Ahora todo el mundo se acuerda de él, pero cuando Herbert Prosijec enviaba sus escritos a diestro y siniestro pasaban de él hasta los autobuseros que tenían que llevarle a las editoriales. Herbert Prosijec tuvo una vida siniestra. Funcionario municipal, pasaba las horas atendiendo a sus conciudadanos en una oficina dedicada al cobro de impuestos varios, ganándose por ello y sin razón la enemistad de sus vecinos por ser el cobrador. Prosijec, orgulloso, nunca renunció a presentar las obras con su propio nombre. Las editoriales locales le tenían miedo. No podían vender los libros de un enemigo del pueblo. ¿Quién iba a querer comprar las historias que contaba aquel que hacía imposible la vida a sus semejantes? Prosijec, serio y eficaz, cuando llegaba a su casa y se ponía a escribir se convertía en un fiero inventor de historias y ficciones ambientadas en lugares remotos, espacios siderales, interiores oscuros. Nunca consiguió publicar nada en vida. Una tarde, paseando por el centro, después de haberse tomado un par de copas, vio en una librería un volumen que le llamó la atención. 'Calíope saliendo a pescar', un libro de dimensiones reducidas que se anunciaba con letras enormes como un éxito de ventas. Su autor, nada menos que el doctor Grygek, alcalde de la ciudad. Una nube de ira nubló sus ojos. Al alcalde sí, a él no. Lo siguiente ya lo conocen. Cogió un cuchillo y rebanó el pescuezo del alcalde. Y luego se suicidó. Y las editoriales se interesaron por sus obras. El asesino que escribía libros.
Calíope Toral, hija de la profesora Alborada Toral, ha presentado un estupendo compendio de poemas titulado 'Oro parece', que se adentra en los misterios del alma. Su poesía está trufada de bellas imágenes que nos sumergen en un mundo donde lo placentero se une con lo comprometido. Calíope Toral es la representante de una juventud que se sabe privilegiada pero que no renuncia a mancharse hasta el fin por sus ideas. Calíope Toral es hoy en día una de las más prestigiosas plumas de la revista 'Corazón' donde desgrana el mundo que le ha tocado vivir desde un punto de vista crítico y al mismo tiempo mostrando cariño hacia unos personajes, los de la alta sociedad, que también merecen ser tratados como personas. 'Oro Parece' ha sido prologado por Chumi De la Cuarta, la empresaria del algodón. Y el epílogo no podía ser de otra manera que de su propio hermano Folonso Toral, actual Ministro de Cultura. Dos mundos, dos caras de una realidad que con 'Oro parece' se funden en un cuerpo, el de Calíope y un cerebro, el de Calíope misma, que nos regalan una de las obras sin las que ya no se puede entender este comienzo de siglo.
La editorial Albolote ha publicado las memorias del General Canco. Uno de los héroes de nuestra Independencia, el general Canco nos regala una visión del mundo muy particular. Alejado de las trincheras y de los estruendos de las batallas, el General Canco se perfila como una persona sensible, que ama la cultura y las letras y fue amigo de todos y cada uno de los sabios del momento. El General Canco, que como todos saben fue presidente de la nación durante casi 25 años, tuvo que salir del país tras un golpe de Estado que trajo unos años de inestabilidad. Son esos años los que el General Canco vive con mayor pesadumbre en el exilio. La llegada al poder de su sobrino el General Quinco, aunque no le permite volver al país, le hace albergar esperanzas sobre el futuro de la nación. Durante todos esos años, el general Canco ha publicado diversas obras comentando la actualidad política nacional y mundial. Muy alabado por la intelectualidad en recuerdo de unos años que se presentan como de estabilidad y calma, la vida y mirada del General Canco es la de un hombre sereno, valiente, capaz, con un agudo sentido del humor y al que deseamos tras volver de nuevo al primer puesto de la vida política nacional, muchos éxitos.
No soy muy de hacer la pelota, pero lo que es, es. La política cultural que se está llevando es la correcta. Si comparamos la política cultural con la que se hace en otras partes, es evidente que aquí se está viviendo un momento de oro en muchos órdenes. El otro día por ejemplo, asistí a la presentación de la última novela de Carlos Fandereiquen, que presentó en el Centro de Recursos Municipales Sánchez Sánchez. Allí, contando entre invitados y curiosos, se reunió una gran cantidad de personas que, al contarlas y enumerarlas, me dieron que pensar. Quizás, de manera un poco exagerada, estemos viviendo una suerte de pequeña Atenas, de pequeña Grecia, de pequeña Roma. Literatos, artistas, músicos, actores, escuchaban atentamente las explicaciones de Fandereiquen y cuando terminó, todos, con una copa de vino en la mano saludaban a las autoridades y compartían con ellos proyectos, cuitas, intereses y todo fluía. Me encontraba tan bien y tan a gusto que me dio por imaginar qué ocurriría si nos despojásemos todos de la ropa y... Pero no lo hice.
Autreche, Autreche. Estas son las últimas palabras del ensayo de Horacio Chumajer que tiene por título precisamente Autreche. En este ensayo, muy esperado por otra parte, Chumajer vuelve a incidir en el influjo sobre su pensamiento de Autreche. El escritor alicantino pasa páginas y páginas hablando sobre Autreche y sobre lo que Autreche puede aportar al mundo. Pero sin decir lo que es Autreche y dónde se encuentra o en qué consiste. Nos reporta casos, cosas, hechos, leyendas, basadas en Autreche, en lo que él sabe de Autreche, pero sin decir nada cierto sobre Autreche. Ya en su anterior libro Sobre Autreche, nos tuvo dos centenares de páginas mareándonos sobre Autreche. Autreche. Yo he buscado en el diccionario. En internet. Un grupo. De música electrónica. ¿Será eso? Estará hablando Chumajer de lo que le ha impresionado la música electrónica y del influjo de esta en su vida. Perdón. ¿Estará hablando Chumajer de lo que le ha impresionado la música electrónica y el influjo de esta en su vida? ¿Y en su obra? ¿Dos libros? ¿Estamos flipando?
Me gusta mucho cómo escribe Lara Bidilcos. Se parece mucho a cómo escribías tú cuando escribías. Pero ya no escribes. Ni escribirás nunca más. Aunque me digas que vas a escribir. Que tienes ideas. Que lo que pasa es que ahora quieres disfrutar. Llevas disfrutando veinte años. No haces nada. Lara Bidilcos hace exactamente lo que hacías tú. El mismo estilo. A veces he llegado a dudar que no seas tú con otro nombre. Que finalmente te hayas puesto a escribir de verdad. Pero no. Porque Lara Bidilcos da entrevistas, aparece en los sitios. No eres tú. Pero me siembra dudas. El mismo estilo. Los mismos tormentos. Las mismas risas enlatadas. Las mismas torsiones del idioma. El mismo intento de parecer otra persona. Ya nunca más lo harás. Lo ha hecho otra por ti. Lara Bidilcos ha conseguido portadas de revista, programas de televisión, ha subido a cantar con Los Tres Salmantinos. Y tú ahí. Sigues con el rollo. Que ahora quieres disfrutar de la vida. Y nunca más vas a escribir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario