Este libro, como digo, comienza con la proclamación de la República, de la Segunda República y de cómo encaran los partidos políticos y los sindicatos, en este caso la CNT, este hecho. Hoy día, leyendo este libro, me hace gracia cómo nos tomamos el hecho republicano, la simpatía y unanimidad que genera aunque sea de boquilla y cómo se lo tomaron los actores políticos de la izquierda en aquel momento. Republicanos y socialistas lo acogen como que ha llegado el momento, pero los socialistas están divididos, los hay moderados y los hay como Largo Caballero que no es que sea Lenin, es que su base de apoyo era la sindical y su fuerza para conseguir el poder en el partido se materializaba forzando la máquina hacia un sentido distinto al de Prieto o Besteiro.
¿Cómo se tomaron la proclamación la República el PCE o la CNT? El PCE la saludó ya no con frialdad sino con desdén. Su dirigencia en aquel momento era tan echá palante que esto de la República era una cosa que se quedaba lejos y que todo lo que no fuera copiar el esquema de la Revolución, pues que no. La CNT no era la CNT. Había varias sensibilidades, que diríamos hoy, dentro de la CNT, de hecho tendrán una escisión importante, los Treintistas O la FAI como organización casi política en un sindicato anarquista. Esta parte me ha parecido siempre interesantísima y, sí, tengo simpatías por los treintistas, por figuras como las de Joan Peiró y la de Ángel Pestaña, del que ya aviso y me autoimpongo leer más. Esa escisión de la CNT, el Treintismo, atacará a sus antiguos camaradas por su estrategia insurreccional. Esto qué es. Pues que para la CNT la república no es nada, es un estado burgués que no tiene nada que ver con su proyecto y se dedica a promover 'gimnasia revolucionaria', a poner en evidencia que ese nuevo gobierno republicano socialista en realidad no es nada, porque las viejas caras de la monarquía siguen ahí. Esto nos suena, ¿verdad?
El POUM. ¿Qué era el POUM? Un partido fruto de la confluencia de dos partidos. El Bloc Obrer i camperol y Izquierda Comunista. No era un partido trostkista. De hecho, el propio Trostki abroncará repetidamente la estrategia del POUM y mantendrá agrias polémicas con Andreu Nin, uno de los dos líderes del partido. El BOC era un partido comunista y nacionalista, Izquierda Comunista quizás sí que tenía algo más de influencia de Trotsky, pero tampoco. De hecho Trotsky no recomendó la formación de un partido, sino que entraran en el PSOE para llevarlo a la izquierda. Qué era lo que preconizaba el POUM. La revolución. Si en Rusia había funcionado así y así, en España funcionaría igual. Si en Catalunya la base obrera estaba en manos de la CNT, había que convencer a la CNT de que debía tomar el poder, digamos, entregándoles la base y ellos, el POUM llevarían a esa clase obrera al poder e instaurarían la dictadura del proletariado. Ya. Ahora mismo. Y la CNT jamás hizo caso a esto. La CNT iba por su lado, sobre todo a partir de la rectificación de la estrategia después de la Revolución de Octubre del 34, aunque tampoco tenían muy claro qué hacer y quienes lo tenían claro hoy sorprenderían a quien tiene todo el día a la CNT en la boca. De hecho, buena parte de los cuadros del BOC ya provenían de la CNT y habían sido expulsados de allí. Porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra. Y eso hoy día no lo tenemos muy claro. Y solo nos ha llegado que POUM y CNT juntos y PSUC por su cuenta y ERC mirando sin comprender.
La CNT, la CNT como espacio de vida. Un sindicato que era una forma de vivir, un espacio para relacionarse, para crear cultura, para educarse, para prosperar, para trabajar. A qué nos suena esto. Un espacio que funciona al margen del Estado, que tiene sus propios códigos, que no quiere mezclas, que no quiere intromisiones, que se ha convertido en un hecho insólito en el movimiento obrero europeo. Todo esto es como si lo estuviéramos discutiendo hoy día con las izquierdas alternativas, nosotros, y qué hacer.
No sé. La República. Cómo la derecha deja de confiar en la República y se va fascistizando y cómo los partidos de la izquierda se van dando cuenta de ello y van reaccionando. Y se forma el Frente Popular y el Partido Comunista cambia y se pragmatiza y preconiza este frente y hasta la CNT tendrá que asumir que mejor no ponerse de culo. Incluso el POUM entrará en el Frente Popular. Y Trotski no quería. Y se ganan unas elecciones y se da el golpe de Estado fascista y en Barcelona ese golpe lo para... quién lo para. Lo para la clase obrera en la calle. En realidad lo paran las fuerzas de seguridad. El mito, lo que se cuenta, lo que pasa. Y sobre ello se construye. Y la CNT entra en el gobierno y apela a un gobierno sindical, fuera partidos, solo sindicatos, pero los sindicatos están conectados a los partidos pero a la CNT ya le va bien, pero los partidos ya hemos dicho que van a discutir su espacio.
Y el PSUC, partido formado también por confluencia de 4 partidos. Desde los moderados socialistas hasta los comunistas ortodoxos. Y va cuajando y va penetrando tanto en la clase obrera como en las clases medias. Y va ganando prestigio. Y va adquiriendo presencia y poder. Y va a imponer una cierta idea del antifascismo. Y se va a contagiar de las historias del estalinismo y sus prejuicios y sus estrategias. Y era un partido revolucionario, pero no de la revolución que queda bien en las películas. Y el POUM competía con él por el mismo espacio. Y muchos de sus militantes compartían militancias previas con los del POUM. Y todos se conocían.
Conocerse, tener vínculos, amistad, también enemistad.
Y el POUM se queda solo. Y la CNT pasa de ellos y les echan del Govern de la Generalitat. Y la cosa se va calentando. Porque ERC y PSUC van avanzando sus cositas. Y la CNT le ve las orejas al lobo. Y al final un día... la Telefónica y los tiros y todos saben que están en la calle peleando contra hermanos, pero quién para y quién asume las responsabilidades.
Pese a lo que estoy contando aquí y lo que puede parecer un relato tendencioso, en realidad no lo es, y el libro se esfuerza en entender, en mostrar, las posiciones de los partidos, de sus portavoces, de sus órganos de prensas, con minuciosidad, a veces queriendo dejar clara una idea se insiste tanto en ella que se entorpece un poco la fluidez del relato. Pero queda claro.
Y al final, el desastre. El enfrentamiento armado, las muertes, el asesinato indigno de Andreu Nin. El fascismo avanzando. La contrarrevolución real, triunfando poco a poco, lentamente, sin descanso. Mientras en la retaguardia se discuten espacios de poder, con la voluntad de vencer al fascismo, pero sin materializar el antifascismo como una unidad real. Un desastre que todavía arrastramos, unos debates que todavía nos acechan. El otro día, en una reunión de la Comissió Antifeixista local, alguien propuso hacer una charla sobre los hechos de mayo del 37 y lo hacía como si fuera a hacer un ajuste de cuentas. Todavía.
Y me dejo muchas cosas, pero las dejo para quien quiera leer el libro.
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