Encontrar documentales sobre rock es fácil. Encontrar documentales sobre rock progresivo es un poco más difícil. El rock progresivo es difícil. Porque todo el mundo dice que es difícil. El rock progresivo como un placer culpable. En un momento de este Prog Rock Britannia, aparece Phil Collins, que fuera batería de Genesis y cuenta cómo una vez en un aeropuerto se le acercó Rat Scabies, batería de los The Damned y le dijo asegurándose de que no le oía nadie 'soy un fan tuyo'. Rat Scabies era punk. El enemigo del punk era el rock progresivo. El cantante de Jethro Tull habla por ejemplo de que Johnny Rotten siempre se metía con ellos y que tiempo después reconocía que había sido fan.
El rock progresivo. Un estilo de música de composiciones largas, de tipos virtuosos de sus instrumentos, de letras fantásticas poco apegadas a la realidad y a la denuncia... o no. El documental, que ya avanzo que me gustó bastante a pesar de sus carencias, habla del nacimiento de un género que sitúan con discos como el Sgt. Pepper heart's club Band de los Beatles o canciones de Procol Harum y que avanza en Inglaterra de la mano de grupos como unos seminales Wilde Flowers de los que surgirán bandas como Soft Machine o Caravan. Y se dejan Gong y se dejan a figuras como Kevin Ayers. Se dejan cosas. Se dejan por ejemplo hablar de Pink Floyd, grupo fundamental del movimiento, que tuvo un éxito masivo (que también tuvieron otras bandas como Yes, por ejemplo), y de quienes incluso ponen canciones... pero sin que aparezcan protagonistas de la banda hablando.
Habla gente de Soft Machine, como Robert Wyatt, de Caravan, de Egg, de King Crimson, de Yes, de Jethro Tull, de Procol Harum, de Genesis, de Emerson, Lake and Palmer, Mike Oldfield... y avanzan en el tiempo desde el nacimiento de las respectivas bandas hasta que la llegada del punk prácticamente las sepulta en el cementerio de lo olvidado. Más que eso, en el mundo de lo repudiable. Rick Wakeman, teclista de Yes y un personaje de los que tienen la culpa, creo, de lo más pelmazo del género, habla de cómo tu puedes ir a una tienda de discos y pedir cualquier cosa pero bajas la voz para pedir algo de rock progresivo.
Me gusta el rock progresivo. No todo, claro. Como puedo decir que me gusta el punk, pero no todo el punk. O el pop. O el soul. El rock progresivo es un género del que se aprende mucho. Se aprende desde el sentido escénico, la teatralidad, también la improvisación, la capacidad para crear una sensación, un ambiente, un mundo. Se aprende a parecer un virtuoso a lo mejor sin serlo, a no tener miedo a parecer un coñazo, a hacer música al margen, incluso a tener éxito con música que quiere estar al margen.
Hay momentos gloriosos, como cuando Ian Anderson de Jethro Tull habla de cómo después de que le dijeran que su disco Aqualung fuera 'conceptual' se cabreó y se propuso hacer un disco de bufa del rock progresivo... y le salió el mejor disco de rock progresivo, el Thick as a Brick. O cómo Robert Wyatt dice que bueno, que en realidad ellos tenían pocas canciones con Soft Machine y que lo único que hacían era improvisar para rellenar y por eso las canciones eran largas. De la crianza musical de los miembros del movimiento, clásicos, jazzísticos... pero al final rockeros por lo que te dije. Del tipo de público que caracteriza al movimiento. De las flipadas, de las flipadas gordas de los Emerson, Lake and Palmer. De cómo tanta flipada acaba haciendo al género... un coñazo.
De Yes. No conozco nada de Yes. Pese a gustarme el género, no sé porqué pero Yes, nunca he tenido el gusto.
Me gusta. Me gusta Pink Floyd, me gusta Soft Machine, los dos primeros discos de Soft Machine, me gustan los tres primeros discos de Caravan, me gusta Jethro Tull y el Thick as a Brick, me gustan cosas de Mike Oldfield, me gusta Hawkwind aunque no salgan en este docu y no parezca que forma parte de la movida, pero sí, me gusta King Crimson y me gustan las anécdotas que se cuentan en el documental sobre la banda y sobre Robert Fripp, su guitarrista, me gustan los primeros discos de Genesis, y supongo que alguna cosa que me estoy dejando. Levantarme por la mañana, un sábado, un domingo, y ponerme el Nursery Crime. O el In the land of pink and grey. O el Dark Side of the Moon. O el Volume I de Soft Machine. O ponerme casi a llorar con el primer disco de Matching Mole.
Un documental para quienes nos gusta una música que casi no le gusta a nadie. O poca gente lo dice. Y si lo dice se le mira con cara rara. Qué antiguo. Qué coñazo.
Y sin embargo, hay mucha más música progresiva de lo que nos parece, camuflada en muchos otros géneros.
En fin. Muy recomendable.
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