miércoles, 11 de marzo de 2020

Anábasis

No lo cuenta Jenofonte porque no estaba allí, pero mientras él y sus guerreros volvían a Grecia, un par de mujeres comentaban la jugada desde una aldea cercana a Atenas.
'- Lo que no acabo de ver claro, Demetria, es el qué. Es decir, no entiendo si han ido hacia allí con la intención de pelear y combatir, no sé porqué no se quedan y combaten. Aunque deban morir. Es decir. Si han ido hasta allí para pelear y todo eso, si su único sentido es el de pelear y combatir y todas esas historias, porqué han de volver. Mejor establecerse allí y pelear, digo yo.
- Te entiendo y no, Hesia. Te digo que el instinto de supervivencia es lo que nos mueve. Y que finalmente, lo que queremos es estar tranquilos, en nuestras casas, con nuestra gente. Si lo que han ido a hacer allí ya no tiene sentido, porqué no volver a casa y estar con quien quieres estar.
- Te veo. No es lo que pienso. Creo que este tipo de gente que van a ese tipo de aventuras, no tienen el regreso como meta. Piensan en ir y quedarse y pelear y guerrear. Cuando vuelvan, si vuelven, no tardarán en volver a querer partir. O peor, nos atormentarán con sus narraciones de luchas, peleas, aventuras, heroísmo y valor. Yo creo que lo que ocurre aquí es que nos condenamos a sufrir las veleidades de personas con poca palabra y poco sentido de la responsabilidad. Si te has comprometido con la muerte, como les gusta decir, ahórranos el trago de volver a verte. Quédate allí y pelea hasta morir o hasta que no quede nadie por matar.
- Me parece una postura demasiado radical. El hombre puede rectificar. El ser humano, me refiero. Creo que puede rectificar y puede cambiar. Puede que haya hecho el juramento más sagrado y que, finalmente, si ve peligrar su vida, puede echar un paso atrás, recapacitar y volver.
- Pero es que ellos iban allí a sabiendas que su vida ya estaba perdida.
- Eso no lo sabes.
- Siempre lo dicen y alardean de eso. Los soldados parten queriendo morir.
- O no. O queriendo una paga, un botín, volver a casa a disfrutarlo, volver y contarlo. Sé que se pueden poner pesados y que estamos condenadas a oir repetir sus historias y sus gilipolleces. Sí, gilipolleces. Pero también creo que hay que ser compasivo con el ser humano y saber perdonar y comprender sus errores. Además, por el camino seguro que matan gente y tienen riesgo de morir.
- Perdonar, dices. Cuando vuelvan y vuelvan como vuelvan, te acordarás del perdón.
- Me acordaré.
- Pues eso.

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