lunes, 7 de febrero de 2022
Cante
Y baile. Pero poco. Eso me dijo. Que él había sido figura del cante y que de vez en cuando era de esos que le da el arranque y se coge así la chaqueta y da cuatro patadas y ya. A la gente eso le gusta. Que le armes un sarao así como improvisado, que no se espere que tú, que eres de cante seas también de baile. Me contaba todas esas cosas mientras yo esperaba a que llegaras y cuando llegaste me dio cosa decirle que se podía quedar con nosotros. Sé que a ti no te importa que nos relacionemos con desconocidos, pero aquella vez me dio reparo. Porque pertenecía a otro mundo, con su sombrero ladeado, su pequeño, finísimo, minúsculo, vasito que sorbía de a poquitos y que contenía lo que yo creía que era manzanilla, aunque en aquel bar yo jamás vi a nadie pedir manzanilla. Eran las dos de la madrugada y sonaba uno de esos grupos oscuritos que nos gustan y sobre los que siempre le acabamos preguntando al camarero. Aquella noche, se me acercó mientras me tomaba una birra porque había quedado contigo allí un poco a la correprisa porque ambos estábamos con otra gente y nos escapábamos. Estábamos empezando entonces y hacíamos esas cosas. Y él se me acercó y me dijo que las noches son el territorio de la magia y del embrujo. Le dije que sí, porque estaba yo en una nube y esas cosas me afectaban. Y entonces se puso a cantar. Me gusta el flamenco y no lo ví venir porque pensé que con aquel aspecto, el sombrero ladeado, repeinado, creí que era más personaje que venía de la Rambla o de algún barecito descarriado que otra cosa pero no, que se puso a cantar. Y no reconocí el cante porque me gusta, claro, el flamenco, pero como al que le gusta qué te diría yo, sin distinguir. Y el camarero dijo 'bien, Pepe, bien'. Y hizo así como el ademán de la chaqueta de recogérsela y dos pataditas así al aire y me dijo eso. Que él era de cante y de baile pero poco. Y justo llegaste tú. Y el hombre creo que se asustó al verte y aunque pareció que podría ser interesante impresionarte con un diálogo con aquel hombre sobre flamenco y la noche y su embrujo, no pudo ser. No lo volvimos a ver. Tu ya no te acordarás.
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