Ustedes están buscando que yo les hable de dinero, de lo que se va a gastar el Equipo de Gobierno en esto y en lo otro y están flipando. Así de claro te lo digo, tete. Estás flipando que yo ahora me ponga a decirte lo que se va a gastar el Equipo de Gobierno en esto y lo otro y lo que es más flipante todavía es que esperes que te diga qué es lo que hacen mal o qué hacen bien y ya estás de medicarte si piensas que te voy a decir lo que opina tal grupo municipal o el otro de lo que hace el Equipo de Gobierno y estás como unas maraquitas si tienes la más leve intención de que yo me ponga a explicar aquí lo que piensa cada grupo de lo que piensa cada grupo. Porque esto es lo que se debería hacer y yo no lo voy a hacer porque yo solo lo hago por dinero, lo entiendes o no lo entiendes. Exactamente, es feo hablar de dinero y de los sueldos de la gente y de lo que ganan y de lo que dejan de ganar, que no te enteras de nada que eres un julay que no sabe ni por dónde le llega el riego y me vienes aquí a decir que si el pleno de los presupuestos, que si la partida tal o la partida cual y que te pires, sí, tú, qué, qué te pasa, te pasa algo, no te pasa algo ni te pasa nada porque no te pasa nada, qué pasa. No pasa nada. Nos vamos a calmar, que no hemos empezado y ya nos estamos poniendo nerviosos. Que no hay que ponerse nerviosos. Que todo está bien. Si somos amigos. Mira, ves cómo somos amigos. Si somos amigos. Si nos conocemos, si hemos venido juntos, si no pasa nada. Si ahora lo recogemos todo. Si es mi colega. Que no. Que no pasa nada. Vete tranquilo.
A lo mejor, por casualidad, ustedes piensan que yo voy a hacer ahora aquí un ejercicio de pormenorización de cuentas, de lo que se gasta el Equipo de Gobierno. Y de verdad que es que están flipando. Porque paso. Porque paso mil de hacer un análisis para que luego, digo, luego, inmediatamente, me venga otro a decir lo que he dicho yo mismo con otras palabras y otras maneras y luego, ya en el colmo de los colmos, me venga un tercero o tercera a decir que efectivamente y veo las tuyas y subo dos. Y es que no merece la pena. Perdemos tiempo y dinero. Y es feísimo hablar de dinero. Yo nunca hablo de dinero. No sabría decir... no lo sabría decir. Y así pasa la vida. Y ya hace tiempo que vengo dándole vueltas a la cabeza a un asunto que no se me va de la cabeza y repito cabeza dos veces en la misma frase y qué pasa, qué pasa que no puedo repetir lo que me de a mí la gana en mi puto texto o qué pasa. Es que de verdad, estamos llegando a un punto de intransigencia con las cosas que me cago ya en la ostia puta. No, en serio. Que no quiero llegar a ningún punto ni a ningún sitio pero es que oye, llega un momento en el que uno ha de decir que qué pasa. Soy una persona. Sí. Soy una persona. Qué pasa. Y digo cosas y me equivoco y acierto muy pocas veces, pero qué pasa ya con esto y con lo otro y con que tal y con que cual. Y no me quiero poner ahora a enumerar las veces que pensando en números, en partidas presupuestarias y todas esas cosas he pensado en ti. He pensado en ti y en esa mañana del mes de abril en la que con el fresquito de la mañana nos fuimos con nuestros caballos a dar una vuelta por el rancho de papá y nos paramos en aquel riachuelo y nos dimos cuenta de que habíamos llegado a Santa Coloma de Gramenet y cogimos el metro en Baró de Víver con los caballos dentro y todo. Cómo me voy a olvidar.
La conclusión de todo esto, un pleno de dos horas de duración que ha condensado todo lo bueno y mejor de la situación política colomense es que el Armengol ha cerrado, nadie tiene la culpa, otros establecimientos lo han pasado mal, el Pujadas no es el Armengol, no queremos ir de guays pero a lo mejor lo del presupuesto es mejorable pero que si nos vamos a enfadar por decirlo pues no lo decimos y así estamos todos tranquilos pero la próxima vez no nos llaméis para hacer el canelo aquí pudiéndolo hacer en la intimidad de nuestros hogares.
Que todo bien, que el dinero se lo van a gastar en cosas que merecen la pena, y que no quiero más broncas.
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