Este libro está confeccionado a través de artículos que el escritor Joseph Roth fue escribiendo en diversos diarios en el conocido como periodo de entreguerras. Joseph Roth fue un escritor austriaco, nacido en la Galitzia mítica a caballo entre Polonia, Ucrania, Rusia, Austria, Hungría, Bohemia, Eslovaquia... que vivió añorando, un poco como el propio Stefan Zweig, un tiempo en el que los pueblos eran capaces de convivir bajo un mismo signo aunque fuera de una manera un poco artificial como ocurría con el imperio Austrohúngaro. En estos artículos, Joseph Roth va haciendo pequeños retratos, no muy extensos, dos o tres páginas por artículo, de la situación que se iba encontrando en diversos puntos de Europa. Desde Alemania, Albania, la propia Galitzia, Rusia, todos ellos con querencia a explicar lo que es el viaje, lo que es estar en otro país y con un apartado especial para los personajes que viven y trabajan en un hotel.
El libro tiene, al ser una recopilación, una selección de artículos, algunos más interesantes que otros y de lo que dan ganas a veces es de buscar la información que se apunta en estos textos en otros lugares, en otros libros, ya que en los artículos solo asoma. Sí que, como bien dice la información de la contratapa del libro, lo que vamos viendo a lo largo de los años es cómo el nazismo va tomando forma, cómo el escritor asocia la aparición de los nacionalismos que él no sabe que van a venir pero que ya sufrirá en sus propias carnes. Él mismo morirá en el exilio en Francia, en París, ya que era judío y aunque hoy los nazis nos parezcan caballerosos soldados patriotas que luchaban porque amaban a su país, en realidad eran unos mamones de tomo y lomo y a los judíos como que no los trataban bien, de tal manera que los intentaron exterminar. Como los fascistas o los nacionalsindicalistas o como queramos llamarles. Siempre lo han sido y, aunque no esté de moda decirlo, siempre lo serán.
Aparece en este libro un artículo especialmente bestia como es La filial del infierno en la tierra, que Roth escribió en 1934 y en el que habla de la Alemania nazi que daba sus primeros pasos y que ya mostraba claramente de qué iba la cosa. Matar, eliminar con impunidad, se acabó el juego. Roth murió en 1939, en París, alcoholizado y hecho polvo.
Un libro que es irregular, como digo, pero que me permito calificar de irregular desde la ignorancia del que jamás logrará escribir ni ver nada como lo hizo él.
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