viernes, 3 de abril de 2020

Confinamiento #17

¿Hay alguien aquí más a favor de la sostenibilidad, de la defensa del medio ambiente, de todo lo relacionado con que nuestro paso por el planeta sea lo menos dañino posible que yo? ¿Hay alguien aquí más a favor que yo de conceptos como 'eficiencia energética? Lo dudo. ¿Entiendo yo a esta placa o estufa o lo que quiera que sea que ha llegado a nuestra casa y domicilio particular para volverme a mí loco? No la entiendo. Eficiencia energética. Resulta que cuando a la buena señora estufa se le ocurre y considera, se apaga porque ella debe pensar que ya lleva rato encendida y que eso no es bueno para el planeta y a ti te coge un refrescor en las costillas, un fresculi en las patas, los pies helados, las manos como témpanos y te acercas a la placa y dices, me cago en su puta madre, que se ha apagado. Suerte que el crudo invierno termina y todo quedará en un borroso recuerdo de este confinamiento que tiene pinta de alargarse.
Alargar el confinamiento. Con unas cifras de unos 900 muertos al día, esperar a que esto termine en una semana parece una ilusión. Por mi parte, soy una persona conservadora, de gustos frugales y de carácter acomodaticio. Así que si me dicen que me quede aquí dos semanas más, pues me quedaré, y si me dicen que tengo que ir a recoger piedras por los campos de España, pues lo haré. Porque no hay nada que me satisfaga más que tener unas directrices claras y simples. En casa. Pues en casa.
Veo desmoronarse gente a mi alrededor. Veo cómo la inacción, la pretendida inacción, reconcome a algunos y algunas de las personas que quiero. Veo como inundan los grupos de wasap con cosas que hacen y que vuelven a hacer y que nos enseñan y que claman al cielo porque esto es un coñazo y siguen proponiéndose actividades, cocineos, conversaciones en grupos, esto cuándo va a acabar, yo ya no puedo estar así y al mismo tiempo generan tanta energía que Endesa les podría poner una dinamo en la espalda y podrían dar luz a media Badalona. Basta. Ya basta.
¿Qué es lo que hacíamos antes que fuera tan necesario? Trabajar. El sustento. Ahí sí que te veo. Ya me callo.
Vienen a querer decirnos que todo es un desastre, que todo se está llevando con improshow, con falta de conocimientos en la materia, que se hacen las cosas y se dejan en manos de gente que no tiene ni puta idea, que eso lo hago yo, que así no. Vienen a querer decirnos que los que nunca han estado ahí tienen la culpa de no saber y tienen además la obligación de remedar en cero coma lo que décadas de gestión han dejado echo un solar. Gestión eficiente por parte de profesionales que compatibilizan su saber en lo público y en lo privado. Y por el desto te la hinco. Y ahora pretenden que porque hay cinco ministros que no detectan en el radar, esto se ha convertido en sodoma y gomorra. Es un poco hartura.
Ya paso de hablar de la cancioncita local de que 'España tiene la culpa de todo'. Hoy, supongo, mientras escribo esto no me dará tiempo a ver nada de TV3. Pero es que es una detrás de otra. Insisto. Es un cansinismo que no deja de esconder que lo que viene es la reactivación del populismo de derechas puro y duro en todas partes. Y que o tenemos claro lo que tenemos que defender, o esto va a ser una matati mangi de tomo y lomo.
Seguimos en nuestras casas. Sigo escuchando indi noventero, sigo con la terapia de ruido. Seguimos viendo la serie The Good Fight que en su tercera temporada se convierte en un libelo contra Trump, pero muy a saco. Y con razón supongo. Y se dan pinceladas de lo que está pasando en ese país y da pavor. Y aquí todavía estamos como in albis. Pero la democracia de mierda se nos va a la mierda y lo que viene...
Digo mucho eso de que lo que viene... es que esto de escribir regularmente sobre lo mismo hace que uno se repita.
Continúo.
O no. Que ya es viernes. Estamos todos correctamente, todo va encauzándose poco a poco y este finde se presenta, al menos, sin la espada de damocles del despertador.
Todo va bien por el pueblo porque todo es bien. Fiesta.
Hoy toca pollo al horno con la misma receta del solomillo al horno y de las costillas al horno.
Y vino, que no falte.

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