lunes, 19 de noviembre de 2018

Fundido a negro

Usted qué iba a saber. Usted cómo se podía imaginar. Cómo podría una persona de bien pensar que eso podría llegar a suceder. Cómo podemos llegar a relacionar una cosa con la otra. Dos cosas. Una manifestación convocada por las redes sociales. Hay que hacer algo. Ese algo consiste básicamente en mandar a su puto país a los moros de mierda violadores y dar un escarmiento si se ponen por delante a los colaboracionistas que les dan ayudas encima a todos esos moros de mierda. Pero quién iba a pensar que una manifestación así, convocada de esa manera, con esos modos, con esas actitudes, con ese talante, con ese mensaje, iba a terminar de esa manera.
Sábado por la noche. Todavía pensaba yo que la manifestación iba a ser cosa de cuatro o cinco, que ni siquiera vendría gente de Santa Coloma, que todo ese runrún se queda en nada.
Y es domingo por la mañana. Y te van llegando las primeras fotos. Y los primeros mensajes de audio. Y las primeras impresiones.
Son nazis.
Son nazis con pinta de nazi. Y con sus porras extensibles de nazi. Y con sus cruces gamadas tatuadas en el cuello de nazi.
Nazis.
Venidos de fuera, de otros lugares, de otros puntos. Son de fuera. Pero no son pocos. Y marchan en manifestación hasta la plaza de la Vila y posan en la Plaza de la Vila, mientras los Mossos d'Esquadra se lo miran todo.
Los días antes, discusión sobre qué hacer. Minimizar el problema, minimizar el tema, minimizar a los nazis. Dejar de hacer contramanifestaciones para enfrentarnos a los fachas que vengan en un combate hermoso y valiente contra los cuatro fachas que vienen de fuera a su jornada de lucha particular.
Y hay que actuar de nuevo. Pasado todo esto, volver a retomar todas las movidas de conciencia ciudadana, de recuperar el mensaje de que no somos, no podemos ser, no seremos jamás, una ciudad de acogida de fascistas. Porque Santa Coloma es el ejemplo vivo de lo que el fascismo hace con la gente, cómo la obligó a vivir, cómo se luchó contra el fascismo, el político, el especulativo, el económico, el represivo.
Y aquí no cabe. Pero se puede olvidar. Y hay que trabajar todos los días para que no se olvide.
Y no descuidar ningún detalle que de alas a nadie. No señalar a ningún colectivo, no estigmatizar, no poner contra el paredón a nadie. Tratar las cosas sin dar ni un palmo de terreno al fascismo. Sin utilizar la 'acción directa' como idea, porque en acción directa, puños y porras, ganan ellos. Y los Mossos mirarían.
Los Mossos, mirando.
Una mani con claro contenido nazi, ultraderechista, para sorpresa de propios y extraños, de propios sobre todo, que los Mossos vieron pasar. No pasó nada, claro. Nunca pasa nada. Pero ya han hecho una manifestación. Algo que no estábamos acostumbrados a que pasara y ha pasado.
Que eso. Que ya lo sabemos para otra vez.
Pero ya ha pasado. En tu ciudad.

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