martes, 7 de junio de 2022
La izquierda como problema
Al acabar o al empezar, te tienes que plantear, si todo debe rimar. Si tiene que rimar todo, al final te dolerá el codo. Si todo ha de rimar, te lo tienes que pensar. Al empezar o al acabar, te lo tienes que preguntar. ¿He sido un problema? ¿He sido útil? ¿De qué ha servido todo esto? El debate de las elecciones andaluzas que se emitió ayer por la primera cadena fue útil, fue un problema, fue una pregunta y fue una respuesta sobre la política. El debate de las elecciones andaluzas fue una fotografía. Ante un momento en el que se pueden decidir muchas cosas y no para bien, parece que hubo un sentido general de freno de mano echado, de no querer, de solventar el problema, de recurrir al discurso, a lo programático, a lo que ya está trillado y visto y escuchado, a no querer soliviantar, a dejarlo correr. Si exceptuamos a la representante del horror y a quien se esforzó en intentar contestar a la barbarie, por lo demás, ningún problema. ¿Y no es la izquierda un problema? ¿Debe ser la izquierda despachada, después de todos estos años, con el displicente apelativo de 'paciente'? ¿Tenemos tiempo para desperdiciar? Al salir del debate debes preguntarte si alguien va a recordarte. Al final de una reunión alguien debería recordar tu opinión. Si me tengo que pronunciar, de algo me tendré que acordar. Todo no tiene que rimar, pero debe, al menos cuestionar. Un debate en el que sobra el tiempo, en el que no eres capaz de localizar a candidatos, en el que el tiempo pasa, despacito, y no tenemos tanto tiempo. La izquierda como problema o como cosa útil. La izquierda para ser útil debe ser un problema. Si la izquierda no sobresale, no molesta, no aparece como otra cosa, qué cosa es. Si la cosa es como sigue, si la cosa es como parece, la izquierda debería ser un problema, siempre lo ha sido. ¿Qué nos queda del debate de ayer? Las elecciones andaluzas parece que van de si sí o si se queda la cosa un poco como está y hacemos como que aquí no ha pasado nada. Pero si pasa. Sí pasa. Y si pasa qué. Parece que después de todo se plantea que no pase nada, que aquel mítico Austria Alemania del mundial 82 se repita, que se besen, tongo, etc. Y que no llegue a más la cosa. Y ya si eso en otro momento.
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