Solo para ti. Directo al corazón. ¿Cuál es el problema aquí? Por resumirlo claro y catalán. El problema es el mensaje. Es un problema de contenido. Es un problema de todo un poco que, sumado a unas cosas y otras, dan esto más o menos. En Galicia teníamos 14 y ahora 0. En Euskadi teníamos 10, incluso habíamos llegado a ganar unas generales y ahora 6. Cuál es el problema.
El sistema no lo vamos a cambiar. Punto uno. El sistema, eso que pretendemos cambiar a cada momento, el sistema así no lo vamos a cambiar. Y no hay otra forma, así que el sistema, tal y como nosotros pensamos que se cambia el sistema, no lo vamos a cambiar. Y empiezan las dudas. Si no vamos a cambiar el sistema, entonces qué. Entonces cambiemos otra cosa. Cambiemos un país por otro. Consideremos que el país debe ser otro y en ese cambio rompemos algo. Con ese cambio, con ese sueño de 'otro estado', lo tenemos más a mano todo. Más fácil. Es más sencillo creer que puedes cambiar de país que de sistema. Mi país, mi nación, mi espacio, sería diferente si fuera diferente, pero el sistema no lo voy a poder cambiar.
Qué estamos cambiando nosotros. Qué pedíamos antes. Antes pedíamos muchas cosas, muchas, algunas realmente increíbles. Y a la gente le gustaba eso. Le gustaba que pidiéramos, que dijéramos cosas, estrambóticas, irrealizables, el sueño, el cielo, todo. Ahora no sé. Lo que éramos y lo que somos. Creemos que somos lo mismo y no somos lo mismo. Y se nos va la vida por la parte que pide alguna cosa, pero muy llamativa y nosotros no sabemos si tirar para delante con ellos o volvernos para atrás.
Habrá quien quiera volver a más atrás aún. A ser como éramos. Antes, mucho antes. Con eso ya nos bastaría y estaríamos bien. Dejarnos de cuentos.
Habrá quien quiera volver a ser como antes, cuando ganábamos alguna vez. Eso va a ser difícil. Porque lo que se fue no vuelve.
Qué tenemos. Tenemos que no sabemos qué tenemos. Qué tenemos. Tenemos que es más atractivo pedir lo mismo que nosotros con un aroma de proximidad. Que es más moderno, más digerible, más cool, más joven, más rompedor, decir lo mismo que nosotros sin aplicarlo prometiendo cercanía y apego a lo local. Y nosotros nos hemos liado. No sabemos si tenemos que ir hacia delante, criticar los nacionalismos, los soberanismos, los independentismos, a lo bruto, o bien tenemos que alegrarnos por que otros digan lo mismo que nosotros y nos quiten los votos y sonriamos pensando que ganan ellos pero también ganan nosotros.
Contento, contento no estoy. No soy de EH Bildu ni de BNG, aunque ahora todo el mundo sea de Eh Bildu y del BNG. Yo soy de los míos y me alegran los míos.
Y ya sabemos que luego tendremos lo de aquí.
Si lo tenemos.
¿Lo tendremos? ¿De verdad van a haber elecciones con lo de Lleida, con lo de Hospitalet, y con lo que venga? ¿De verdad se va a arriesgar JXC a unas elecciones en las que ERC puede 'recoger' ese impulso de nacionalismo de izquierdas que no va a romper nada pero que ilusiona más que otra cosa?
No lo sabemos.
¿Qué tenemos que hacer nosotros?
A ti te lo voy a contar.
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