El primer día que salió a la calle, después de todo aquello, Sharif no supo que hacer. Deambuló por las calles de la ciudad y todo le pareció diferente. Demasiado diferente. No se encontraba a gusto. Quiso volver a meterse dentro. Se fue a la tienda de Mahmud y preguntó por su amigo. El dueño de la tienda no estaba y había contratado a un dependiente que no conocía a Mahmud. Sharif se lo describió. El nuevo dependiente le dijo que ese chico se había ido, hacía algunos meses. Que había decidido irse a Alemania. Sharif se sorprendió de la decisión de Mahmud. Salió de la tienda y se fue a casa de su hermano. A su hermano hacía tanto que no le veía que se imaginó que ahora tendría una familia numerosa y que ahora tendría más sobrinos de los que cuidar. Cuando llegó a casa de Farid, su hermano, se encontró con un solar. Preguntó a una mujer que estaba vendiendo utensilios de limpieza en un pequeño puesto. La casa de su hermano había sido derribada hacía unos cuantos meses. Algo le había pasado a Farid, se quedó sin su empleo en el Ejército y probó con un negocio de ropa militar que le llegaba de contrabando. Le pilló la policía y le habían dado una paliza brutal. Su mujer se fue con los hijos a casa de sus padres y Farid se había dado a la fuga.
Sharif quiso preguntar algo más a la mujer y esta le dijo que no preguntase más, no quería meterse en problemas. Un hijo de Farid, al parecer, estaba trabajando en un horno. Sharif fue a ese horno. Él estuvo trabajando en ese horno. Hace bastantes años. Allí conoció a Babu y juntos empezaron a hablar, a pensar en cosas que habían escuchado o que alguien les había dicho. Babu quería ir a la Universidad. Es una historia que ya conocéis. Babu se puso a trabajar y conoció a Sharif y pensaron y les metieron en la cárcel.
Cuando entró en el horno, su sobrino estaba leyendo un libro. No le dijo nada. Sharif se acordó de su padre. Y de su madre. No sabía a dónde ir. Como este texto.
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