Un fantasma recorre Catalunya. El fantasma del Tripartit. El tripartito, queridos amigos y amigas, por si no lo recordáis, fue la fórmula de gobierno que llevó a Pasqual Maragall a la presidencia de la Generalitat a través de un acuerdo entre PSC, ERC y entonces la coalición ICV-EUiA. Aquel pacto de gobierno, aquella coalición gubernamental, terminó con veintitantos años de gobierno de la derecha que representaba Jordi Pujol y el conservadurismo catalanista de Convergència i Unió. ¿Terminó? No. Porque ese mundo convergente trabajó y trabajó por cepillarse ese gobierno, ese tipo de gobierno y se aseguró que, por los restos, esa idea de Tripartito, no volviera a ocurrir. ¿Fue Convergencia la única que trabajó para que eso no volviera a pasar? No. El propio PSOE dinamitó lo que pudo y más desde fuera la presidencia de un Pasqual Maragall que era demasiado heterodoxo y que quitaba votos (¿?) fuera de Catalunya. Toda la movida del Estatut que se comprometieron a apoyar y luego 'cepillar' desde Madrid sirvió para ir puliendo a un PSC que desde entonces no levanta cabeza aunque nos vendan efectos varios. ¿ERC qué hizo? ERC hizo primero un trabajo de separación de la esfera convergente que la había relegado al papel de comparsa durante algunas décadas para adquirir un perfil propio tras años de escisiones, fracasos, etc. ERC adquirió perfil propio, voló sola, pero le costó la consiguiente escisión de quienes consideraron que el lugar de ERC estaba con los nacionalistas catalanistas, fueran conservadores o no, y no con las fuerzas de más o menos de izquierdas, por españolas. ¿Y nuestro espacio? De aquel tiempo guardamos un grato recuerdo, pero no del todo. La jugada de dejarnos la Conselleria de Interior en manos de Joan Saura, nos situó en ese plano tan querido para la izquierda alternativa que es el de recordarnos por siempre 'lo de Bolonia' y las manifestaciones y la represión y los mossos d'esquadra que tiempo después serían sempre nostres. ¿Qué recuerdo se guarda en nuestro espacio, ya hablando en serio, sobre el tema? Positivo. Políticas de vivienda, sobre todo, y romper con la carcundia pujolista. Tan positivo que somos los únicos que reivindicamos el tema como la única manera de romper el desgobierno, la falta de respeto a la tarea de gobernar, de hacer cosas, de promulgar medidas que sean efectivas, de dejar de vender humo. El Tripartito. Ese fantasma. Fantasma que nadie parece querer revivir. ¿Nadie? No.
Hoy aparece una encuesta, o fue ayer, en el diari Ara. En estas elecciones aparecen encuestas. Una de ellas pregunta por qué fórmula de gobierno es la preferida por los catalanes. Con casi un 22% de los votos... tachán. Tripartit. ERC, PSC y En Comú Podem. Toma tomate. Por delante de la fórmula nostrada de ERC, JxC y CUP. Sorpresa, rechinar de dientes, miedo... ¿No?
Durante toda la campaña hemos apostado desde los Comunes por un gobierno de izquierdas. Con todas las imperfecciones y todas las diferencias. Con todo lo que significa el PSC a día de hoy y lo que es ERC a día de hoy. Pero un gobierno de izquierdas transversal, transversal quiere decir dejar a un lado el tema nacional y apostar por lo que pueda unir en políticas progresistas en un momento de crisis, sería la solución... creo que ya lo he dicho antes. Sería una solución para romper el cisma que se vive entre quienes ven la sombra de una España pérfida y fascista en cada paso que das y quienes no pueden contaminarse con la convivencia con una Catalunya que ya no está ligada con la España del 78. Algo hay que hacer. Y qué mejor manera de desencallar que esto.
Nosotros lo apostamos ahí. A un gobierno de izquierdas. Con todas las imperfecciones. Y los demás que se mojen. Si el PSC no quiere contaminarse con un gobierno con independentistas, ya sabe lo que le pasó a Ciudadanos. Si ERC no quiere nada con el PSC ya sabe lo que le viene, el infierno de JxC otra vez.
¿Quién puede asegurar con un resultado fuerte, potente, que dejemos atrás el tiempo de vender humo o de vender los años 80 como la panacea? Nosotros. ¿Va a ser fácil? No. Pero que es la única solución posible para un Govern de la Generalitat, eso lo saben en Tavèrnoles, en Sant Adrià y en la Sènia.
¿Y lo vamos a conseguir? Sí.
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