Y poco más. Si en años anteriores la Festa Major se había vivido de una manera muy tangencial y haciendo profundos esfuerzos por mantener la esperanza de asistir a acontecimientos varios, este año, nada de nada. Este año la única cosa que había que hacer para las fiestas era mantener el tour de force que supone el trabajo en la caseta de En Comú Podem. Una prueba de esfuerzo únicamente al alcance de personas hipermotivadas que hacen de esos cuatro días una suerte de ritual de purificación por los males pasados y por los futuros y que nos sujeta a tareas de montaje, desmontaje, plancha, bocadillos, tiradores de cerveza, preparación de combinados y puesta en marcha de toda suerte de actividades para mantener entretenido al personal.
Y eso es todo. Del resto de la fiesta, poco a comentar, salvo lo que llega de oídas y las percepciones que uno recoge durante los trayectos de la casa a la caseta y el tradicional sábado a mediodía en el que uno hace acopio de fuerza y valor para asistir al corretapa. El Corretapa. Un compañero del partido me dijo que lo que más le gustaba de la Festa Major es el corretapa y dentro del corretapa, lo de las pistolas de agua. Es como extraño. Es como una provocación. Te puede gustar el corretapa por lo que tiene de reencuentro, de camaradería del grupo de amigos y amigas que deambulan y hacen cola para comerse un algo y beberse una cerveza. La cerveza. Pero lo de las pistolas de agua... lo reconozco, es que soy poco de la juerga, de la juerga desenfrenada, del remojarse, del todo vale, de venga que un día es un día. No. No soy así. Soy de esas personas que, sin duda, alegran la fiesta. Porque no hay nada más divertido que mojar al que no quiere y esas cosas. Por lo demás, me comí unas albóndigas en las Tanis y poco más.
Porque fui a comer a las Alternativas. Efectivamente. Por motivos de índole me vi comiendo una paella que no pensaba comer y que al final me supo buena. Y acabé bebiendo la cerveza de la Capfoguer cuando no debería estar bebiéndola. O no. No recuerdo que bebí. Sobre las agrias polémicas en torno a las Alternativas y las cervezas que se ponen y los carteles que se publican, noto que me hago mayor y que ya no tengo ganas de polemizar. Así como el hecho de hacerme mayor me ha llevado a las Alternativas muchas (todas) más veces de las que fui como joven o treintañero, ahora mismo el ansia de polemizar, ahora que está mucho, pero mucho más a huevo que otras veces, me da pereza. No sé. Un tema tan sencillo de explicar, tan evidente y que unos y otros aprovechan como Neymar para tenernos el verano ocupado. Y como Neymar, al final todo es simplemente un tema de dinero.
Poco más. Sé que los conciertos estuvieron todos estupendos porque presumo que son todos grandes artistas y todas grandes artistas si cabe más y que Queralt y Esmeralda son ya, ahora mismo, las dos grandes damas de la canción colomense y que lo peor que podrían hacer ahora mismo es... creo que una de ellas ya lo hizo. Y como siempre, fue reconvenida porque eres una artista, pero eres una artista colomense. Y los artistas, los cualquiera, los periodistas, los colomenses en general, no pueden quejarse ni en público ni en redes sociales, sobre cualesquiera de los asuntos que les pasan por el forro porque inmediatamente se encienden las alarmas y se recibe el mensaje de rigor o la reconvención en público de quien considera que no solo gobierna sino que tiene la posesión de la razón y la verdad.
El PSC en esta ciudad no solo gobierna, es que pretende llevar la razón en todo. Y te lo va a explicar.
No tengo muchas más cosas que decir. Conseguimos escaparnos, después del tradicional concierto que levanta a las masas de sus asientos en la caseta, al Sintonizza. Venían los Sex Museum y había que traicionar y flaquear en el esfuerzo durante unos minutos para intuir siquiera dos o tres canciones de esta histórica banda madrileña. De rock. Sin cuernos ni esas cosas tan así. Que yo hice sobre el escenario. Porque sí, amigos, me subí al escenario del Sintonizza. Pero eso viene luego. Primero los Sex Museum de los que vimos tres canciones y flipamos como siempre. Y luego un rato para departir mientras esperamos a que salgan Motosierras que están de celebración y hay que venir a apoyar a la banda y disfrutar, qué narices cuando de repente... qué se oye... qué canción es esa... si somos nosotros! eltoni, elpako & elchristian en el Sintonizza, finalmente. Ahí estaba, No creía en el amor como entrada de Motosierras.
