miércoles, 28 de diciembre de 2022

Final


Aprovechando que hoy mismo llego a las 200 entradas escritas en este blog este año y que muy recientemente he alcanzado las 2500, creo que es el momento de hacer alguna reflexión y tomar alguna decisión. Creo que en los últimos tiempos he expuesto demasiado mi imagen pública. Este afán mío por demostrar que no soy esa persona tímida, con dificultad para relacionarme con los demás, con la autoestima baja y un concepto de mi mismo que no hace falta ahora mismo abundar en él porque solo en esta frase ya cabe todo, me ha llevado a una carrera sin freno ya no solo a tener presencia en la vida de los demás, sino haciéndolo de manera que pase de cero a cien sin calcular las consecuencias. El impacto que han causado en mi las opiniones después de mi aparición en el espectáculo del Coco, me han afectado profundamente. He sentido que, quizás, haya llevado demasiado lejos la idea de sorprender al personal, de provocar ese comentario que me llena de placer cuando me dicen 'no pareces tú' o 'no me lo esperaba para nada'. Enseñar esa otra cara de mi personalidad ha sido, quizás, algo que me ha desviado de otros caminos y he perdido un tanto la respetabilidad que yo buscaba ganarme mediante otros métodos, mediante un comportamiento irreprochable, un compromiso ético y político inquebrantable, un afán de conocimiento y ánimo de divulgación incansable... todo eso lo he ido sacrificando a base de actuaciones con mi banda, de apariciones en obras de teatro, de publicaciones en el blog que más parecieran obra de un juntaletras que la tarea de alguien que quiere usar el blog como una promoción de su persona para fines más altos. 

Esa sensación de estar haciendo el ridículo de manera constante, de no poder parar de hacer el gilipollas, hablando simple y llanamente, tiene que llegar a su fin si no quiero que me devore el personaje y acabe convirtiéndome en una especie de Payaso Fofó de saldo al que nadie toma ya en serio y que mi presencia 'de normal' acabe resultando tan anodina o secundaria que la gente, mi gente, solo espere de mí ya el estrambote, la tontería, el disfraz, el chillido, los calzoncillos, el bigotín, los disquitos, toda esa mierda. 

Coincidiendo pues con esa cifra redonda, el 200 y el 2500, pero fruto también de un clic que se ha producido en mí, he de decir que esta será mi última publicación en el blog, que me descargaré el material para mi recuerdo privado y que borraré todas las entradas para que no quede rastro de todo este catálogo de banalidades. 

Y además, me retiro a los aposentos de mi privacidad. Descarto mis apariciones públicas, mi presencia en actos o representaciones, mi tarea como portavoz de nada o cara visible de nosequé. Con todo lo que ello significa. Y por ende, se acabaron también mis incursiones en campos de representación que alguien podría considerar artísticas. Ni grupo musical, ni bigotín, ni más colaboraciones haciendo el payaso, que es lo que son, hacer el payaso, ni más excentricidades. Es el momento de dar un paso atrás y de regresar a una vida de interior. Una vida en la que se me reconozca o no, dará igual, porque el fruto de mi trabajo será el que defina mi propio bienestar y no la mascarada constante y denigratoria tanto para mí como para los míos. Se acabó. 

Un abrazo para todos y todas las que me han acompañado hasta aquí y nos vemos, si nos vemos. 

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