martes, 30 de julio de 2024
Mucha Marifé
El colectivo es lo importante, no las personas. En nuestra tradición, parece que está mal decir que tal o cual persona, tal o cual militante, compañero o compañera, es especial. Porque todos somos especiales, cada cual aporta lo que tiene, todos tenemos algo. La inteligencia colectiva. Lo que sea. Pero es que Marifé. Marifé Adalid. Quienes nos conocen y no nos quieren o nos quieren poco o quieren hablar de nosotros de alguna manera, hablan siempre de las yayas. Las yayas de Iniciativa. Sí, las yayas. Pues qué sería de la izquierda colomense sin ellas. Y qué sería de la izquierda colomense y qué sería de nosotros y nosotras sin la Marifé. Hace unos días quise hacer un texto sobre la Loli, texto que estoy seguro que ella ni habrá leído. Pero cómo no hacer un texto sobre Marifé. Porque me cuesta menos hacer un texto que llamar por teléfono, preguntar, interesarme, cómo estás, qué tal lo llevas, cómo sigues. No soy la mejor persona del mundo. Sólo sé hacer estas cosas. Escribir y pretender que con eso ya he cubierto el expediente. Porque toca hablar de la Marifé y su presencia constante. Una frase que me ha tocado los mengues siempre es esa de que están los nosequé y luego están los que tal y esos son los imprescindibles. Marifé va mucho más allá de eso. Marifé siempre está. Pueda coger peso o no. Pueda llegar hasta donde tú llegues o no. Pero siempre está. Y está para discutir contigo, para decirte que qué clase de anticapitalista eres tú, para sorprenderte contándote que ella ya ha estado allí, y que estuvo cuando la cosa estaba mala, que estuvo no de vacaciones, que estuvo porque se lo creía. Estuvo y lo cuenta y te lo cuenta y todo el mundo lo sabe. Es mucha Marifé. Marifé acompañándonos a pegar carteles, a hacer de apoderada, presente en todos los actos posibles, siempre dispuesta a aparecer y a comentar la jugada. Cómo no vamos a desayunar con la Marifé, qué nos tiene que contar, qué ha escuchado en la radio, quién la ha puesto ya de mal humor. A la Marifé la conoce todo el mundo. Si pasaba con la Loli, más con Marifé. Porque Marifé es de los nuestros, claro, pero Marifé es de todos y con todos y con todas habla y se para y discute y se ríe y todo el mundo la conoce ya lo hemos dicho, pero es que algo más importante, ella conoce a todo el mundo. Estas dos últimas campañas electorales han sido diferentes. No podemos decir otra cosa. Hemos notado que nos ha faltado un poco de Marifé. Sé que decir esto, cuando lo lea, la obligará a decirse, tengo que estar. Espero que sea así. Estamos esperando a la Marifé. No es lo mismo nada sin ella, porque una organización no son solo los buenos propósitos que defiende, las buenas ideas, el cariño por algo abstracto, la ecología, el socialismo, la revolución. Una organización es saber que la Marifé es un elemento que une, como muchos otros, pero es esta gente la que le da sentido a pegarse tanta gente tantas horas pensando y repensando cómo y porqué. Pues porque la gente como la Marifé está. Y si no estuvieran, y cuando no estén, nos vamos a tener que retorcer mucho para sacar todo esto adelante. No nosotros, todos y todas. La biografía de la Marifé recorre todo el gran arco de luchas laborales y vecinales de nuestra ciudad. Recorre también ese espíritu solidario que esta ciudad, Santa Coloma de Gramenet, exportó durante décadas por todo el mundo. Recorre la implicación de tanta gente por mejorar la ciudad y no conformarse con lo que nos dicen que ya está. La Marifé siempre está. Y la estamos esperando.
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