¿Dónde teníais todos esos votos? Esta ha sido la pregunta hoy y la respuesta era impepinable. Esos votos. Siempre. Esos votos. Somos segunda fuerza una vez más en Santa Coloma después de una campaña electoral incansable que ya elogié en el post anterior pero que no por ello voy a dejar de insistir en el tema. Un resultado como este después de lo que nos ha pasado en mayo solo es atribuible a muchos factores y a ninguno en concreto y a todos a la vez pero yo quiero pensar que sin un grupo humano que ha decidido que apostar por el proyecto de Sumar En Comú Podem y que se siente a gusto, cómodo, contento, feliz, rodeados de personas que nos reconocemos como partícipes de algo que es superior y por lo que merece la pena estar, sin eso, no hubiera sido posible. Porque poner carpas todos los días, encartelar y que Santa Coloma solo haya tenido la carita de Yolanda y la carita de Aina por todos los plafones y pirulís, ante la mirada atónita de los transeúntes que nos miran como si fuéramos de una secta, pero que ay, tiene luego su fruto, porque qué bonita estaba Santa Coloma el domingo con las dos caritas por todas partes y qué satisfacción saber que el trabajo, esta vez sí, ha tenido recompensa. Pero no todo pudo haber salido tan bien. O bien, no lo vi yo tan claro todo el tiempo.
La jornada electoral comenzó con el tradicional paseo por los colegios, visitando a los compañeros y dando ánimos. Pero esos ánimos. Ay. Los colegios de la mañana no parecían sernos demasiado propicios, y solo veía coger votos del PP y de Vox. ¿Qué está pasando con la chavalada? Muchos jóvenes que tenían pinta de votar por primera vez han apostado por la papeleta ultra. ¿Qué pasa? No me contéis que los soportes mediáticos, que los grupos mediáticos, que Ana Rosa o que el Ferreras, porque esa gente no ve la tele de la misma manera que no utilizan molinillos de café. El tema debe estar en otro sitio, en los móviles, en las apps, en el tiktok en el youtube en el instagram, en el copón. Pero no me hables de la tele, de las radios y los tertulianos, de los periódicos que no lee nadie, porque esa gente ya no está ahí, están en otro sitio. Iba yo pensando en eso visitando colegios, hablando con gente, cuando llegó la comida y llegó la tarde y pese al calor insano, todo cambió. Calor insano, pero no para quien trabaja de forestal, claro, para quien trabaja de forestal eso es una minucia y los que se quejan son unos quejicas y perdón por no utilizar otro palabro porque es que tengo prisa, que me esperan para cenar.
Y resulta que llega el recuento y voy al Raval, y en el Raval empiezo a ver la luz, y empiezo a ver que hay mucha, mucha gente que ha confiado en Sumar y que es cierto, que vamos a ser la segunda fuerza política otra vez. Y los resultados van saliendo y ahora no voy a teorizar sobre lo que ha pasado porque otros lo hacen mejor que yo y porque ahora tengo prisa y mañana si eso ya cuento qué me parece a mí. Pero me parece que sí, que en este país hay mucha gente de derechas y muy de derechas, pero el número de gente a la que le produce aversíón cierta todo eso, es también enorme. La cantidad de gente que considera que todos son iguales y que da lo mismo da todo y que votar para que cambie algo es inútil, es grande, vale, pero qué quieres, cada vez es más incomprensible que alguien mínimamente progresista, de izquierdas, justifique que no se vota porque yoquesé, porque ahora mismo, en situaciones como las de ayer, da risa. Una risa además tonta. No hablaré de lo que me parecen los votantes de Vox, los más jóvenes sobre todo, pero hablaré y diré que es por esa gente, precisamente, por los que votamos y trabajamos y nos organizamos. Justo por ellos. Ellos no lo saben y posiblemente no lo sepan nunca, pero es por ellos, por su futuro, por los que estamos aquí. Y el que no entienda que eso es lo que hay que hacer, pues nada. Risas.
Acaba la jornada electoral, se confirman los resultados, otra vez hemos vuelto a hacerlo, segunda fuerza conseguida a puro huevo. No ha sido fácil y no ha sido general, así que estamos contentos. Muy contentos. Y personalmente muy orgulloso de esa gente que se desvive porque esto funcione. Porque pese a todo y pese a todos sigue ahí, pensando, organizando, trabajando, colaborando, dejándose horas y horas y horas y demostrando que, a veces de manera infructuosa, tenemos la mejor organización de Santa Coloma. La que trabaja por la gente y no por conseguir algo o contra alguien. La que lo hace por la gente. Y lo hemos conseguido. Pese al tío del bigote ese que siempre sale.
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