdad.
Y está tan cerca que podría ser aquí. ¿Se puede ser otra cosa que alguien que haga algo, lo que pueda contra el sistema? ¿Se puede ir poniendo etiquetas a la gente para ver si ñiñiñi?
¿Qué pasa si un día acabamos como esclavos? ¿Qué pasa si un día la cosa se tuerce tanto que podemos ser legalmente esclavos? No en un sentido figurado como ya somos ahora. No. Legalmente. Esclavo. Pero no negros, no gente que nos extrañe que no fueran esclavos ya. ¿Te imaginas que tu hijo o tu nieto tuviera que irse a otro país y ser esclavo? Ya puede pasar.
No sé. Estoy muy espeso. No me sale escribir nada muy ocurrente.
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