Cuando vi que quitaban el programa ese tan gracioso que hacía el Jair Domínguez a la una del mediodía en Rac 1, pensaba que todo iría a peor. Nada podría superar eso tan gracioso de llamar a provincias españolas y ponerse en contacto con garrulos o garrulas de allende el Ebro y hacerles quedar como lo que son. Pero la vida te depara sorpresas a veces donde menos te lo esperas.
Marc Giró es un periodista que a veces salía en tv3 y otras en el Versió Rac 1 haciendo unas intervenciones que uno no sabía bien bien cómo catalogar. Histriónico, podríamos decir. Cuando anunciaron que Marc Giró se quedaba con el programa pensé, qué bajón.
Y no.
Resulta que Marc Giró hace un programa de radio que durante una hora, se convierte en un foco de caos sin ton ni son, una cosa en la que se grita, se chilla, se interrumpe, se declara aburrimiento por cómo está todo, se ríe, se toma uno lo más serio a chufla y sobre todo, parece que nadie se ha preparado nada aunque naturalmente haya secciones, entrevistas, gente anunciando libros, actos, etc. Y todo importa bastante poco. Y Marc Giró no se esconde y dice sin filtro lo que le va pasando por la cabeza y si se tiene que comentar un tema como el cuestionamiento de la sexualidad de nosequé fenómeno pues se interviene de manera sencilla y llana y se explica y luego se suelta una cafrada y venga palante. Y si hay público que no se entera pues se dice. Y si hay fútbol por la tarde que le den por el culo al fútbol por la tarde y al deporte en general.
Así, sí que me gusta la radio. Que en general me gusta la radio, pero un programa así, que no quiera salvar el mundo desde las ondas, que no quiera tratar temas 'que nadie trata porque nosotros vamos a presentar la cara oscura de la sociedad', que no va de cagarse en España cada dos por tres, que no va de hablar de fútbol, que no va de promocionar las cosas y los libros y los discos de la casa y los artistas tan buenos y tan majos y tan implicados, ni hablar de esos restaurantes tan así donde comes tú y tus colegas, o recomendando escapadas para el fin de semana, o ese concierto y ese festival tan así, o todas esas cosas que uno ya tiene las oídos que le hacen dolor de verdad de escucharlas.
A la mierda todo.
Ese programa de radio con Marc Giró chillando y metiendo prisa a la gente que se está enrollando, y si había guión qué disimulado que está.
Sin guión es como me ha gustado a mí siempre. Sin guión. Sin preparar, sin mirarlo. Tanto rollo y tanta hostia ya.
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