El otro día, paseando por Barcelona, pasamos por delante de un bar. Dije, mira, un bar que parece. Y parecía porque tenía como al fondo una bandera con la cara de Bob Marley. Y lo dije. Claro, tienen una bandera de Bob Marley y todo. Es tanto el manoseo, la sobre utilización, la sobreexposición, la turra de las camisetas de Bob Marley y de la figura de Bob Marley como héroe fumeta y de ese reggae que es el que le tiene que gustar a todo el mundo porque es que además Bob Marley era, que he llegado, en ocasiones, a aborrecer a Bob Marley. El Legend de Bob Marley, la cancioncita que se canta en cualquier evento, chiringuito, situación donde quieres parecer íntimo y sentido a la vez, Redemption Song, todo eso. Hasta aquí.
No soy ningún experto en música jamaicana. Me sé medio medio la evolución desde el primigenio ska hasta sepa dios lo que hay más allá de los 90 y desconozco qué habrá ahora mismo en las orejas y en las cabezas de los jamaicanos que escuchan y hacen música. Sé que ayer se murió Lee Perry y que éste, con su música, sí que me ha hecho pasar muy buenos ratos. Canciones de Lee Perry, producidas por él o de alguna manera interpretadas por él o sus múltiples encarnaciones, se me han metido en la cabeza y me acompañan cuando uno ya no tiene nada con que rellenar esos momentos vitales en los que no está planeando la conquista del Universo.
Hay un cd de Lee Perry que trajo mi hermano, creo. Mi hermano siempre ha sido muy de la música jamaicana y descubre cosas. Este cd de Lee Perry era un disco llamado Dry Acid: Lee Perry Productions 1968-1969. Este cd únicamente contiene tantas canciones que te dejan idiota para siempre y enganchado a un tipo concreto de música jamaicana que ya quisieran muchos que hacen música condensar su producción en un año con semejante colección de pepinazos. Simplemente ese disco de ese año, que quizás no es ni mucho menos representativo de su carrera y producción posterior. Una producción en la que se meten desde el propio Bob Marley a los mismísimos The Clash, llegando a momentos de producciones en los 90 y dosmiles que se me escapan como ya he dicho.
Quizás el momento cumbre de la música de Lee Perry y para mí de la música jamaicana y del estilo que me gusta (abro paréntesis, este verano he avanzado un pelín y me he acercado al dancehall que yo pensaba que jamás, gracias a un programa de radio 3), esto es el Reggae cabezón y el dub, que es el Arkology. Cuántos años yendo a comprar discos al Carrer Tallers buscando el Arkology, tener el Arkology en la mano y no comprarlo nunca. Hasta que lo tuvo mi hermano. Una caja de 3 cds que condensa lo que hizo Lee Perry en sus estudios Black Ark antes de que estos ardieran bien por su propia mano o vete a saber. Son tres cds con las versiones originales y las versiones dub de canciones que te atrapan y te desconciertan. Que se te pierden, que te contagian y que, si eres capaz de meterte y entender que una vez ahí, no hay necesidad de volver, las llevas para siempre. Solo escuchar el inicio, el primer minuto de Jah Children, de Junior Murvin, ya entiendes que esa es la música que te mola. La música jamaicana que te mola. Ni Bob Marley, ni las rastas, ni los rastas, ni Haile Selassie, ni ninguno de los clichés habituales te van a hacer falta ya para que ese bajo que te apisona, se te vaya a olvidar nunca jamás. Y no se me ha olvidado.
Yo he visto a Lee Perry en un Primavera Sound o un Cruilla, no me acuerdo. Hace unos años. Él, vestido de cosas, ya se dedicaba únicamente a ir cantando lo que iba sonando a lomos de una banda perfecta. De Lee 'Scracth' Perry podemos leer todas sus anécdotas absolutamente chaladas. Esas fotos donde siempre se le ve con cara de no estar en su sitio. Y sin embargo, de ahí, de esa cabeza descerebrada, salía una música con una precisión matemática. Y una música con mala leche.
Hay una canción. Lee Perry el descerebrado, cantando. I'm the Upsetter. Una canción que descubrí después del Dry Acid, mucho después del Arkology. Es una canción que sale acreditada con su grupo, The Upsetters y se llama I'm The Upsetter. Los molestos cantando Yo soy el molesto. Una canción de principios de los setenta, creo, en la que Lee Perry nos advierte que, o advierte a un tercero, que se ha acabado la broma y que ya no va a aguantar más cachondeo, que no le van a tomar más el pelo. Que ahora le toca a él.
El molesto, el vengador. Ahora viene a por nosotros. Iré con el cliché, Rest in Power, y que siga zumbando ese musicón por la memoria de Lee 'Scratch Perry. The Upsetter.
Fe de erratas. I'm The Upsetter no es de principios de los setenta, según he escuchado en El Sótano de Radio 3, es del año 68.
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