viernes, 17 de febrero de 2023
Paseando con el Golem
Era un Golem de pocas palabras. Recién llegados a Praga, de madrugada, después de un viaje en autocar desde Santa Coloma para celebrar nuestra despedida del BUP, nos aposentamos en un hotel situado en un barrio que parecía Bellvitge y nos conjuramos todos para pasárnoslo lo mejor posible ante la perspectiva, que se descubrió incierta, de que nunca más nos volviéramos a ver. Así, desde el primer día, decidimos que el plan de viaje iba a ser el que se nos pusiera por montera y que allí mandábamos nosotros. La actitud complaciente y displicente y omnisciente y consecuente del profesorado que nos acompañaba, hizo el resto. Así es que yo decidí perderme y escapar del grupo principal para visitar el barrio judío, desconociendo que el plan trazado por el profesorado ya incluía una visita al barrio. Así es que, después de entrar en una cervecería y tragarme una jarra enorme, no bebía apenas entonces, y ya algo nublado, puse mis pies en el barrio cuando una figura enorme se situó detrás mío y yo, que no conocía la leyenda del Golem, me asusté. Si hubiera conocido la leyenda del Golem, me hubiera asustado igual. Impresionado por aquella figura gigantesca a mi lado y creyendo que todos los paseantes habían reparado en él cuando en la calle no había nadie, solo se me ocurrió decirle 'hola, me llamo Toni y vengo de Barcelona'. El Golem extendió una mano y pensé que quería estrechármela y eso hice. El Golem me la cogió y se puso a caminar. Me llevó por diversos callejones, pasó de largo por el cementerio, atravesamos un puente, volvió sobre sus pasos. Yo iba con él y no me crucé con nadie. No era tan tarde, no había bebido tanto, qué estaba pasando. El Golem, que no tenía una boca, hizo un sonido que me pareció como de despedida y me soltó la mano. Le quise preguntar algo pero se había ido. Volví al hotel, había una fiesta en el pasillo, alguien le estaba dando algo de beber a alguien. Pasaron los días y nos volvimos a Santa Coloma. Recuerdo poco de ese viaje. A veces noto algo a mi espalda.
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