Caminar por Santa Coloma después de regresar de las diversas estancias vacacionales o las reclusiones impuestas por que no se puede y no se puede, nos devuelve de golpe, como por arte de magia a las pequeñas cosas de la política municipal y a las ganas de preguntarnos porqué. Y cómo. Caminar por Santa Coloma, en el tiempo que sea, nos hace pensar y penar por una ciudad que, efectivamente, necesita reformas y retoques. Digo más, necesita de hecho un reformulamiento general, una especie de planificación global que, ay, no sabemos cuándo ni quién. Una reformulación, una nueva idea de lo que es y lo que queremos ser que debe o puede ser pensada entre todos y todas. Todo eso tan así que se llama Participación Ciudadana y que con estas cosas de las ciudades del cambio y la nueva política estábamos en el trance de establecer como algo perdurable, aplicable y masticable. Pero como ese calor de fin de agosto que tú crees que ya no va a ser calor y luego resulta que sí que lo es, caramba si lo es, y del que no puedes escapar pese a que por fechas y porque 'en xxx sí que hace calor', la realidad colomense y el marco conceptual de quien lleva las riendas de la máquina, nos vuelve a asaltar.
Lo que tanto esperabas. Santa Coloma, en un día como hoy. Gente paseando con bermudas y tirantes, aprovechando quizás los últimos días de vacación. Gente, también, que viene en estos días a Santa Coloma y pregunta por aquel bar... que recuerda cuando el Cine Goya... visitantes que un día se fueron y en estos días de fin de vacaciones, regresan. Por lo que sea.
Lo que tanto esperabas. Caminar por Santa Coloma y ver el cartel. Lo había visto antes pero quería verlo ante mí. No me lo podía creer. Lo que tanto esperabas. Ciudadano o ciudadana colomense, aguerrida luchadora que protagonizas reportajes de la Vanguardia en los que nos presentan como fieros continuadores de la estirpe de reivindicadores de lo común (inocentes reportajes donde todos somos socialistas y los que no lo somos no somos nada), tú que tanto has reclamado por que la calle Milà i Fontanals deje de tener esa acera 'de cuando hicieron la calle Milà i Fontanals' y le den un lavado de cara un poco en condiciones a la que posiblemente sea la calle más larga de Santa Coloma, tú, que quizás habías perdido toda esperanza, tú, ya tienes lo que estabas esperando.
El Equipo de Gobierno dispone y tú recibes, agradecido, lo que estabas esperando. Qué concepto es este. Qué clase de idea sobre lo que es la planificación de una ciudad, los servicios que se ofrecen, el bien público, la gestión de lo que es común, se tiene. Lo que estabas esperando. Como si fuera un regalo. Como si hubieran llegado las rebajas de El Corte Inglés. Ya está aquí la inauguración de un nuevo centro comercial, en su zona. Ha llegado el tío de los melones.
Con sus inversiones, con sus banderas europeas, ese marchamo de calidad por el que todo es bien y es mejor, con su slogan invirtiendo en vida, con un par de fotos para que veas lo chulo que va a quedar y quédate tranquilo que al final nos hemos acordado de tu calle.
Colomense, lo único que tienes que hacer, es esperar sentado a que el Equipo de Gobierno del PSC vea la necesidad a un año de las elecciones de iniciar las obras en tu calle.
Espera, no pidas, no reclames, en todo caso, si tienes algo que aportar nos lo enseñas, lo miramos y lo hacemos nuestro. Nos sacamos la foto. Le ponemos un fondo. Se parece a lo tuyo. Gracias por hacernos el trabajo. Y se acabó.
Y supongo que lo gordo, lo realmente trascendente, no es todo este rollo que estoy contando. Lo importante es que realmente la calle se reforme, se haga vivible y punto. Y que todo lo que digo es una pérdida de tiempo.
Pero es que parece que lo estaba esperando.
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