Alí Aftal Ben Alani recogió en una serie de documentos descubiertos recientemente bajo la mezquita de Tal una serie de pintorescas escenas de la vida cotidiana de la sociedad de su tiempo. Sin embargo, en uno de esos legajos, recogidos hoy en un volumen de gran éxito en los países islámicos titulado 'Mi puerta', aparece un relato que ha tenido a los estudiosos enredados en agrias polémicas. El relato se titula 'Motocicleta' y habla de un trayecto en un aparato motorizado, de dos ruedas, entre la ciudad natal de Ben Alani y Dakar. Se trata de un peculiar viaje en el que pareciera que el protagonista tiene que llegar a tiempo a Dakar antes de que ocurra algo que no sabemos qué es en ningún momento. El protagonista atraviesa desiertos, montañas, parajes desolados, aldeas, hasta arribar a la playa de Dakar, donde finaliza el relato y no encontramos más explicaciones. La gracia del cuento parece estribar en la inverosimilitud de un viaje en motocicleta en los tiempos en los que Ben Alani vivió, finales del siglo XIV. Pero a decir verdad, tampoco le encontramos la gracia a otros viajes en moto que se hacen a Dakar en nuestros días, así que no sabemos realmente qué nos quiere decir Ben Alani. Lo de la moto, en sí, quizás.
Junipper Giudeschi ha vuelto a armarla con la publicación de su dietario 'Colocando el mundo'. En primer lugar por una carta al director recibida por el señor Gliuglielmo Tedeschi que con la sencilla pregunta '¿qué es un dietario?', ha provocado una reacción en cadena acerca de los diferentes estilos literarios y géneros mismos que ha superado las barreras del mundo académico para convertirse en un asunto de interés nacional. Así, numerosas personas han emitido opiniones y preguntas espinosas como por ejemplo el sonoro artículo de Marifé Espinosa 'Una égloga hoy', que ha levantado ampollas. De tal manera que se ha llevado a cabo una revisión de todos los patrones y cánones estilísticos que en el mundo han sido, proponiéndose la eliminación definitiva de unos, la renovación de otros, y el surgimiento de nuevos. La égloga, por ejemplo, ha sido formalmente derogada y Marifé Espinosa ha conseguido un puesto fija como tertuliana en programas de televisión. Durante una rueda de prensa y entre una gran expectación, Junipper Giudeschi ha respondido a la pregunta que muchos se han hecho desde que Tedeschi lanzara la bomba. '¿Son hermanos?'.
Mal tiene que ir la cosa para que Avelino Bélez haya recurrido de nuevo a una novela sobre la Guerra Civil para ser de nuevo número uno en ventas. 'Tiempos de rojo y azul', narra la historia de un miliciano anarquista que tras participar en la defensa de Madrid se traslada con su cuerpo de Ejército hacia el frente aragonés cuando caen en una emboscada y son detenidos por unos voluntarios italianos que los retienen en una aldea de Soria. Allí, el miliciano se enamora de la hija de la dueña de la casa donde los retienen, dueña de muchas tierras y fervorosa partidaria de los nacionales. Las discusiones, el amorío, la incertidumbre, la certeza de los tiempos oscuros que iban a venir, los fusilamientos, la religiosidad exacerbada, el odio entre hermanos, la esperanza de un futuro mejor cuando dejemos las inquinas y construyamos un país entre todos que a modo profético lanza la hija de la dueña, que se llama Amancia. No sabemos cómo se llama él. Quizás por descuido al autor se le olvida poner nombre al protagonista, lo que hace de la novela un artefacto especialmente atractivo y quizás sea lo único interesante de la obra.
Me interesa cada vez más el medievalismo y el género caballeresco. Estoy muy interesado en todo lo que es el ciclo artúrico. Me apasiona toda la gestación de la novela a través de la línea que lleva del cantar de gesta hasta la transformación de estos poemas extensos en otra cosa gracias a la toma de posición del autor como persona única y no como continuadora de una tradición oral. Soy un entusiasta lector de poesía lírica, juglaresca y de toda la tradición de romances que hay. La poesía pastoril me vuelve loco. He consagrado lo que me queda de vida al estudio de las crónicas de los reyes de la corona de Aragón. El humanismo, el Llullismo, como filosofía aún viva y perfectamente transportable a los tiempos que vivimos. La traslación del ideal caballeresco, de las normas cortesanas, del valor de los guerreros de la Reconquista, de las poesías árabes en las que infantes y moriscos batallan y comparten amor por princesas judías de ojos negros. El amor que sintió Lorena de Aquitania por los reyes con los que estuvo casada. La bellísima historia de los reyes nazaríes y su condenado futuro. La leyenda de los Caballeros Teutones como defensores de la cristiandad allá en las frías tierras bálticas. El poderoso imperio y el terror mongol. Los turcos selyúcidas y su transformación en turcos otomanos y su relación con todos los pueblos túrquicos en las estepas. Los viajes en moto a Dakar.
Voy a ser breve. Fadibah Husseini es sin duda la mejor escritora de novela erótica que podemos encontrar a día de hoy en los aparadores de las librerías de todo el mundo en el que se pueden encontrar todavía libros que narren el placer que supone el contacto entre dos pieles, el lengüeteo, sobeteo, magreo, y distintos tipos de penetración que puedan contarse escritas sobre la superficie blanca, grisácea, rosácea, azulina, rojuna, amarillenta de un papel que puede estar granulado, liso como el culete de alguien que tenga el culete liso y que yo no he sabido encontrar y que quizás es en esta mesa de biblioteca desde la que apoyo el ordenador portátil sería la imagen precisa para la idea que quiero crear en la cabeza de quienes están leyendo esto y posiblemente deberían estar haciendo cosas mejores como por ejemplo soñar con esas pieles que nos cuentan que están lisas y no están lisas porque nada es liso si no es artificial, nada es liso, nada es completamente liso, nada más que las tapas de los libros que tienen la plastificación correcta son capaces de alcanzar ese nivel de liso que nos hace pensar cómo sería el mundo si fuera liso, si fuera completamente liso, si resbalara, como resbala la gota que emana de... Emana, como aquel del Betis.
Antonio Meléndez acaba de hacer una crítica de uno de mis textos. Se trata de un texto que hice hace algún tiempo sobre unos pobres diablos que son contratados para entretener a la gente en vivo, suplantando el papel de la televisión. Un texto de hace bastante tiempo, que ya ni recuerdo realmente de qué iba, ya que olvido casi todo lo quescribo, en el que creo recordar que quería señalar algo que se me ha volado de la mente. El caso es que en su crítica, Antonio Meléndez señala una serie de defectos y de implicaciones políticas que yo creo que no había llegado a alcanzar y que, una vez leída de nuevo la crítica, me parecen bastante evidentes y, con todo el dolor de mi corazón, me veo obligado a darle la razón. Aunque no he vuelto a leer el texto, por supuesto, ni a revisarlo, faltaba más, porque a mí una crítica, mira lo que hago con tu crítica, mira, Antonio Meléndez, mira, ¿me estás viendo lo que hago con tu crítica? Espera. Espera un momento, que no pone Meléndez. Que pone Molina y esa letra...
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