Hace cuatro años se nos ocurrió un slogan no muy afortunado. Nosotros somos los socialistas. Queríamos con esa sencilla frase decir que nosotros, si eres socialista, nosotros, somos los socialistas y no los que dicen serlo y no lo practican. El socialismo. Lo de ser socialista. Cualquiera que haya visto Santa Coloma con los carteles y pancartas de Vota Socialista ha debido sufrir un colapso. No se ve la cara de la candidata Núria Parlon en los carteles. No se la ve. Ni rodeada de tal, ni rodeada de cual. No se la ve y punto. Ahora han sacado los carteles de las generales y vuelven a ser los socialistas.
Reflexionemos. Somos de pensar. Nosotros somos de mucho pensar y reflexionar. ¿Por qué sacan estas pancartas ahora? ¿Por qué presentan lo de los coches de la policía local ayer? ¿Qué ocurre? ¿Estoy viendo caras de espanto? ¿El benéfico efecto de hacer del logo una especie de dibujo simpsoniano se ha desvanecido? ¿Qué ha pasado con las pancartas de expofloralia?
Ni idea. Supongo que el domingo recibiremos nuestro merecido por nuestra insolencia, pero por lo menos podemos irnos haciendo preguntas.
Cuatro años. Nosotros somos dos mil quince. Eso sí. Esta campaña ha servido para demostrarnos que, efectivamente, los que somos dos mil quince somos nosotros. Hemos errado completamente el tiro, intentando confrontar con el partido en el gobierno municipal desde hace lo menos no me acuerdo de años, y tendríamos que haber entrado en esa espiral moderna que es asumir que los que están estarán for ever y ciscarnos entre nosotros. Nosotros, sin embargo, hemos hecho un auténtico 2015, qué recuerdos. Nosotros somos los socialistas. Me gusta llamarme socialista. Me parece un buen adjetivo. Ser socialista es el fin soñado de muchos de nosotos. Socialistas de socialistas. No socialistas del partido socialista. Que no tiene nada que ver. Todo demasiado complicado.
Voy a dibujar alguna cosa.
Nosotros somos los del 2015. Anclados en una manera de pensar y construir una alternativa a la ciudad diferente. Pero eso ha pasado de moda. Ahora lo que se lleva es pensar en torno a lo que está y acomodarse a lo que haya. Conformarse con ser el campeón mundial del segundo puesto y esperar a ver qué pasa.
¿Estás leyendo esto?
Conformarnos con lo que hay. Eso es. Vivir alejados del ruido consistorial o abrazar la verdadera luz y construir la ciudad en torno a la magnánima tal y cual.
Cuatro años del dos mil quince.
Si en estos días vemos una inauguración express del paseo Lorenzo Serra, prepara las calculdoras. El efecto benéfico de los logos disueltos y de las ideologías dispersas. Votemos.
Votemos a En Comú Podem. Nosotros somos los únicos que hoy por hoy son capaces de aplicar políticas con un poco de cara y ojos progresistas en Santa Coloma. Pero no se trata solo de eso.
Se trata de terminar de una vez con cuatro años de, con ocho años de, con catorce años de. O no. Lo están leyendo.
¿Lo estás leyendo?
Se trata de.
Pero no. Porque pensamos como en el 2015, cuando pensábamos que se trataba de ganar. Ya no.
Campaña electoral. Carpas, actos, mitings electorales. Van pasando los días y se acerca el desenlace. Nos quedan pocas cosas que hacer. Inaugurar el Paseo Lorenzo Serra, con sus bordes afilados como cuchillas para los motociclistas y ciclistas. Con su carril bici de la controversia que nadie sabe dónde va ni qué camino tomará. Con esa deliciosa rotonda que ya está suscitando agrias polémicas y debates. Inauguración urgente.
Las encuestas no salen.
Los coches de la policía nuevos, no sirven.
Estoy viendo caras de espanto.
Preparar las calculadoras. Comprobar que los asientos del Ayuntamiento son mullidos. Vamos a por todo.
Como si estuviéramos en el 2015. No. Perdón. Al contrario.
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