martes, 2 de mayo de 2023
El Club del Odio - Beth de Araújo
Una de esas películas malrolleras que te dejan mal cuerpo, que te hacen pensar y que te presentan un panorama que no quieres ver y que está ahí delante. Una de esas películas que más allá de los recursos técnicos o de las interpretaciones, apela a algo que está pasando y que no queremos ver. Hay fascistas entre nosotros, hay fascistas que se organizan, que tienen su ideílla de cómo hacer las cosas, que van diseminando el odio que llevan dentro por las esquinas, por las reuniones, por las escuelas, por los bares, por las tiendas. Hay fascistas que no quieren armar jaleo, que quieren que su mensaje llegue con una sonrisa, pero con una sonrisa para ti, no para los demás. Y están ahí y no quieren esconderse. Esta película va de cómo se pasa de la teórica a la práctica y de lo que conlleva. Y del miedo que da que la impunidad. Saber que, a malas, tienes a la policía de tu parte. Saber que, si la cosa se pone fea, es tu palabra de blanca contra la palabra de la asiática, negra, latina o mora. Es el odio, quien guía tus pasos. La película tiene además la gracia de que está hecha en un plano secuencia que se antoja angustiante por lo milimétrico y preciso que ha de ser todo en esos momentos de locurón colectivo en los que se sume la película de vez en cuando. Tanto es el nivel, que hay un recurso muy bueno que es el de quitar el volumen cuando todo está estallando. Pasar de la teoría a la práctica. Lo que tienes teorizado se puede ir al garete cuando hay que pasar a la acción y lo que parece sencillo se convierte en brutal. Y ahí, quien es el líder teórico tiene que dejar las cosas en manos de quien tiene la violencia por la mano. Y es entonces cuando esa belleza teórica fascista no deja de ser violencia mamporrera y brutal. Una película recomendable pero para la que tienes que ir preparado.
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