martes, 3 de diciembre de 2024
Pequeños cuentos centroeuropeos
Yo tengo más o menos las mismas vivencias que todo el mundo. Algunas cosas las he hecho, otras no, otras solo las he hecho yo o pienso que solo las he vivido yo pero estoy convencido de que son compartidas por el resto del entorno en el que me muevo. Si te cuento mi vida, verás que, aunque intente adornarla o tenga recursos que la hagan parecer más interesante, coincide con lo que ya habrás visto o escuchado en otros amigos nuestros, incluso en ti misma. Por ejemplo, aquella vez en la que saliendo de un concierto nos pilló la policía meando en la calle. A todos nos ha pasado. Yo la cuento de una manera que puede parecer graciosa, pero en realidad es la misma historia siempre. Yo estaba meando en una esquina, no demasiado escondido de la gente, entre dos coches, y los colegas estaban allí, algunos meaban también o ya habían meado y levanté la vista y vi un coche de la policía municipal en la esquina opuesta. Estaban lejos, pensé. Me concentré en la meada y cuando levanté la vista allí otra vez, los policías estaban delante de mí y lógicamente me recriminaron, me pidieron el carnet y yo asumí la derrota y como estaba borracho intenté mostrar mi sorpresa y recuerdo que un amigo quiso salir en mi defensa pero ya daba igual. Lo cuento de una manera en la que parece excepcional, una anécdota vistosa, pintoresca, los policías no estaban y de repente estaban. Y nos fuimos de allí a otro sitio y a ese sitio no habíamos ido nunca y estuvimos bailando y creo que sentí algo especial. Ese algo especial no sabía lo que era, era algo que no sentía que me hubiera pasado antes. Ahora podría decir otra cosa, pero estoy convencido de que a todo el mundo le ha pasado que ha tenido 'esa noche' en la que parece que algo va a pasar. Naturalmente, no pasó nada. Eso también le pasa a todo el mundo.
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