miércoles, 23 de enero de 2019
Baal
Ya hacía tiempo que Baal se notaba desgastado, torpe, cansado de todo. Era Baal ese dios que ya creado que lo tiene todo visto, que lo tiene todo hecho, que ha muerto y resucitado, que ha vencido al monstruo con sus propias manos, que ha destruido generaciones enteras, que ha enseñado y que ha desaprendido, que ha escrito en un blog y que ha eliminado las comunicaciones con todo y con todos, Baal ya no estaba, ya no se sentía, ya no tenía entusiasmo, ya había perdido la fe en sí mismo. En los dioses. En él y en todo. Y vagaba por los rincones de su mente, por las esferas celestes, por el interior de tu cabeza, por los bosques boreales, por los caminos de la creación, por las palabras vacías. Y un día te vio a ti. Te contempló. Te escuchó Baal. Te oyó decir toda esa cantidad de palabras vacías, de frases sin sentido, de apostura, de queja, de insensatez, de agresividad incontestable, de inutilidad, de valor contra nada, de gallardía ante el cero, de imagen, de sonido, de pose, de estética de la rebeldía, de estética de la contra, de estética de lo que toca decir y lo que toca hacer, de desapego hacia lo que hay que tener desapego, de cliché, de vacío, de tópico, de nada, de absolutamente nada, de torpeza premeditada, de sabiduría de folleto, de cansado optimismo, de revolucionaria presuntuosidad, de cortedad de miras, de amplitud de egoísmo, de tal cantidad de palabras que te vinieron a la mente que tuvo Baal, poderoso, que repasar en todo su bagaje como dios como el dios como Baal, grande y magnífico, si había, alguna vez, en algún momento de su larga existencia que es la misma existencia que todo lo que existe y lo que pasa y lo que sucede, había visto alguna vez, algo, alguien, así, parecido, semejante a ti.
Y sí. Lo recordó. Recordó Baal, siempre sabio, que sí. Que ya te había visto. Que ya te había encontrado. Antes. Aquí. Allí. En muchas partes.
Y lo recordó.
Recordó Baal porqué estaba aquí. Y porqué era necesario segur aquí. Y no hacer nada. Ilusionado está Baal.
- Oh Baal! Oh, poderoso y creador Baal! Existes para remediar nuestra sandez Baal, eres el freno Baal a lo inútil y fatuo Baal...
Y dijo Baal. Calla mortal. Fatuo. Qué palabras. Fatuo. No las recuerdo, quizás sí. Qué cansancio. Pero me gusta.
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