Dicen que la ignorancia es atrevida. Muy atrevida, incluso. Así que sin más me lanzaré a opinar y que salga el sol por donde quiera. Pongámonos en situación. Ayer se celebró la segunda de las sesiones que han de dar forma al PAM, Pla de Acció Municipal, con las que el Equipo de Gobierno convoca a entidades, etc., para evaluar un ámbito de actuación concreto, en este caso el que tiene que ver con Cultura (a partir de ahora la nombraremos como cultura), Memoria histórica, etc. Una sesión que contó con la teniente de alcaldesa del ramo, Petry Jiménez, así como con la profusión de técnicos y vinculados acostumbrados, personas sobre todo relacionadas con el mundo de la cultura e, incluso, algún ciudadano colomense.
Bien, por entrar en materia, buena parte de la hora y media que duró la sesión se dedicó al propósito de 'democratizar la cultura' por parte del Ajuntament para lo que se tendría que contar con las entidades que se dedican al tema y que pusieron encima de la mesa algunas ideas. ¿Qué se entiende por democratizar la cultura? Según lo expuesto, hay una cultura que no llega a la población por diferentes motivos, uno de ellos y que ocupó también mucho espacio tiene que ver con la diversidad 'cultural' de Santa Coloma. Esta diversidad cultural impide que esa cultura que se ofrece no llegue a colectivos muy numerosos de población por un tema quizás de comunicación y también, como se apuntó desde las entidades, de falta de pedagogía. La teniente de alcaldesa lo expresó bajo los términos siguientes: los chinos no van al teatro.
Así, en el transcurso de diversas intervenciones la idea que a un servidor se le quedó en la cabeza es que hay una oferta cultural, incluso podríamos llamar una cultura que yo he llamado a bote pronto 'normativa' y que me parece cada vez más un término completamente erróneo y que podríamos llamar una cultura 'normal', que consiste en la producción cultural que conocemos las personas occidentales con unos ciertos conocimientos y que consideramos que es la Cultura, lo que hay que conocer y lo que te tiene que gustar, que debería ser conocida y disfrutada por una masa que desconoce esa Cultura y que si la conociera, a buen segura caería rendida de bruces contra la evidencia. Una obra de Chejov, un musical de Broadway, una sonata (si las tiene que no lo he mirado) de Brahms, un recital poético, el teatro de Joan de Sagarra, un festival de punk rock, o la procesión de la Borriquita, por no citar el RockFest, padre y madre de todos los eventos culturales que se precien y sin el que ni usted ni yo prácticamente conoceríamos a esta ciudad, serían, como digo, productos que sí o sí, si se explicasen bien o 'si se promocionaran incluyendo el idioma tal o cual en la promoción', serían paulatinamente aceptados por ese público que no sabe.
No quisiera pasar por alto los argumentos que se dieron en pos de la 'integración' de esos colectivos de nouvinguts en la 'cultura' local. Bailar sardanas como elemento clave de la integración y del disfrute cultural. Si me hablasen de muñeiras, de la espata dantza o de los verdiales vendría a provocarme exactamente la misma aversión como elemento identificativo de lo que es 'la cultura local'. La cultura.
Nuestra cultura. Lo que consideramos cultura y lo que debemos esforzarnos en hacer entender que es cultura. La ciudad que nos gustaría ser y la ciudad que somos. Democratizar y hacer pedagogía.
Entiendo que hacer pedagogía, más en una ciudad como la nuestra, debería comprender que la cultura es una y trina. Que la cultura no es. Que la cultura es todo y que las expresiones culturales y las referencias culturales, los espacios donde se expresan, las fórmulas para expresarlas y la capacidad para entenderlas, procesarlas, disfrutarlas y elegir si se hacen propias o no, es algo que cada uno, como individuo debería entender con libertad y que debería entenderse que se valora como tal.
Esta última frase es un bodrio.
Digo, o quiero decir, que el papel de una administración que quisiera 'democratizar o hacer pedagogía cultural', debería hacer entender que las expresiones culturales, las catalogadas como cultura así como formas de expresión cultural que se nos escapan, que nos parecen extrañas, vulgares, vanguardistas, chapuceras, excéntricas, llanas, improvisadas, minoritarias, masivas, mal hechas, de fuera, de aquí, de un poco más cerca, me da igual, son todas dignas de ser puestas en valor.
Y creo que eso es hacer pedagogía. Empoderar, y perdón por la palabra, a la gente, a los y las colomenses, para que se expresen según convenga y si lo que se ofrece como oferta cultural no llega a según qué colectivos será porque no les interesa, no porque necesiten ser introducidos en el arcano mundo de la cultura. Y mucho menos 'integrarse' a partir de un cierto tipo de expresiones de la cultura que son unas y que por muy tradicionales que sean merecen el respeto que ya cantaba La Polla Records 'La tradición es una maldición'.
No sé si me he explicado bien.
Teatro, literatura, música, pintura, cine, danza, son y las utilizamos aquí de una manera y según cómo, nos han dicho que así está bien y de otra manera no.
Creo que democratizar la cultura y hacer pedagogía en una ciudad como la nuestra, rica en experiencias vitales, en visiones del mundo, en maneras de entenderlo, no es tanto acercar la Cultura como hacer aflorar esas maneras diversas de verlo.
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