¿Es tocar techo? Es tocar techo. Otra vez gracias a Javi y a Mario y al resto de la banda por el inmenso detalle.
Con la emoción y ya subidísimos en el papel de estrellas comienza el concierto y van cayendo las canciones y en la última, Nene de Barna, invitan a la gente al escenario y a lo tonto a lo tonto me veo arriba del escenario gritando E! y haciendo el baile del reloj y los cuernos como si fuera fan de la alcaldesa y esas cosas y yo que sé. Y me doy cuenta de que estoy junto al Angel Pla y el Toni Esteban y somos tres militantes de EUiA y, jejejeje, qué tres militantes de EUiA, en Santa Coloma además, aquí, ni representando el sentimiento de una asamblea, ni siendo mayoría, ni con su confianza, ni nada. Qué mundo este.
En nuestra caseta, aparte de el denodado esfuerzo, actuaciones a las que hay que estar también agradecidos: el Marcos, los Puteados, el Dani haciendo de Dj y el Lozano. Y esa peña bailando ahí que parecía que...
Ah, y el Villena, la mejor flor sin regar, que me ha descubierto la canción de Ladilla Rusa y ya uno no puede dejar de tenerla ahí y demostrando que son capaces de remontar lo más oscuro y convertirlo en brillante. Y así será por siempre.
Y en nuestra caseta esos chavales que disfrutan de la noche de esa manera que lo hace la chavalada y que consiste en lo que consiste y que iban cayendo como por ensalmo. Y esa caseta del Rugby siempre a tope. Y las visitas a las casetas de PCPC, de Ciutadans, de ERC, del Singuerlin, del JAK, a pedir cosas... hasta la del PSC. Gracias sobre todo a PCPC y Ciutadans que han sido donde más he ido a dar la chapa, creo. A ERC iba a pegar hebra, pedir pedía pero nunca tenían de lo que...
Las Fiestas de Santa Coloma.
Ese espacio de reencuentro de gente que se ha ido durante unos días, que vuelve, que se encuentra con los que se quedan, con los que no han salido, como el Benju que no ha ido a ningún sitio este año, pero ha venido a la caseta a comerse la paella y hasta vino ayer a ver los fuegos en mitad del diluvio. Y que si hombre compañero, o qué quieres compañera, pues van pasando los días.
¿Cómo estuvo lo del Arraigo?
No lo sabemos. Fuimos a una entrevista con el Canal150, con la alcaldesa o regidora, no lo sé, y el Marcos, más majo. Y dijimos las chorradas sin sentido habituales e hicimos ese marketing de estrellas que quieren parecer inteligentes y somos un poco todos como Damon Albarn de blur yendo de listos. Porque lo somos.
Lo de la Rosarillo ya sabemos que se suspendió y me perdí el tradicional fin de fiesta en la plaça de la Vila y tampoco pude yo ni nadie disfrutar del inmenso placer de beber moritz en la nueva casa de lamoritz de la plaza de la vila. La cerveza.
Y así seguimos. Se acaban las fiestas y la gente se sorprende de que la caseta del PSC pese a la inteligente estrategia de los cuadros de baile con familias, no tenga gente y que luego ganen las elecciones con 17 regidores.
Regresa a la realidad.
Las casetas el PSC las tiene puestas por toda la ciudad.
Y por lo demás, pues hasta el año que viene o hasta la Diada a ver si soy capaz de apreciar si es verdad o es mentira o es un efecto del instagram o algún filtro o algo.
A propósito, dos botellas de whiky y una caja de cervezas. Si las ven por ahí, devolverlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario