Quiso Baal entrar en tu vida y no le dejaste y quedó pensativo Baal. Y quiso hacerlo de nuevo Baal, pues grande y valiente es Baal y todo cree poderlo hacer y fue de nuevo rechazado. Y Baal se retiró a una montaña que no existía y que creó para demostrarse que podía crear montañas Baal y allí planeó cómo conseguir lo que quería. Y Baal en la montaña creó un palacio y en el palacio un jardín y en el jardín una cabaña y era allí donde vivía Baal y donde pensaba Baal. Y dijo Baal 'creo que ya lo tengo'. Pero no le escuchaba a nadie Baal porque estaba solo Baal y creó a alguien para que le escuchara decir 'creo que ya lo tengo' a Baal. Y creó a una persona que estuvo con Baal y que escuchó a Baal y que ayudó a Baal y que desapareció cuando Baal creyó que ya Baal lo había hecho todo. Y deshizo la cabaña y deshizo el jardín y deshizo el palacio y deshizo la montaña Baal y volvió a dirigirse a ti, a encontrarse contigo en el metro, a caminar junto a ti mientras te bebes una cerveza en la entrada de un concierto, a hacerse el gracioso en la reunión, a comentar películas y series, a pronosticar cambios de tiempo, a preguntarte si estabas haciendo algo, a proponerte una salida al campo para respirar aire fresco. Y volviste a decirle que no a Baal. Y pensó Baal que debía ser más preciso y una noche, mientras dormías, destruyó nuestro planeta Baal y causó el fin de los tiempos y dejó en suspenso el paso del tiempo y alteró la correlación de fuerzas cósmicas y todo ello lo hizo para manifestarse en toda su magnificencia Baal ante ti, que despertaste sobresaltada, claro y en la cama suspendida en el espacio y protegida por Baal preguntaste qué pasaba, aunque ya sospechabas que aquella presencia, aquella energía que te pedía un momento para tomar un café no era de este mundo, y Baal con su voz más auténtica y sin disimular ya su acento mesopotámico, preguntó que qué. Y le dijiste a Baal que no pasaba nada, pero que no estabas por nada y Baal, magnífico y profundo, terrible y omnisciente, sabio y curioso, poderoso y todo, consideró que era un estado aquel en que no se está por nada que le resultaba difícil de calibrar ya que era Baal todo y siempre y a la vez y no estar no lo había probado jamás.
Y así fue como Baal inició una nueva era, no estando por nada, no siendo, fundiéndose y dejando de ser. Y Baal no fue Baal. Y no hubo Baal. Y no estuvo por nada. Y te dejó suspendida en el cosmos y falleciste por falta de oxigeno. Y nadie estuvo. Y hay quien dice que realmente te llevó consigo Baal, al final.
- Mortal. Si no estoy no estoy.
Oh, Baal, reaparecido y santo. Oh, Baal, grande y fausto. Oh, Baal, que vuelves a ser y a estar. Oh, Baal, qué nuevas experiencias nos prodigarás. Oh, Baal, creador y destructor. Oh, Baal, todo y uno.
- Mortal. Te creé para contar historias que me ayudaran a olvidarla. En cada historia me la recuerdas. Esta cabaña no es tan grande para los dos.
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