Y, mientras tanto, el civilizado continente europeo va dando pasos hacia la barbarie. Mientras nos estamos debatiendo entre el reformismo y la revolución, mientras hacemos delirantes artículos saludando lo federalista o poco federalista que es tu nueva organización o tu antiguo elemento hectoplasmático, en Grecia, en nuestro propio marco mental y cultural, el infierno se ha desatado. Mientras nos ponemos estupendos pensando en cómo alcanzar nuevas cotas de sofisticación para enumerar nuestros conocimientos y despreciar lo que otros aportan o saben o desconocen o vete tú a saber qué, en Grecia, aquí mismo, se ha declarado la guerra, con la boca abierta y sin ambages, a los derechos humanos.
En tu cara.
En tu misma cara. Con total normalidad, las noticias que nos va contando Hibai nos llegan relatando cómo elementos de extrema derecha han comenzado la guerra por su cuenta. En tu misma cara, el gobierno Griego de derechas, que como el mundo entero sabe es exactamente igual que el de Syriza que eran unos mierdas que no hicieron nada, el gobierno de derechas comete tropelías sin cuento y lo más sangrante es que nadie está diciendo nada. Grande-Marlaska en la línea de lo que sea ya nos parece bien ha dicho que lo que eso, ya eso. Ministros socialistas. Nuestros ministros espero que digan algo o que lo hayan dicho y que alguien me pinte la cara para que se me vaya la vergüenza.
Mientras nos hemos estado regodeando con el hecho de que Syriza perdiera y que se demostrara que una opción de izquierdas era inviable si no era con muchas hoces y martillos y con muchas demostraciones y desfiles, ahora nos encontramos con que refugios, ongs, arden, se queman, todo a la mierda. Que nazis alemanes van a Grecia a repartir ostias a los inmigrantes y a la gente que está allí intentando ayudar. Que todo eso parece normal.
Que cada día aparezcan noticias de muertos, de ataques, los refugiados como moneda de cambio, los turcos presionando, los europeos pasando de todo, el gobierno griego practicando el matonismo, todo correcto. Todo es bien.
Y mientras mueren niños, mientras fascistas atacan y la policía pasa de todo o forma parte, nosotros aquí.
Pensando. Discutiendo, debatiendo, hablando, encerrados en nuestra burbujita porque aquí no nos pasa nada y vamos a ser siempre así de no sé cómo explicarlo porque somos tan así que ni siquiera tengo palabras para un sábado por la noche.
Si entornas los ojos un poco, los ves venir.
Pero no te molestes. Tenemos vidas infinitas.
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