No sé si me había jugado algo, pero lo he perdido. Juré y perjuré que no habría elecciones porque finalmente nos iba a dar el ataque de responsabilidad consabido y después de una ejemplar actitud de firmeza y tal, al final el argumento de que 'unas elecciones nos traen a la derecha y antes de voto útil, votemos útilmente a Sánchez'. Por la cara.
Pero es que parece ser que ni eso. Que ni siquiera por la cara. La situación en este momento, si es que yo me estoy enterando de algo, va de que alguien ha decidido que tiene que haber elecciones para apuntalar del todo al Partido Socialista como 'el partido' que garantice que todo está como tiene que estar. El partido que acabe con la nueva política, sea la de derechas de Ciudadanos o sea la de izquierdas de Podemos. Por ambos lados. Estas nuevas elecciones, alguien les ha dicho, que para delante. Que eso va a pasar.
Pero resulta que hay quien dice que se están pasando de optimismo. Que esto de que la cosa está tan clara no es así. Que los votantes se desmovilizan y que solo van a seguir adelante los de derechas. Y que las derechas solo perdieron por 70.000 votos, que eso no es nada y que ya el rollo de que viene Vox no engaña a nadie.
Ay.
Nosotros ya hemos dicho lo que teníamos que decir y hasta el sector más así ha dicho que lo que haga falta, que hay que votar que sí y que es que viene la derecha y lo que haga el PSOE nos va a dar igual. Un PSOE que hace cosas rarísimas como difundir un documento programático 'para no depender de las fuerzas independentistas catalanas', mientras ERC en Madrid da lecciones de responsabilidad que ni Carrillo, oiga. Un PSOE al que Ciudadanos manda una propuesta así como cafre para facilitar su abstención como una cosa de responsabilidad de estado y el partido socialista ante las demandas de firmeza en Catalunya, cero absoluciones, bajar impuestos y la movida navarra fuera, dice que todo eso ya lo están haciendo. Tan anchos.
Quieren elecciones. Esta tarde se anunciará todo y vamos para bingo.
Y este es el nivel. Alguien les ha dicho que esto es lo que nos conviene. Otras elecciones que clarifiquen el panorama, que eliminen a toda esa mugre piojosa que ha osado a contestar el dominio de los grandes dinosaurios. Y nosotros a pasar a la comodidad de la resistencia. A seguir construyendo alternativa. A toda esa mandanga que nos convierte en folclore, en una anécdota, en el apoyo necesario para no hacer nada. Se acabó el futuro.
¿Entonces de qué ha servido todo esto? Pues ha servido para algo que quizás haga que les salga rana a quienes piensan en las elecciones como el fuego purificador. Igual lo que nos encontramos es que la sociedad se alarmó hace unos meses ante la posibilidad de que una extrema derecha rampante pudiese dar un susto de verdad. Parece que ese susto ha pasado y ya no queremos sustos.
Ayer, el conseller de Esquerra Republicana de Catalunya, el PSOE local, dijo que eso de la crisis que dicen que viene, aquí no nos va a afectar tanto porque aquí estamos bien. Catalunya bla bla bla. Y el Banco de España ha dicho que a ver, que el precio de la vivienda, que tampoco hay que preocuparse.
No hay que preocuparse.
Todo va bien.
No sé, pero nos va a venir una hostia y todavía no sabemos quién nos la va a dar, pero que la hostia viene, eso hay que tenerlo por seguro.
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