jueves, 12 de mayo de 2022
Veo el futuro
Y en ese futuro no estás tú. Claro, cuando me dijo eso me puse algo nervioso. Estábamos tomando algo, dando un paseo de aquellos que solemos dar y que nos llevan a ninguna parte, excepto al final que acabamos siempre en el mismo bar. Allí paramos y no nos queremos dar cuenta de que realmente el paseo que damos sí que nos lleva a un lugar. Esto se lo dije mientras pedíamos una segunda cerveza. Y entonces fue cuando me lo dijo. Veo el futuro y en ese futuro no estás tú. Me puse nervioso. Estábamos tomando algo, tranquilamente, hablando de las cosas que han pasado y de las que pueden pasar y en ningún momento estaba yo pendiente de que hubiera riesgo de que todo pudiera saltar por los aires. Veo el futuro y en ese futuro no estás tú. Joder, a qué viene esto ahora, si parecía que estaba todo más o menos bien, si estábamos dando nuestro paseo regular para acabar como por casualidad en el mismo bar donde acabamos todas las veces en que esto está pasando. No había pasado nunca en cambio que me dijera algo así. Sobre el futuro, sobre ese futuro conmigo, o sin mí. Esto era absolutamente nuevo. Me cogió totalmente por sorpresa y creo que mi cara en principio fue la de miedo. Pero a ese miedo siguió una suerte de excitación. Ahora qué. Qué va a pasar. Si ve el futuro y en ese futuro no estoy yo, entonces qué. Entonces qué va a pasar conmigo y qué va a pasar con ella. Qué plan tendrá. ¿Y para mí? ¿Qué plan tiene para mí? ¿Se le ha ocurrido algo? Le pregunté. Me dijo que sí, que había hecho un esquema con lo que iba a ser ese futuro. Le pregunté entonces que para cuándo consideraba ella que ese futuro iba a ser. Me dijo que ya me lo diría. Que estuviese atento. La vida es maravillosa a su lado.
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